Una locura

"Es una locura". Esta valoraci¨®n estaba en boca de muchos pol¨ªticos y comentaristas rusos ayer, al referirse al ultim¨¢tum de 48 horas dado por el general Konstant¨ªn Pulikovski a la poblaci¨®n civil de Grozni para abandonar la ciudad, en cumplimiento de las ¨®rdenes del presidente Bor¨ªs Yeltsin. Entre los que elevaron su voz para intentar evitar la carnicer¨ªa estaba Sergu¨¦i Kovaliov, el jefe de la comisi¨®n de derechos humanos adscrita al l¨ªder ruso.Kovaliov, que se recupera todav¨ªa de un infarto en las afueras de Mosc¨², manifest¨® que el ¨²nico m¨¦todo para acabar con la guerra partisana es "la t¨¢ctica de tierra quemada, pero esto ser¨¢ ya un genocidio y el exterminio masivo de los chechenos". Kovaliov, que es diputado, se pronunci¨® a favor del cese inmediato de todos los que se han implicado en la guerra.

El tono duro empleado por Pulikovski al emitir la orden de evacuaci¨®n y su despreocupaci¨®n por el destino de los civiles hacen pensar que ¨¦ste podr¨ªa extremarse en su celo por razones personales. Pulikovski, que perdi¨® a su hijo en la guerra de Chechenia, dijo que avisar a la poblaci¨®n de Grozni para que abandone la ciudad no era cosa suya. En contra del asalto a la ciudad se pronunci¨® el jefe del Gobierno pro moscovita de Chechenia, Doku Zavg¨¢iev, quien anunci¨® su intenci¨®n de conseguir que Pulikovski retire su ultim¨¢tum