Alegr¨ªa y cosa buena
Los autores de 'Macarena' pusieron en pie dos veces el Parque de Atracciones
Acababa de llover y el calor hab¨ªa aumentado. Quedaban unos minutos para las siete de la tarde de ayer, y el cemento de los asientos del auditorio del Parque de Atracciones ard¨ªa. No importaba, actuaban Los del R¨ªo y hab¨ªa que coger sitio. Las 2.000 localidades estaban casi ocupadas y, se llenaron cuando a la mitad de su primera actuaci¨®n sonaron los primeros acordes de Macarena, la canci¨®n que ha unido a la humanidad.Familias enteras, abuelitos y beb¨¦s incluidos, no cab¨ªan en s¨ª por ver a esos se?ores tan populares actuando ante ellos, al natural. El calor apretaba de lo lindo, y Los del R¨ªo sobre el escenario ten¨ªan las camisas empapadas con las primeras rumbitas. "Son m¨¢s guapos que en la tele", confesaba Mar¨ªa Jos¨¦, un ama de casa de M¨®stoles a la que el marido hab¨ªa sacado por primera vez en todo el verano: "Hemos venido porque a ¨¦l le encanta Macarena, que si no, no se mueve del sill¨®n ni a tiros".
Rafael Ruiz y Antonio Romero, Los del R¨ªo, conectan con la gente mucho antes de que suene el c¨¦lebre soniquete de Macarena, que se oye ahora en todos los rincones del planeta, de Jap¨®n a Nueva York, de Ruanda a Sarajevo, de Grecia a Irlanda, y las pausas entre canci¨®n y canci¨®n las rellenan con esos chascarrillos que s¨®lo saben improvisar con gracia unos sevillanos como ellos: "Estamos calientes, m¨¢s que un soldado en Ibiza", dec¨ªa el popular d¨²o, y su gente se lo re¨ªa. Agradecidos, Los del R¨ªo lanzaban piropos al p¨²blico cuando ¨¦ste se dejaba las manos aplaudiendo.Y de repente empez¨® Macarena; pandillas que apuraban un viaje en los coches de choque o una vuelta en la noria corrieron al auditorio al reconocer los primeros compases. El auditorio en pleno y en pie se puso a hacer el movimiento famoso y el saltito con el ?ay, Macarena!, y las caras eran una alegr¨ªa. "No conviene comerse mucho el coco intentando en-tender el porqu¨¦ del ¨¦xito sin precedentes de esta canci¨®n, que lleva cuatro semanas seguidas n¨²mero uno en EE UU", se?alaba Jos¨¦ Mar¨ªa C¨¢mara, presidente de la compa?¨ªa discogr¨¢fica de Los del R¨ªo. "Es simple, la melod¨ªa es la escala b¨¢sica natural de la m¨²sica, y lo entiende lo mismo un japon¨¦s que un africano".Ayer la bail¨® todo el mundo, esa gente sin complejos tan t¨ªpica de un domingo de agosto en la Casa de Campo de Madrid. Pantalones cortos, ellos y ellas, arrastrando un carrito de beb¨¦, rodeados de ni?os que comen algod¨®n en rama, y provistos de ri?oneras, c¨¢maras de fotos y que ¨²ltimamente han echado tambi¨¦n al cinto un tel¨¦fono m¨®vil digital.
Y es que ni Los del R¨ªo se lo creen. "Descansamos menos que un sem¨¢foro", dec¨ªa en su camerino un sudoroso Antonio, recuperando el resuello para el pase de la noche. "El ¨¦xito de Macarena es un milagro", explicaba, "mi madre muri¨® al a?o de sacarla, y entonces empez¨® a vender. Debe estar incordiando mucho en el cielo para que siga nuestro ¨¦xito".
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