'Chiraquia', capital Par¨ªs
Un juez investiga la conexi¨®n financiera entre el Ayuntamiento y la RPR
La llamada Chiraquia, la red de personas, influencias y actividad pol¨ªtica que permiti¨® a Jacques Chirac alcanzar la presidencia en 1995, utiliz¨®, durante casi dos d¨¦cadas el Ayuntamiento de Par¨ªs como sistema de financiaci¨®n. Desde que se abri¨® el sumario sobre las falsas facturas de la corporaci¨®n, en febrero de 1994, el juez Eric Halphen acumula documentaci¨®n sobre la trama parisiense. El Gobierno y el actual alcalde multiplican, a su vez, las maniobras de obstrucci¨®n. Se trata de un aut¨¦ntico pulso entre un juez de instrucci¨®n y el poder pol¨ªtico.El 26 de julio, el juez Halphen recibi¨® la visita de dos an¨®nimos empleados municipales que deseaban autoinculparse. Los dos hombres se acusaron de haber destruido, por orden de sus superiores, documentos y material inf¨®rm¨¢tico comprometedor, para el alcalde Jean Tiberi y, sobre todo, para el anterior equipo dirigente de Par¨ªs, el alcalde J¨¢cques Chirac (hoy presidente), y sus adjuntos Ala¨ªn Jupp¨¦ (hoy primer ministro) y Jacques Toubon (hoy ministro de Justicia). El semanario Le Canard Encha?ne revel¨® en su ¨²ltimo, n¨²mero est¨¢ autodenuncia, adem¨¢s que dos empleados de seguridad del Ayuntamiento hab¨ªan sido obligados a transportar grandes sacos con papel a un vertedero.
El alcalde Tiberi neg¨® inmediatamente haber ordenado la destrucci¨®n de prueba alguna. Sin embargo, otros empleados explicaron que la plantilla del Ayuntamiento ten¨ªa ¨®rdenes de entretener al juez a la entrada de los locales durante el mayor tiempo posible en caso de registro. Para que le reconocieran se les hab¨ªa distribuido una fotograf¨ªa del juez. Supuestamente, el objetivo era ganar tiempo para ocultar parte de los archivos.
El domicilio de Tiberi ya fue objeto de un registro judicial hace tres semanas. Entonces, Interior orden¨® a los polic¨ªas que acompa?aban al juez Halphen que no entraran en la casa, lo que caus¨® asombro y protestas de las asociaciones de magistrados. Pese a todo, el juez hall¨® un diario personal de la esposa de Tiberi en el que ¨¦sta lamentaba que su marido estuviera pagando por actos de "C. y J." (supuestamente, Chirac y Jupp¨¦).
Sin embargo, la propia Xavi¨¦re Tiberi, la esposa del alcalde, parece haber participado en el peque?o Estado de bienestar gaullista de Chiraquia. El Consejo General de Esonne uno de los departamentos de la regi¨®n parisiense, en manos del gaullista Xavier Dugoin, le pag¨® 200.000 francos ( cinco millones de pesetas) por un informe sobre la "cooperaci¨®n descentralizada` . Cuando el juez se interes¨® por el informe se le entregaron 36 folios llenos de t¨®picos y faltas de ortograf¨ªa. Dugoin aleg¨® que hab¨ªa requerido el asesoramiento de la, se?ora Tiberi, de profesi¨®n sus labores, porque hab¨ªa "viajado a numerosos pa¨ªses" como acompa?ante de su marido. Seg¨²n Le Canard Encha?n¨¦, el informe no existi¨® hasta que lo reclam¨® el juez. Un funcionario tuvo que redactar apresuradamente unas p¨¢ginas para justificar el pago.
El hijo de los Tiberi, Dominique, tambi¨¦n tuvo problemas con la justicia por disfrutar de un piso municipal de alquiler reducido (HLM), graciosamente concedido por su padre y reformado con obras por un importe cercano a los 12 millones de pesetas. Dominique Tiberi recib¨ªa el mismo trato de privilegio que el hijo de Alain Jupp¨¦ y los de otros jefes gaullistas, y el fiscal hizo lo mismo que en los dem¨¢s casos: archivar el asunto.
Lo que el juez Halphen busca realmente no son arreglos dom¨¦sticos como el del informe de Xavi¨¨re Tiberi y el piso de Dominique Tiberi, sino pruebas de un sistema de corrupci¨®n generalizada que, seg¨²n numerosos testimonios agregados al sumario, ha permitido ingresar cientos de millones de francos en las arcas de la Reagrupaci¨®n Para la Rep¨²blica (RPR) gaullista. El sistema es el tradicional: licencias de obra a cambio del comisiones.
Chirac fund¨® su RPR en diciembre de 1976, y en marzo de 1977 fue elegido primer alcalde de Par¨ªs, ciudad que, hasta entonces funcionaba en regimen de prefectura., RPR y alcald¨ªa estuvieron, por tanto, unidos desde el principio. La mayor¨ªa de los colaboradores de Chirac en su basti¨®n rural de Corr¨¨ze disfrutaron de sueldos municipales en Par¨ªs, y lo mismo su estado mayor en la capital: el eterno jefe de gabinete de Alain Jupp¨¦, Patrick Stef¨¢nini, cobr¨® entre 1990 y 1992 un sueldo de la, Inspecci¨®n General de Par¨ªs sin ir Jamas por ah¨ª. Sin los enormes recursos del Ayuntamiento parisiense, Chiraquia no habr¨ªa existido nunca.
Conforme el juez Halphen, un hombre de 37 a?os y aspecto discreto,se acerca al n¨²cleo duro de las finanzas parisienses, el Gobierno de Chirac, Jupp¨¦ y Toubon multiplica las trincheras de fensivas. La ¨²ltima, que provoc¨® una escandalizada denuncia del l¨ªder socialista Lionel Jospin con tra la creaci¨®n de un Estado RPR", fue el nombramiento de dos fidel¨ªsimos gaullistas en pues tos clave de la Administraci¨®n judicial. El 24 de julio, Alexandre Benmakhlouf, jefe de gabinete de Jacques Toubon, fue nombrado fiscal general de Par¨ªs: el hombre que decide qu¨¦ casos van adelante y qu¨¦ casos se archivan en la crucial demarcaci¨®n parisiense. Como fiscal general en el Tribunal de Casaci¨®n (equivalente al Supremo espa?ol) fue nombrado Jean-Fran?ois Burgelin, cercano colaborador de Chirac que alcanz¨® celebridad al afirmar que los jueces deb¨ªan procurar no procesar a empresarios para no perjudicar la actividad econ¨®mica.
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