M¨¢s presi¨®n para que Lewis corra el 4 X 100
El t¨¦cnico, Erv Hunt y el capit¨¢n, Dennis Mitcheli, se niegan a que entre en el equipo
Carl Lewis se deja querer y la gente quiere que corra en el relevo 4x100 estadounidense, a pesar de que tiene a siete atletas por delante, con los derechos que se ganaron en los trials norteamericanos. La presi¨®n popular para que corra Lewis ha sido contestada primero por el entrenador del equipo nacional, Erv Hunt, que se niega a incluirle entre los relevistas y por casi todos los velocistas estadounidenses. Dennis Mitchell, el primero. Mitchell, capit¨¢n del equipo de atletismo, ha dicho que s¨ª, que le gustar¨ªa ver a Lewis ganar su d¨¦cima medalla de oro y batir todos los r¨¦cords ol¨ªmpicos, pero que la ley es la ley: "Me gustar¨ªa que hiciera historia, pero existe algo que se llama trials (pruebas de clasificaci¨®n para los Juegos) y un campo de entrenamiento espef¨ªfico para el equipo de relevos. Carl no lo hizo bien como para entrar entre nuestros relevistas. Lo mejor que puede hacer Lewis es manifestar su apoyo a todos nosotros".Tres de la tarde, hora de Atlanta. Estudios de la CNN. Carl Lewis acude como invitado a un programa abierto al p¨²blico. Grandes aplausos. "Hey, Carl, eres el rey", le grita una persona desde el p¨²blico. Lewis sonr¨ªe, saluda, abraza. Ha ganado su novena medalla de oro y, s¨ª, es el rey. La presentadora est¨¢ de su parte, le anima, le lleva el micr¨®fono, le pide que extienda una cinta m¨¦trica en el estudio para saber lo que representan los ocho metros y medio que hab¨ªa saltado. "Qui¨¦n hace la primera pregunta", dice la presentadora al p¨²blico. Primera pregunta: "Carl eres el m¨¢s grande y nos gustar¨ªa que corrieras en el relevo. ?Crees que hay alguna posibilidad?". Y Carl -gesto satisfecho, sonrisa radiante- contesta: "Eso depende en gran medida de vosotros. Si comenz¨¢is a llamar y a pedir que vaya, quiz¨¢ haya alguna posibilidad". Y claro, el p¨²blico se vuelve loco. Quiere que Lewis participe en el relevo, que corra para Am¨¦rica, que gane su d¨¦cima medalla. Qu¨¦ importan los trials. Estados Unidos quiere a Lewis, ya.
El trago de Hunt es tan malo que ya ha admitido que recomendar¨¢ a Lewis en el caso de que se produzca alguna lesi¨®n o alg¨²n atleta no quiera correr. En principio, los cuatro titulares ya est¨¢n nombrados. Dnnis Mitchell, Jon Drummond, Leroy Burrel y y Mike Marsh. Todos velocistas de primera y, sin duda, felices con la idea de defender el pabell¨®n norteamericano. Pero las cosas no son tan sencillas: los velocistas estadounidenses no han ganado nada desde el Mundial de 1991, precisamente con una victoria de Lewis, y el. pasado a?o los canadienses les batieron en la final del Campeonato del Mundo. Y para complicar el asunto: de los cuatro relevistas, dos -Marsh y Burrell- est¨¢n a las ¨®rdenes de Lewis en el club Santa M¨®nica. Mientras tanto, Lewis se deja querer.
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