Paz de Netanyahu

LA DERECHA israel¨ª del Likud instal¨® en el poder a Benjam¨ªn Netanyahu a fin de junio pasado. Los medios de opini¨®n internacionales acogieron entonces su victoria escrutando con la mayor atenci¨®n todos los signos que permitieran suponer que su mandato no ten¨ªa por qu¨¦ ser negativo para el proceso pol¨ªtico en Oriente Pr¨®ximo. Desempolvaron para ello la memoria de Men¨¢jem Beguin, que hizo la paz con Egipto y evacu¨® el Sina¨ª. Todo ello resulta hoy insostenible.El jefe de Gobierno israel¨ª no ha mostrado la menor inclinaci¨®n a recibir a Yasir Arafat, ha proclamado que no habr¨¢ retirada del Gol¨¢n sirio y ha ordenado la construcci¨®n de una nueva colonia de 900 hogares en Cisjordania. Ante ello, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina ha convocado para hoy una huelga de medio d¨ªa en los territorios ocupados y una jornada de movilizaci¨®n popular ma?ana en Jerusal¨¦n.

El planteamiento de Netanyahu. tiene la ruda virtud de la claridad: no est¨¢ dispuesto a negociar nada sustancial, ni la retirada del Gol¨¢n con Siria ni con los palestinos el desarrollo de su autonom¨ªa, supeditada a la evacuaci¨®n militar israel¨ª de Cisjordania. Con Siria s¨®lo acepta tratar asuntos menores, como la utilizaci¨®n del agua, que corresponder¨ªan a un momento posterior, con un tratado de paz firmado por las partes.

As¨ª, la indignaci¨®n que se estaba cociendo en medios palestinos ha terminado por salir a la superficie. Y si Arafat ha tratado de modular su respuesta -s¨®lo medio d¨ªa de huelga general-, como quien espera a¨²n una respuesta a su desencanto, el Parlamento palestino ha ido m¨¢s lejos pidiendo la suspensi¨®n inmediata de las negociaciones ante la conculcaci¨®n israel¨ª de todos los acuerdos suscritos con el anterior Gobierno laborista. La declaraci¨®n, sin embargo, s¨®lo reconoce una situaci¨®n de hecho: con Netanyahu en el poder no ha habido ninguna clase de negociaciones.

Todo esto se resume en el prop¨®sito del Likud de desglobalizar el problema para reducirlo a sus partes componentes y elegir entonces s¨®lo aquellas de las que quiera tratar. Como consecuencia de ello, se hace evidente lo que la h¨¢bil mano del primer ministro laborista Sim¨®n Peres difuminaba: la debilidad extrema de la posici¨®n negociadora palestina, tributaria siempre de lo qu¨¦ Israel quiera conceder en cada momento. Como consecuencia, tambi¨¦n, de los atentados de los integristas de Ham¨¢s, que han hecho tanto por dinamitar el proceso de paz, Arafat se encuentra en una posici¨®n muy delicada. Si da por liquidado el proceso de paz, ser¨¢ su pueblo el que pierda las parcelas de autonom¨ªa obtenidas, y, seguramente, nada satisfar¨ªa m¨¢s a Netanyahu. S¨®lo le queda la protesta, a la espera, quiz¨¢, de que la comunidad internacional le eche una mano.

La aspiraci¨®n palestina a un Estado independiente a edificar en los territorios eventualmente evacuados por Israel suena hoy a m¨²sica celestial. Israel no parece dispuesto a discutir una paz entre iguales, sino s¨®lo a redondear arreglos administrativos para mantener una situaci¨®n pol¨ªticamente ambigua en Cisjordania. Ni anexi¨®n ni retirada. S¨®lo par¨¢lisis sobre el propio terreno.