Amores fugaces y ron Havana Club

La llegada a La Habana del vuelo de Iberia, cinco horas y media despu¨¦s del secuestro, fue todo un acontecimiento. El presidente cubano, Fidel Castro, acababa de terminar un discurso de dos horas en el acto por el 43 aniversario del asalto al cuartel Moncada, que hab¨ªa sido trasmitido en directo, ¨ªntegramente, por un gran televisor japon¨¦s instalado en la sala de espera.

All¨ª, decenas de cubanos y espa?oles se arracimaban ante una valla de metal en espera de sus familiares. Hab¨ªa caras cansadas y padres e hijos preocupados que comentaban en voz alta la aventura de sus parientes, pero tambi¨¦n otro tipo de p¨²blico m¨¢s salsoso.

Un joven con el cuello cuajado de cadenas de oro esperaba a su "hermanazo" italiano. Otro, con collares de cuentas y otras se?as religiosas, aguardaba a un gallego (t¨¦rmino con el que se conoce a los espa?oles) que se iba a hacer santo en Cuba. En un chiringito aleda?o, dependientes estatales vend¨ªan cerveza Hatuey y ron Havana Club, mientras en la sala de llegadas algurias mulatas de escotes arriesgados se re¨ªan a carcajadas esperando a su amor. Una de ellas era Lucy, una habanera de 30 a?os con trencitas a lo Bo Derek, pantalones amarillos ajustados y bot¨ªnes de charol. Ella esparaba a su amor italiano, que no ven¨ªa a Cuba desde hac¨ªa seis meses. Otras, como la novia de Luis Arce, 47 a?os, natural de San Felices de Buella, ya se hab¨ªan ido. Luis ven¨ªa en el vuelo secuestrado con cuatro amigos espa?oles, y para ¨¦l, mucho peor que las molestias del incidente, era que hab¨ªa perdido la pista de su amor, y ahora tendr¨ªa que pasar a recogerla por su casa. Momentos despu¨¦s de llegar a La Habana, con el rostro cansado y ojeras en los ojos, aseguraba orgulloso que en los ¨²ltimos cinco a?os ha venido a Cuba 12 veces, y claro, siempre solo. La chica que pasar¨ªa luego a recoger en taxi era su pareja estable desde hac¨ªa ya un a?o, todo un r¨¦cord.

En el revuelo de la llegada, otros viajeros en busca de noviazgos r¨¢pidos sal¨ªan despepitados sin hacer caso a las c¨¢maras de la CNN ni a las preguntas de los numerosos periodistas extranjeros que esperaban a la salida del aeropuerto. A cien metros, en la sala de protocolo del aeropuerto, el historiador de la ciudad, Eusebio Leal, esperaba al presidente de Unitaria, junto a quien inaugurar¨¢ el pr¨®ximo 31 de julio el edificio de la Lonja de Comercio. Ambos, despu¨¦s de comentar la aventura, salieron hacia La Habana para echar un vistazo ¨¦sa misma noche a la obra.