Asuntos de familia
In¨¦s Sastre celebra el cumplea?os de su madre. Hijas que no desgrav¨¢is, tened cuidado
Jol¨ªn, qu¨¦ suerte. De repente, en el N¨¢utico, me encontr¨¦ con la modelo In¨¦s Sastre, que iba a embarcarse con unos amigos y con su madre para celebrar el cumplea?os de ¨¦sta. In¨¦s, contratada por Lanc?me para la campa?a publicitaria de Max Factor y del perfume Tresor, en sustituci¨®n de Isabella Rossellini, que ya est¨¢ muy mayor -la pobre tiene 40 a?os-, es una criatura, dec¨ªa, aparte de bell¨ªsima, encantadora. Finalizados sus estudios de literatura francesa en la Sorbona, se dispone a instalarse en Londres. Aquella ex¨®tica adolescente de 13 a?os que tanto impresion¨® en su primera aparici¨®n p¨²blica, en la pel¨ªcula de Saura Eldorado, sigue dej¨¢ndote sin habla, y, adem¨¢s, es una delicia. Veranea desde hace a?os en Mallorca, huye de la prensa como puede, pero, incapaz de dar un desplante, se avino a posar para nuestro fot¨®grafo, lo que imagino todos ustedes agradecer¨¢n.Yo hab¨ªa dirigido mis pasos hacia el Club sin saber por qu¨¦. Me ocurre ¨²ltimamente, y de ma?ana, despu¨¦s de asistir de noche, en Valldemossa, a uno de los recitales del Festival Chopin -si alguna vez me pierdo, que me busquen en la Cartuja-, me sent¨ªa reculta y refina, y con una especie de frustraci¨®n, un mono de vela que arrastro desde que termin¨® la Copa del Rey y, con ella, la oportunidad de embarcarse democr¨¢ticamente. As¨ª que una fuerza irresistible me conduce de vez en cuando hacia el N¨¢utico, como si mi cuerpo estuviera habitado por el esp¨ªritu de Stefano Casiraghi, o incluso de Onassis. Y all¨ª me hallaba, contemplando las excrecencias que los limpiadores de yates arrojan a la mar y que flotan en la superficie junto a los muelles -biodegradante, caviar y cosas as¨ª-, polucionando pero con lustre, cuando la aparici¨®n de In¨¦s me dej¨® sin aliento.
Recuperada de la impresi¨®n, me met¨ª en un nuevo derrotero de la reflexi¨®n estival, que tan a menudo me ocupa. ?No notan ustedes que lo familiar est¨¢ convirti¨¦ndose en un asunto p¨²blico? No me refiero a que est¨¦ en el candelabro, lo familiar, ni siquiera en la noria, sino a que, mientras todo lo dem¨¢s se privatiza, la familia empieza a estatalizarse. Bien est¨¢ que la Generalitat de Catalunya obligue por decreto a los hijos a hacerse cargo de sus padres -aunque habr¨ªa que ver qu¨¦ clase de padres, qu¨¦ clase de hijos, etc¨¦tera-, bien est¨¢, incluso, que las asociaciones provida quieran decidir si una madre tiene que parir o no, y cu¨¢ntos, y a qu¨¦ hora, y c¨®mo es ¨¦l, etc¨¦tera. Pero lo de convertir en sargentos a los padres para acabar con la insumisi¨®n, con el se?uelo de que por cada hijo que manden al cuartel les desgravar¨¢n 30.000 pesetas, me parece, am¨¦n de una intrusi¨®n castrense, una ordinariez, y una incitaci¨®n al sexismo. Si esto sigue as¨ª, las chicas que nazcan en este pa¨ªs van a acabar en un orfanato chino, v¨ªctimas de falta de desgravaci¨®n fiscal. Eduardo Serra debi¨® de sufrir un c¨®lico mientras lo ideaba y crey¨® que era un pensamiento.
La desaz¨®n de no tener hijos que me desgraven ni hijas de las que deshacerme me hizo caer en un coma vegetativo hasta tal punto absurdo que envidi¨¦ a Mandy Alwood, la inglesa de los octillizos, tan contenta porque nota que le dan pataditas: c¨®mo no se las van a dar, si deben de estar los pobres nascituros, adem¨¢s de apretujados, con el hist¨¦rico, tratando de autodestruirse como la cinta de Misi¨®n imposible, antes de tener que asomarse a tal mundo.
Tras mucho barruntar; he llegado a la conclusi¨®n de que los solteros irreproducidos debemos mont¨¢rnoslo hacia atr¨¢s, acudiendo a una de esas casas que trepan por tu apellido hasta reunir todo tipo de detalles aparentes, y que, por fin, te mandan a casa un set de cristaler¨ªa y vajilla con el escudo, un par de anillos de sello de quita y pon para encajarlos en el me?ique, un diploma y un p¨®ster desplegable con las armas de la familia, para colgarlo encima del microondas, en plan Ozul¨ªn d'Ubrique. Hay tanta competencia en el sector -todo el mundo pretende que, efectivamente, a Espa?a no la conozca ni la madre que la pari¨®-, que creo que se puede pagar mediante leasing.
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