Una comedia artificiosa
El ¨¦xito en los circuitos teatrales off-off Broadway de la obra Jeffrey, de Paul Rudnick, hace que se plantee una adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica, pero a los mismos niveles. Es decir una producci¨®n independiente, de muy bajo presupuesto, rodada en 26 d¨ªas en Nueva York por 218 millones de pesetas, cuyo gui¨®n escribe el propio autor Paul Rudnick y que marca el deb¨² como realizador, de Christopher Ashley, que tambi¨¦n se encargaba de la direcci¨®n del montaje teatral.El principal error de Jefrey es haber seguido demasiado de cerca el original teatral. Tanto por ser sus m¨¢ximos responsables los mismos, como por el miedo de desaprovechar los hallazgos teatrales y no encontrar unos equivalentes cinematogr¨¢ficos. De manera que por mucho que se haya dispersado la acci¨®n, tratando de huir de la claustrofobia del escenario, b¨¢sicamente la pel¨ªcula se reduce a la reproducci¨®n de una representaci¨®n de la obra original, pero realizada con el m¨¢ximo cuidado posible.
Jeffrey
Director: Christopher Ashley. Guionista: Paul Rudnick. Fotografia: Jeffrey J. Tufano. M¨²sica: Stephen Endelman. Estados Unidos, 1994. Int¨¦rpretes: Patrick Stewart, Steven Weber, Michael T. Weiss, Bryan Batt. Estreno en Madrid: Acte¨®n, Azul,. Minicines, La Vaguada, Ideal (versi¨®n original subtitulada).
Tal como indica la publicidad, Jeffrey pretende ser una comedia sobre el sida, pero esto tan s¨®lo son las intenciones de sus creadores y sus resultados quedan muy lejos de sus discutibles planteamientos. En realidad se limitan a aplicar el viejo esquema del cine de Hollywood, chico encuentra chica, se pelean y al final vuelven a reencontrarse, a unos rudimentarios personajes homosexuales.
Trucos teatrales
Entre medias de discutibles trucos teatrales, narra c¨®mo un camarero gay que decide ser actor encuentra al hombre de su vida, pero por miedo al sida decide llevar una existencia tranquila al margen del sexo. Sin embargo, la fuerza del amor es m¨¢s fuerte que el miedo a la muerte y al final el protagonista decide dejar sus prejuicios a un lado y comenzar a vivir su gran amor.Lo peor de Jeffrey son los elementos con que se ha pretendido enriquecer su montaje teatral, desde la presencia de la gran actriz Sigourney Weaver, en un papel meramente epis¨®dico, hasta un documental sobre la marcha de homosexuales celebrada en Nueva York el D¨ªa del Orgullo Gay, en el verano de 1994.
Por mucho que los actores hablen a la c¨¢mara y traten de dar la m¨¢xima fuerza a situaciones pensadas para iniciados, poco pueden hacer con sus respectivos personajes Patrick Stewart y Steven Weber, a pesar de su experiencia cinematogr¨¢fica, y Bryan, Batt, que ya hab¨ªa hecho el mismo papel en el, teatro, en la medida en que resultan demasiado artificiosos, falsos, mu?ecos para desarrollar una comedia con gotas dram¨¢ticas, que se pretende valiente pero que no lo es.
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