"Est¨¢ en juego el proyecto del PP"

Pregunta. Que ha querido usted morir in bellezza; eso se dice.Respuesta. Ja, ja... Perm¨ªtame que yo tambi¨¦n haga uso del don de lenguas. La hip¨®tesis responde a lo que los norteamericanos llaman wishful thinking, ese vicio de pensar no ya como indica la realidad, sino nuestro deseo. Mis adversarios desean que muera de un modo tan intenso que cualquier cosa que haga la interpretan en clave de mi defunci¨®n. Mi pensamiento es muy conocido. ?A qu¨¦ el esc¨¢ndalo?

P. A que por vez primera despu¨¦s de los pactos usted ha recordado lo que piensa.

R. Todo el mundo tiene derecho a decir lo que piensa. Los nacionalistas identitarios dicen que Espa?a es una yuxtaposici¨®n de naciones o que no existe. Nadie levanta la voz. Me parecer¨ªa muy llamativo que s¨®lo yo tuviera prohibido hablar.

P. Lo que se infiere de su conferencia, y de su pensamiento, es que el esc¨¢ndalo son los pactos.

R. Es una deducci¨®n respetable. Pero mi tesis es que el PP no ha tenido que forzarse ni moral, ni conceptual, ni, doctrinalmente para firmar esos pactos. No ha habido ninguna transmutaci¨®n de la conciencia. Ni para el PP ni para CiU. ?Qu¨¦ hace , el se?or Pujol despu¨¦s de firmarlos? Irse a Quebec a reclamar por en¨¦sima vez la soberan¨ªa de Catalu?a. Nadie se escandaliza. Ni nadie insulta al se?or Pujol como me insultan a m¨ª.

P. Ustedes sabr¨¢n por qu¨¦ se. escandalizaban antes y no se escandalizan ahora.

R. Las elecciones dejaron una situaci¨®n muy complicada. Todos demostramos una meritoria responsabilidad. Y una ben¨¦fica intenci¨®n de distinguir entre lo fundamental y lo accesorio. Para nosotros, lo importante, desde el punto de vista de los intereses estatales, es que las autonom¨ªas no puedan tener bancos p¨²blicos, o que se respete la unidad de caja de la Seguridad Social.

P. ?Se puede gobernar aliado con una insidia?

R. Se puede gobernar aliado a un problema. A veces, estar enamorado es un problema y uno persevera. Los nacionalistas tambi¨¦n tienen un problema.

P. El destino que los hombres quieren para los problemas es su desaparici¨®n.

R. Su resoluci¨®n...

P. La distinci¨®n parece ret¨®rica.

R. Nuestra responsabilidad es preguntamos c¨®mo podemos resolver un problema que dura desde hace muchos a?os. Quiero creer que el pacto puede contribuir a poner g¨¦rmenes de soluci¨®n. Ahora bien: los pactos se construyen sobre ¨¢mbitos de coincidencia. Y el electorado ha de saber que las convicciones de cada uno siguen intactas.

P. ?De verdad cree usted que el objetivo de la alianza, es resolver el problema de Espa?a?

R. Ser¨ªa deseable ese aliento de grandeza, trabajar por una s¨ªntesis de Espa?a que armonice heterogeneidad y unidad. Hay que superar estos tres caminos: la conllevancia orteguiana, el troceamiento o la uniformidad.

P. ?Tiene alguna idea?

R. Tengo una humild¨ªsima insinuaci¨®n. El camino de la s¨ªntesis pasa por la privatizaci¨®n, humanizaci¨®n, relativizaci¨®n y liberalizaci¨®n del hecho nacional.

P. ?Privatizaci¨®n?

R. Digamos que se trata de la reclusi¨®n del hecho nacional en la intimidad. Como la religi¨®n.

P. Todo nacionalista estar¨¢ dispuesto cuando tenga el poder.

R. Eso, es lo que hay que revisar. La identificaci¨®n m¨ªstica entre el Estado y la Naci¨®n.

P. No parece que el plan haya de convenirles, francamente.

R. En un proceso as¨ª hay que meditar con generosidad.

P. ?Humanizaci¨®n?

R. El nacionalismo s¨®lo entiende la persona a partir de una adscripci¨®n territorial, ¨¦tnica o ling¨¹¨ªstica determinadas. Creo, por el contrario, que la noci¨®n de persona es previa.

