La corrida de los pobres
Sabido es que los bancos no prestan dinero a los pobres, porque ¨¦stos no tienen con qu¨¦ responder, y que no tienen con qu¨¦ porque no les presta nadie.Ese c¨ªrculo, m¨¢s infernal que vicioso, se aplica en el negocio de la fiesta a rajatabla y, cuando los modestos visitan la ventanilla., si es que el negocio llegara a tener cara, la negativa es siempre tajante y previsible.
Lo peor es que no hay grandes argumentos para todo esto y que muchos de los que circulan en coche apenas se diferencian de los que van andando.
Fernando C¨¢mara, que fue se?or del trincherazo y due?o de una virtuosa rnano izquierda, volvi¨® a rebozarse en mala estrella, al. quedarse en esta ocasi¨®n sin su primer toro, ca¨ªdo por los suelos tras un largo puyazo con la salida tapada.
Paes / C¨¢mara, Trujillo, Ortiz
Toros de Brito Paes, bajos de agujas, rematados y bien puestos de pitones. Primero, segundo y quinto, blandos.Fernando C¨¢mara: ovaci¨®n y silencio. Juan Jos¨¦ Trujillo: una oreja tras un aviso y vuelta al ruedo. Ricardo Ortiz: silencio y palmas.Plaza de la Malagueta, 12 de agosto, segunda de feria. Un cuarto de entrada.
C¨¢mara se lo hab¨ªa tomado en serio administrando los mejores lances de la tarde, especialmente las ver¨®nicas por el pit¨®n izquierdo.
Con el cuarto, no supo qu¨¦ hacer. Empez¨® la faena con una buena serie de pases por bajo, dobl¨¢ndose con el toro, que era lo ¨²ltimo que ¨¦ste necesitaba. Al terminar la serie, acus¨® el quebranto y ya ped¨ªa la muerte, que lleg¨® tarde y no bien.Juan Jos¨¦ Trujillo rompi¨® a emocionar seg¨²n saludaba a su primer toro, que con salida de manso, se lo quer¨ªa comer. Lo sac¨® desde las tablas al tercio en un viaje interminable.
Se luci¨® en banderillas, especialmente en el quinto, pisando terrenos comprometidos y cuadrando con verg¨¹enza.
En sus dos faenas, los mejores momentos llegaron cuando consigui¨® que el pase natural fuera la forma natural de torear. El exceso de interludios restaron continuidad, as¨ª como el empleo inoportuno de la diestra, que hac¨ªa bajar la calidad del trasteo.
Ricardo Ortiz banderille¨® a su primero con m¨¢s valent¨ªa y vistosidad que cumplida ortodoxia. En su segundo cuaj¨® un mejor tercio con un espl¨¦ndido par de dentro a fuera.
Con la muleta no sincroniz¨® su reloj al de ninguno de sus oponentes. No falt¨® el valor en su actuaci¨®n, pero s¨ª se ech¨® de menos el hilo conductor del temple. Como ven, estas peticiones de avales pod¨ªan haber sido firmadas con otras r¨²bricas, l¨¢stima aquello de que siempre tenga que haber ricos y pobres.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.