El Valencia anuncia grandes tardes
Mestalla muestra su veneraci¨®n por el brasile?o Romario, que debut¨® con victoria
En su dilatada carrera, Luis Aragon¨¦s so?¨® tener al alcance de su experta mano un equipo como ¨¦ste. Para moldearlo a su antojo. Bien arropado atr¨¢s por la personalidad de Zubizarreta y Camarasa, orientado desde el pivote por la br¨²jula de Engonga y lanzado por la clase de Fernando y Karpin. Y si a eso le a?aden el talento puro, Romario, el combinado es explosivo, listo para ofrecer tardes repletas de diversi¨®n y belleza.Si a estas alturas de la pasada temporada Luis se preguntaba d¨®nde demonios se hab¨ªa metido, tal era la pobre impresi¨®n del equipo, esta vez debe estar frot¨¢ndose las manos. Y sin necesidad de variar el dibujo. El esquema es el mismo, pero mejorado por los hombres, muy mejorado, sobre todo por la aportaci¨®n de Karpin (cu¨¢nta raz¨®n ten¨ªa el Sabio al reclamarlo). El ruso es el recorrido que le faltaba a Mazinho, la punta de velocidad y el remate, que aumentan considerablemente la llegada del equipo. Una bendici¨®n para un centro del campo demasiado corto de recorrido durante bastante tiempo.
Lo de Romario es otra historia. Practica un f¨²tbol metaf¨ªsico. Pues su estado f¨ªsico no parece el m¨¢s adecuado, pero qu¨¦ importa. Romario s¨®lo precisa una pelota y un p¨²blico al que cautivar con las fintas, los regates y los pases. La fantas¨ªa. Le bast¨® media hora para quebrar unas cuantas cinturas, sembrar la confusi¨®n entre los defensores holandeses y lanzar un pase corrido a Karpin para que ¨¦ste resolviera con una vaselina magistral.
As¨ª las cosas, el PSV, uno de los grandes de Europa, se extingui¨® en la primera parte. Re apareci¨® tras el descanso y los cambios, que enfriaron el juego y lo viraron del lado holand¨¦s Sobre todo porque Aragon¨¦s se equivoc¨® en una sustituci¨®n, la de Camarasa, que propici¨® la desorientaci¨®n de la defensa local. Retras¨® a Engonga, ¨¦ste pidi¨® el cambio por una presumible lesi¨®n e, incomprensiblemente, Luis lo mantuvo sobre el campo. Entonces ya no hubo m¨¢s partido y el p¨²blico, que hab¨ªa venido a una fiesta, se fabric¨® una haciendo la ola.
Ya antes hab¨ªa podido disfrutar del acto protocolario de la presentaci¨®n del equipo con un espect¨¢culo impresionante de luz, ruido y fuertes cargas de emotividad, que sirvi¨® para agasajar al nuevo Valencia en su puesta de largo ante su p¨²blico. Mestalla se pobl¨® hasta las escaleras en lo que se prev¨¦ el preludio festivo de una temporada estimulante. El presidente del club, Francisco Roig, en un discurso preparado declamado en valenciano, prometi¨® dotar al equipo de las caracter¨ªsticas propias del pueblo valenciano (fantas¨ªa, talento e imaginaci¨®n), que, combinadas con la garra del t¨¦cnico, Luis Aragon¨¦s, servir¨¢n para obtener los tres t¨ªtulos a los que opta el Valencia: Liga, Copa y UEFA. Hablaba Roig de fantas¨ªa y entretanto la m¨¢xima expresi¨®n de ¨¦sta, Romario, complac¨ªa a los aficionados con malabarismos varios con el bal¨®n.
A poco que ofrezca Romar¨ªo, ya tiene ganada la veneraci¨®n de la mayor¨ªa. Lo tratan como a un Dios menudo y mulato, cuanto hace provoca expectaci¨®n. El estadio estall¨® de alegr¨ªa cuando se apagaron las luces y Romario asom¨® la nariz por la puerta de salida. Es el nuevo ¨ªdolo. No hay duda.
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