Indonesia inestable
INDONESIA, EL cuarto pa¨ªs m¨¢s poblado del mundo y el que cuenta con un mayor censo de fieles musulmanes, est¨¢ viviendo los mayores disturbios de los ¨²ltimos veinte a?os. Tras la expresi¨®n violenta de este malestar se esconde una gran incertidumbre respecto al futuro. El r¨¦gimen de Suharto cumple 30 a?os, con un l¨ªder que est¨¢ ya en los 75 y que no ha desvelado a¨²n sus cartas. No ha anunciado si se presentar¨¢ a la reelecci¨®n en 1998 ni desde luego qui¨¦n puede sucederle si no se presenta. Y aunque las posibilidades de ganar son, a d¨ªa de hoy, a¨²n grandes, los indonesios est¨¢n ya pensando en el postsuhartismo.Suharto ha presidido una inmensa transformaci¨®n de un pa¨ªs que hoy cuenta con 190 millones de habitantes. Aunque no forme parte de los tigres asi¨¢ticos, el desarrollo econ¨®mico de Indonesia -a un ritmo de un 6% anual- ha sido notable. El ingreso por habitante se ha triplicado en dos d¨¦cadas. El Gobierno ha usado sus recursos, entre los que se encuentra el petr¨®leo, para impulsar este crecimiento del bienestar. No obstante, se han producido importantes desigualdades sociales y la poblaci¨®n m¨¢s joven carece de perspectivas.
El r¨¦gimen trata de debilitar a una oposici¨®n que, en cualquier caso, no aparece a¨²n como alternativa. Quiz¨¢s busque as¨ª su propia perpetuaci¨®n y una reelecci¨®n sin problemas de Suharto, o al menos un consenso sobre la sucesi¨®n del hist¨®rico dirigente. Fue el propio r¨¦gimen el que impuls¨® la p¨¦rdida del liderazgo del principal partido de oposici¨®n, el Partido Democr¨¢tico Indonesio (PDI), por parte de Megawati Sukarnoputri, de 49 a?os, hija de Sukarno, a quien Suharto arrebat¨® el poder 30 a?os atr¨¢s.
El pasado s¨¢bado, la polic¨ªa entr¨® en la sede del PDI en Yakarta para desalojar a los all¨ª presentes y entreg¨¢rsela a los que hab¨ªan arrebatado el liderazgo a Megawati Sukarnoputri. La reacci¨®n popular no se hizo esperar, y con ella surgieron frustraciones largo tiempo reprimidas. El Gobierno esperaba esta reacci¨®n, pues retras¨® la entrada en los cuarteles generales del PDI hasta pasada la reuni¨®n ministerial de la ASEAN (Asociaci¨®n de Naciones del Sureste Asi¨¢tico) en Yakarta, en la que lamentablemente se acord¨® conceder el estatuto de observador a Birmania y establecer una relaci¨®n de "compromiso constructivo" con su r¨¦gimen dictatorial.
La orden de disparar contra los manifestantes ha causado muertos en Yakarta. Muchtar Pakpahan, presidente del mayor sindicato independiente de Indonesia, ha sido detenido y acusado de organizar las protestas. La falta de reacci¨®n de Megawati Sukarnoputri, su trato cauto hacia el presidente y su propia personalidad no dotan a esta mujer de un carisma pol¨ªtico comparable al de la opositora birmana Aung San Suu Kyi. No obstante, Megawati Sukarnoputri es la figura visible -y creciente- de la oposici¨®n.
La estabilidad de este pa¨ªs es clave para toda la zona. A las tensiones pol¨ªticas se suman problemas sociales y ¨¦tnicos, con crecientes movimientos de radicalizaci¨®n isl¨¢mica y separatismos diversos. Si Suharto entiende el mensaje de las manifestaciones, deber¨ªa contribuir a definir un porvenir pol¨ªtico abierto para su pa¨ªs. Asegurar un paso tranquilo al postsuhartismo requerir¨¢ tacto y superar importantes problemas de corrupci¨®n por parte de la propia familia del dictador, que constituye un obst¨¢culo con vistas a la sucesi¨®n. Un primer paso para definir ese futuro ser¨ªa darle a Megawati Sukarnoputri la oportunidad de recuperar el liderazgo de su partido.
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