Agassi pasa por encima de Bruguera
El espa?ol no pudo hacer nada ante el juego arrollador del norteamericano
HOMBRESEl norteamericano Andre Agassi acab¨® en menos de hora y media (en 6-2, 6-2 y 6-1) con la leve esperanza que pod¨ªa albergar Sergi Bruguera de convertir su medallla de plata en oro. M¨¢s bien tard¨® escasos minutos en demostrarle que era imbatible tras un primer set apabullante. Luego sigui¨® igual, pero el espa?ol cumpli¨® dignamente sin caer en el rid¨ªculo. Ya hizo bastante.Agassi pareci¨® enfadado por la espera. El partido comenz¨® con casi tres horas de retraso a causa de la lluvia. Por delante, el indio Leander Paes consum¨® su sorpresa ol¨ªmpica particular y gan¨® el bronce ante el brasile?o Fernando Meligeni, por 3-6, 6-2 y 6-4. Su casta noble se ha llevado un premio ins¨®lito que ni los hermanos Armitraj, sus predecesores de mucha mayor entidad en la ¨¦lite, hubiesen so?ado.
Agassi pareci¨® como si tuviera prisa, porque le estaba esperando Brooke Shields en la grada vestida de bandera americana. Menos mal que Bruguera empez¨® sacando y le dej¨® ganar su servicio. Despu¨¦s vino el mejor Agassi de mucho tiempo. Una aut¨¦ntica tormenta de rayos y truenos aunque el sol calentaba ya de lo lindo a las cuatro de la tarde. Bruguera no pudo respirar hasta ganar con su saque el s¨¦ptimo juego, cuando pali¨® un poco el desastre que en menos de un cuarto de hora se hab¨ªa puesto 5-1.
El, norteamericano peg¨® con una seguridad incre¨ªble y coloc¨® las bolas cada vez en una esquina. Bruguera no pod¨ªa hacer m¨¢s que seguirlas con la lengua fuera. Aquello lleg¨® a ser un hurac¨¢n, pues incluso con su servicio Agassi hizo mucho da?o. Empezaba as¨ª la demolici¨®n. En un visto y no visto se fue al 6-2. Daba la sensaci¨®n de que el partido no hab¨ªa comenzado y empezaba a terminar. Nadie podr¨¢ discutir que los torneos ol¨ªmpicos de tenis son originales. Pueden ser maratones o carreras de velocidad. Y ganan medallas quien menos se espera.
No fue el caso de Agassi. Es el mejor y por eso gan¨®. Aunque Bruguera intent¨® calmar el hurac¨¢n, ¨¦l sigui¨® a lo suyo. No se movi¨® del fondo, pero cada golpe era una pedrada a los ¨¢ngulos. Devolver aquello era provocar el error y el espa?ol se llen¨® de ellos. La red pareci¨® su amiga y las bolas debieron decir que no pasaban al otro lado para que no las maltratara sin misericordia un tipo bajito y con gorrilla, de pinta un tanto rara, afeitado o medio calvo, con pendientes y cadenas, perilla y pantalones vaqueros negros deste?idos y enormes, como de boxeador desastrado. Su facha particular.
Bruguera debi¨® pensar y con raz¨®n que la medalla de plata era un premio m¨¢s que sobrado. A fin de cuentas Agassi no es Lindsay Davenport, el armario, que gan¨® a Arantxa por primera vez en su vida, y ¨¦l tambi¨¦n ha tenido a temporada bastante pobre como para aspirar a m¨¢s. Pero no a rozar el rid¨ªculo, y procur¨® no desentonar demasiado.
Perdi¨® ya el servicio en el primer juego del segundo set, pero a menos mantuvo su segundo. Todo un logro despu¨¦s de lo ocurrido en la primera manga. La tormenta, aunque atenuada, continuaba. Incluso, con mala suerte, pues ni las bolas que pegaban en la red ca¨ªan del lado bueno espa?ol Bruguera trat¨® de devolverlas altas y profundas, para evitar los estacazos de Agassi, pero de nada sirvi¨®. Bruguera, de todas formas, jug¨® bien para lo que se le ven¨ªa encima e hizo la hombrada de romperle el servicio a Agassi en el cuarto juego. El 2-2 dio esperanzas, pero no dur¨® nada, y perdi¨® el suyo a continuaci¨®n. Para ganar un punto parec¨ªa que ten¨ªa que ganar, todo el partido. Y a veces hasta lo logr¨®. Al menos, se trataba de no quedar tan mal. Pero a un fallo de Agassi o un golpe ganador de Bruguera, respond¨ªa el norteamericano con el doble, como m¨ªnimo. ?l partido segu¨ªa teniendo sentido ¨²nico, aunque el ritmo ya no era de final d¨¦ 100 metros. Un consuelo. Sin embargo, no se hab¨ªan cumplido a¨²n los 53 minutos y comenzaba el ¨²ltimo juego del segundo set, con 5-3 en el marcador. Agassi lo volvi¨® a bordar y gan¨® la manga con el servicio de Bruguera. Tambi¨¦n daba igual. Lo volvi¨® a sacar de la pista y esta vez incluso lo dej¨® all¨ª, cerca de la grada de fondo, con una dejada. Toda una exhibici¨®n y en menos de una hora.
Agassi segu¨ªa teniendo mucha prisa, aunque las fuerzas ya no eran las mismas. Pero todo continuaba igual, y pese a no dar tanta sensaci¨®n de aplastamiento como en el primer set, el 4-1 cay¨® muy pronto y la decisi¨®n final se presagiaba casi inmediata. Bruguera tambi¨¦n dio sensaci¨®n de querer irse y con una doble falta lleg¨® el 5-1. Sin sentarse, claro, acab¨® todo. Bruguera cumpli¨® hasta el final poni¨¦ndose con ventaja para dar el punto m¨ªnimo de emoci¨®n que no hab¨ªa tenido el partido, pero fue in¨²til. Agassi se, fue a la grada a abrazar, a Brooke, a su padre y a su entrenador, Brad Gilbert. Ni los manch¨®. Hab¨ªan sudado m¨¢s ellos.
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