Entre islamistas
QUE UN nuevo primer ministro turco elija Ir¨¢n para su primer viaje oficial al extranjero no puede sorprender, pues Ankara comparte con este vecino poderosos intereses y problemas. Que firme un acuerdo multibillonario y a 23 a?os vista para crear las infraestructuras necesarias para importar gas natural de Ir¨¢n resulta comprensible. Aunque disguste a EE UU, que acaba de aprobar su ley D'Amato, contra el r¨¦gimen iran¨ª, y que calific¨® esta visita de "inoportuna". Todo esto no levantar¨ªa sospechas, de no ser porque Necmettin Erbakan es el primer jefe de Gobierno islamista -si bien en una coalici¨®n- en la historia de la Turqu¨ªa de Ataturk. E Ir¨¢n suele ser considerado -a menudo equivocadamente- como un centro desde donde irradian los movimientos islamistas.Las alianzas est¨¢n cambiando en todo Oriente Pr¨®ximo. Y no s¨®lo por la paralizaci¨®n de hecho que el Israel de Netanyahu est¨¢ imponiendo al proceso de paz, sino tambi¨¦n porque los principales actores se est¨¢n preparando para que cuando cambie el r¨¦gimen de Sadam Husein en Irak, el r¨¦gimen de Bagdad caiga de un lado y no de otro. El ministro de Justicia turco, Sevket Kazan, tambi¨¦n un islamista, viaja a Bagdad para intentar reabrir el oleducto cerrado con la guerra de 1991 y para vender alimentos de acuerdo con el plan de las Naciones Unidas que hace posible un levantamiento parcial del embargo contra Irak, con el que Turqu¨ªa dice haber perdido miles de millones de d¨®lares.
En la nueva configuraci¨®n del rompecabezas de Asia Central, Turqu¨ªa busca un papel. Miembro del Consejo de Europa y de la OTAN, ya es un Estado gozne. En febrero pasado, Turqu¨ªa firm¨® un acuerdo de cooperaci¨®n militar con Israel, que le puede reportar ventajas frente a Siria con vistas a una futura lucha por el agua en la regi¨®n. Erbakan ha criticado este acuerdo, pero probablemente lo respetar¨¢, pues ha sido avalado por el Ej¨¦rcito, atento vigilante del primer ministro.
Pero los primeros pasos que ha dado fuera de sus fronteras apuntan a una nueva modulaci¨®n de la pol¨ªtica exterior turca, al menos en lo que a los deseos del primer ministro se refiere. Para empezar, est¨¢ la cuesti¨®n kurda, que Turqu¨ªa quiere resolver, es decir, sofocar. Ankara ha acusado repetidamente a Ir¨¢n de dejar que las guerrillas kurdas usen su territorio contra Ankara. Puede ser. Pero aunque. utilice esta palanca, Ir¨¢n tampoco se muestra interesado en el surgimiento de un Estado independiente kurdo en sus fronteras, aunque debilite con ello a Irak. Erbakan anunci¨® ayer en Teher¨¢n un reforzamiento de la colaboraci¨®n para el control de las fronteras. El dirigente turco intenta promover una cumbre entre Ir¨¢n, Irak y Siria para buscar una soluci¨®n al problema del Kurdist¨¢n iraqu¨ª, bajo control kurdo -y en parte de una fuerza multinacional- desde el fin de la guerra del Golfo.
En esta partida, Erbakan estar¨ªa recabando tambi¨¦n la cooperaci¨®n de Ir¨¢n para una mayor penetraci¨®n econ¨®mica turca en las antiguas rep¨²blicas sovi¨¦ticas, hoy independientes, de Asia Central. Ir¨¢n, m¨¢s que exportar revoluciones, se ha centrado hasta ahora en invertir en infraestructuras, gan¨¢ndole la mano a una Turqu¨ªa cuyos primeros pasos hab¨ªan sido poco m¨¢s, que simb¨®licos. El resultado de todo ello puede ser una superposici¨®n de redes de transporte y comerciales en Asia Central, con importantes componentes energ¨¦ticos.
Erbakan ha sido recibido en Teher¨¢n como una "personalidad del mundo isl¨¢mico", y se ha visto con los principales dirigentes religiosos, adem¨¢s de los pol¨ªticos. Viajar¨¢ despu¨¦s a Pakist¨¢n, Singapur, Malaisia e Indonesia, en lo que constituye esencialmente una gira por el islam asi¨¢tico. Pero de ah¨ª a concluir que Erbakart est¨¢ intentando trabar una alianza isl¨¢mica hay todo un mundo. Pues, m¨¢s que unidad, este mundo isl¨¢mico es un magma. Y, adem¨¢s, Ankara sigue teniendo como aliado estrat¨¦gico a Estados Unidos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.