El Bar?a gana la la Supercopa por un pelo
El Atl¨¦tico arroll¨® al equipo azulgrana, que dio una pobr¨ªsima impresi¨®n
El Bar?a sali¨® con la Supercopa por los pelos. Fue arrollado por el Atl¨¦tico" que jug¨® con su habitual determinaci¨®n, convencido de que la victoria era posible y el trofeo tambi¨¦n. Jug¨® con toda la decisi¨®n que el Barcelona no tuvo. Tampoco tuvo orden ni poder¨ªo. Un equipo discret¨ªsimo, muy poco trabajado en el orden t¨¢ctico, con muchos problemas, Lopetegui a la cabeza. El Bar?a termin¨® refugiado en el ¨¢rea, sacudido por el Atl¨¦tico, que se qued¨® al borde de la proeza despu¨¦s de su bravo asalto en el segundo tiempo.Cuatro veces se han enfrentado el Atl¨¦tico y el Bar?a durante la pretemporada y cada partido ha sido diferente. La vuelta de la Supercopa fue un encuentro movido, demasiado acelerado quiz¨¢, sobre todo para los intereses del Barcelona, que no encontr¨® la manera de enfriar el juego. El Atl¨¦tico se sinti¨® m¨¢s c¨®modo en el torbellino. Es un equipo que se siente amparado por el f¨²tbol recio y r¨¢pido, en los partidos que parecen in gobernables, como ¨¦ste, que se movi¨® de ¨¢rea a ¨¢rea, sin apenas detenerse en el centro del campo. En el frenes¨ª, el Bar?a comenz¨® a deshojarse. Perdi¨® la capacidad para imponer un juego m¨¢s moro so. Los intentos de Guardiola por dirigir el tr¨¢fico se hicieron dificultosos: el partido iba a todo trapo y no hab¨ªa manera de bajarse.
Hasta cinco oportunidades se produjeron en el primer cuarto de hora. Hab¨ªa una urgencia visible en el Atl¨¦tico, que quer¨ªa marcar pronto e impedir que el Barcelona se sintiera a salvo con su flotador de tres goles. Simeone lleg¨® para cabecear dos centros desde la derecha, donde L¨®pez hac¨ªa un alarde f¨ªsico ante el desinter¨¦s de Stoichkov, que da la impresi¨®n de haberse convertido en un jugador ventajista, de los que tiran con habilidad el anzuelo a las tribunas. Y tambi¨¦n anda perezoso, sin ganas de seguir a los laterales, que aprovechan el agujero para lanzarse al galope, como L¨®pez, que tuvo v¨ªa libre por su pasillo. M¨¢s tarde, en el segundo, tiempo, Stoichkov se recuper¨® y tuvo m¨¢s actividad.
En el Atl¨¦tico, Pantic tuvo mucho sentido. Jug¨® bien, con intuici¨®n y habilidad, con el oficio de un jugador que saca un excelente partido a sus condiciones. Por ejemplo, en las faltas. Es un lanzador excelente en las directas, en las indirectas y los saques de esquina. El Atl¨¦tico se agarr¨® muchas veces a Pantic el pasado a?o y lo mismo sucede esta temporada. El gol del Atl¨¦tico vino tras un libre indirecto, como tantas veces. Lopetegui tambi¨¦n colabor¨®: se qued¨® en la raya de gol y enseguida se ech¨® al suelo, que es defecto muy grave en los porteros. Lopetegui volvi¨® a verse superado por las exigencias del cargo en el segundo tanto del Atl¨¦tico, un gol c¨®mico. Fue un pase corrido, sin demasiadas esperanzas para Esn¨¢ider, que sigui¨® a la pelota por si acaso, no fuera a darse el caso de que el portero no estuviera en su sitio. Como Lopetegui, -por ejemplo. Estaba en la raya de gol, donde habita -y donde obliga a sus -defensas a jugar con el culo en la porter¨ªa. Total, que un bal¨®n suyo se convirti¨® en un bal¨®n de Esn¨¢ider. Pero lo peor fue la reacci¨®n del portero azulgrana, que se tir¨® con los pies por delante, como si no le sirvieran los brazos y las manos, que es facultad de los porteros. De modo que otra vez al suelo y la porter¨ªa libre: gol de Esn¨¢ider.Entremedio, el Bar?a marc¨® en un contragolpe el gol que finalmente le dio la Supercopa. Naci¨® en un fuera de juego de Sergi. Lo concret¨® Stoichkov, que empuj¨® la pelota. Pero el Barcelona andaba mal en el partido. Atacado por los nervios, Lopetegui anunciaba grandes cat¨¢strofes en cada una de sus intervenciones y la defensa comenz¨® a preocuparse. Luego se preocup¨® todo el equipo, que se tir¨® atr¨¢s para aguantar el chaparr¨®n. El Atl¨¦tico marc¨® el segundo y se lanz¨® a por el tercero frente a un equipo que defendi¨® con nueve jugadores junto a su portero y el pelotazo a cualquier sitio. Un equipo peque?ito y mediocre que se aboc¨® al sufrimiento.
Pantic marc¨® el tercero en un tiro libre. Gran lanzamiento, pero otra pobr¨ªsima interpretaci¨®n de Lopetegui: la pelota entr¨® por su palo. Hasta el ¨²ltimo minuto, el Atl¨¦tico arroll¨® al Bar?a, metido en su ¨¢rea, desbordado, desordenado, sin estilo. El Atl¨¦tico estuvo al borde del cuarto gol. Lo mereci¨® por juego, por arranque, por ocasiones y por su enorme superioridad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.