El 22% de los vecinos de La Celsa sufre enfermedades f¨ªsicas y ps¨ªquicas
La vida en las chabolas pasa factura en la salud de sus habitantes. Un 22% de los 465 vecinos de La Celsa, en el Puente de Vallecas, la favela m¨¢s antigua de la ciudad, realojada las pasadas navidades en unas casas bajas con aspecto de b¨²nkeres, padecen dolencias que requieren atenci¨®n m¨¦dica.?ste es uno de los datos del informe elaborado este a?o por el Consorcio para el Realojamiento de la Poblaci¨®n Marginada sobre la situaci¨®n demogr¨¢fica, sanitaria y educativa de los 11 poblados -dos de chamizos y el resto de prefabricados o casas bajas- en los que realiza trabajo social con 5.000 personas, la mayor¨ªa gitanas. Los datos intentan responder a una pregunta parlamentaria de la diputada de Izquierda Unida Virginia D¨ªaz acerca de la situaci¨®n actual de estos barrios.
En los 10 asentamientos, habitados por cinco millares de personas, hay 561, un 11%, que sufren enfermedades f¨ªsicas y ps¨ªquicas. La Celsa tiene los mayores problemas de salud. Hay 28 vecinos con politoxicoman¨ªas, 13 con artrosis, ocho con bronquitis, seis con glaucoma, cinco con epilepsia y medio centenar con otros padecimientos como depresiones, re¨²ma, sida, ¨²lcera de est¨®mago, problemas cardiacos, renales o diabetes.
En otros asentamientos como Plata y Casta?ar, en Villaverde, formado por casas bajas bastante integradas en el entorno, tambi¨¦n el 18% de sus 609 habitantes padecen problemas como hipertensi¨®n (28 casos), toxicoman¨ªas (19) y diferentes minusval¨ªas f¨ªsicas, ps¨ªquicas y sensoriales (60).
En La Quinta, un n¨²cleo de casas bajas de Fuencarral habitado por 261 personas y convertido en un importante n¨²cleo de venta de drogas, los padecimientos afectan a un 15% de la poblaci¨®n. Hay 20 toxic¨®manos, dos mujeres con problemas de enanismo y nueve personas con discapacidades ps¨ªquicas y sensoriales. Destaca tambi¨¦n el alto n¨²mero de chabolistas con problemas an¨ªmicos en el barrio de chamizos del Cerro de la Mica, en Latina: 60 de sus 917 habitantes.
Los poblados de realojamiento del Ca?averal, en Vic¨¢lvaro, con s¨®lo un 3% de enfermos entre sus 436 habitantes, y el de Jauja, en Latina, con un 2,5% de vecinos con dolencias, son los que presentan una mejor salud.
El director del ¨¢rea social del Consorcio, Florencio Mart¨ªn, matiza que todos estos datos hay que tomarlos con cierta cautela ya que se trata de diagn¨®sticos ¨²nicos.
Mart¨ªn cree que el consumo de drogas no afecta de manera especial a los chabolistas. "Se deducir¨ªa que una cuesti¨®n es la venta de droga y otra cuesti¨®n es el consumo", a?ade. "A la venta lleva un relajamiento de los valores ¨¦ticos y un deseo de enriquecimiento r¨¢pido y f¨¢cil; en el consumo influyen factores psicol¨®gicos de otro orden, motivaciones individuales, no de grupo, de imitaci¨®n a modelos...", apostilla. Estos problemas de salud contrastan con la juventud de los pobladores de estas barriadas: casi el 77% son menores de 30 a?os. S¨®lo el 2,8% de los habitantes de estos n¨²cleos superan los 60 a?os, cuando en el resto de la poblaci¨®n este porcentaje asciende al 20%.
Mejor en Plata y Casta?ar
El 39% de los ni?os chabolistas falta a clase
La situaci¨®n es radicalmente distinta en el poblado de Plata y Casta?ar, en Villaverde, considerado desde hace a?os como uno de los pocos asentamientos chabolistas gitanos con un nivel de integraci¨®n aceptable. De 133 chiquillos, 108 est¨¢n apuntados en centros escolares y el 90% acuden al aula con regularidad. Hay 25 ni?os entre los 14 y los 16 a?os que no van al colegio porque tienen que ayudar a sus padres en la recogida de chatarra y, en el caso de las chicas, por estar casadas.El director del ¨¢rea social del Concorcio, Florencio Mart¨ªn, explica la baja escolarizaci¨®n de los mayores de 13 a?os por varias razones: los matrimonios de preadolescentes y el hecho de que, desde esa edad, constituyen mano de obra para la econom¨ªa familiar.
"Tambi¨¦n ha influido que, por razones de presi¨®n policial, hay un importante n¨²mero de cabezas de familia en prisi¨®n (a menudo por venta de droga) y eso aumenta las responsabilidades de los hijos mayores", a?ade.
Mart¨ªn cree que cada vez hay m¨¢s familias chabolistas gitanas que han descubierto los beneficios de la educaci¨®n, aunque admite que los cambios de h¨¢bitos en este sentido llevar¨¢n su tiempo.
"Tenemos casos aislados de padres que descubrieron la importancia de la escuela y algunos de sus nietos est¨¢n ya en primero y segundo de BUP", matiza.
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