P. ?Relativizaci¨®n?

R. La naci¨®n no puede ser el referente supremo ni de la vida ni de la pol¨ªtica. Eso enlaza con la liberalizaci¨®n, que es el ¨²ltimo de los caminos de s¨ªntesis. Creo que los ben¨¦ficos principios del liberalismo se han de aplicar a las relaciones nacionales.

P. Jordi Pujol retaba hace poco a cualquier l¨ªder catal¨¢n a discutir donde quiera y como quiera sobre el nacionalismo.

R. S¨ª, s¨ª, y ya ve c¨®mo reaccionan en cuanto les tomas la palabra. As¨ª me lo pagan.

P. En su conferencia aludi¨® a la "posici¨®n defensiva" de los grandes partidos espa?oles frente a los nacionalismos identitarios. ?No les estaba reclamando que fueran m¨¢s nacionalistas, m¨¢s nacionalistas espa?oles?

R. No. Yo reclamo un desacomplejamiento doctrinal.

P. ?Existe un nacionalismo espa?ol?

R. Difuso.

P. ?Tiene concreci¨®n pol¨ªtica?

R. Ni el PSOE, ni IU, ni el PP son partidos nacionalistas. La identidad espa?ola no es beligerante, no tiene necesidad de serlo.

P. Porque se ejerce pol¨ªticamente, piensan los nacionalistas.

R. Habr¨ªa que matizarlo. Hoy, la identidad espa?ola es un asunto muy complejo. Lo espa?ol nos impregna a todos. No todos los saben y algunos se resisten, pero es as¨ª.

P. Hay quien cree que Espa?a, es inseparable del conflicto y que se trata de algo energ¨¦tico.

R. Nos quita mucho tiempo. El esfuerzo es excesivo. Hay que encontrar un camino que nos permita vivir y trabajar juntos aceptando esta realidad: que los espa?oles reaccionan con igual violencia tanto ante la soldadura como ante la dispersi¨®n.

P. En septiembre, el PP de Catalu?a afronta su congreso. ?Ha decidido presentar su candidatura a la presidencia?

R. Todav¨ªa no.

P. ?Qu¨¦ espera?

R. Un instante de meditaci¨®n.

P. ?Propio o ajeno?

R. Comunal.

P. Algunos de los que lo aprecian se echaron las manos a la cabeza por lo de Santander.

R. Nunca he sido un coyunturalista, me acuso de ello. Pero si ser presidente significa el sometimiento de mis convicciones, prefiero no serlo.

P. ?Cree usted que la independencia del proyecto popular en Catalu?a depende de que usted siga siendo presidente?

R. Depende del mantenimiento de los referentes.

P. Usted es un referente visible.

R. Eso dicen las elecciones auton¨®micas de 1992 y 1995. Pero hay m¨¢s referentes: la posibilidad de ser espa?ol y catal¨¢n y la de entender Catalu?a desde un punto de vista distinto al del nacionalismo.

P. Si usted no es presidente, ?cu¨¢l va ser el proyecto popular en Catalu?a?

R. S¨®lo conozco algunos de sus rasgos hipot¨¦ticos: ser¨ªa un proyecto cortoplacista, acomodaticio y de identidad difusa.

P. ?Una entrega?

R. Un proyecto de entrega. No vamos a enga?arnos: est¨¢ en juego el proyecto del PP.

P. Usted se ha ganado el aprecio de sus votantes y de gente que nunca le votar¨¢. Pero el PP catal¨¢n parece lleno de gente que lo detesta.

R. No es cierto.

P. Todos los militantes que han opinado sobre su conferencia la han criticado. Ni una sola voz favorable ha despuntado.

R. Eso revela que los miembros del PP catal¨¢n son disciplinados. Saben que estamos en un momento precongresual.

P. En serio: ?por qu¨¦ ha fracasado en la pedagog¨ªa interna?

R. Bueno, no es de lo que me siento m¨¢s satisfecho. Es verdad: necesitamos equipos s¨®lidos, hay que subir a la primera divisi¨®n a muchos j¨®venes de la cantera. Quiero que el pr¨®ximo congreso sirva para eso.

P. El presidente del Gobierno respondi¨® de forma semioracular cuando le preguntaron por usted: "Calentura veraniega".

R. Yo s¨ª entend¨ª a mi presidente. Tiene raz¨®n. Se trataba de un asunto tan nimio...