El sobrero del susto
Los toros de Pablo Romero fueron m¨¢s bien regulares de juego y flojos, aunque alguno tuviera nobleza. Hubo que devolver dos toros de la m¨ªtica ganader¨ªa; una pena para todos. Salieron entonces dos sobreros, y uno de ellos -el sexto de la tarde, que ser¨ªa estoqueado- asust¨® al personal, menos a un torero. Juan Jos¨¦ Padilla le plant¨® cara al marrajo y le arranc¨® las dos orejas.En su primer toro Padilla dio largas cambiadas de rodillas, ver¨®nicas templadas y pases de diferentes marcas, alguno con gusto. Alegr¨® al p¨²blico por su ¨¢nimo y buenas maneras, y se gan¨® una oreja. Y en el sexto, que desarroll¨® sentido y arm¨® un revuelo durante su lidia, se la jug¨® con la muleta y triunf¨®.
Romero / S¨¢nchez, Higares, Padilla
Toros de Pablo Romero, mansos, alguno sospechoso de pitones. Dos devueltos por inv¨¢lidos. Sobreros: 5? de Ana Isabel Vicente, manejable; 6? de Antonio P¨¦rez, mans¨ªsimo.Sergio S¨¢nchez; aviso y ovaci¨®n; aviso y silencio. Oscar Higares: ovaci¨®n en los dos. Juan Jos¨¦ Padilla: oreja y dos orejas. Sali¨® a hombros. Plaza de Alcal¨¢ de Henares, 29 de agosto. 2? corrida de feria. Media entrada.
El regalito, condenado a banderillas negras, se las hizo pasar duras a las cuadrillas. Y cuando lo que se esperaba era una justa lidia sobre los pies con la muleta, macheteo eficiente y justiciero, y empu?ar la espada con habilidad -y recursos, va Padilla y desaf¨ªa al regalito. Sustos para todo el mundo. Atragantones. Resultado, que despu¨¦s de pases de castigo, sobre la derecha sac¨® muletazos que parec¨ªan imposibles y, al final, con el acero, caz¨® al morucho peligroso de una estocada valiente.
Oscar Higares a su primero le tore¨® por derechazos, despu¨¦s de unos est¨¦ticos y buenos doblones, redondos de buen trazo, y a su segundo le porfi¨® en una faena voluntariosa y correcta, en la que hizo cuanto le dej¨® el manso ejemplar de Pablo Romero, andando por la cara del burel con garbo.
Sergio S¨¢nchez s¨®lo tuvo oportunidad de torear de capa y muleta a su noble y primer toro. En su segundo hizo bastante con estar delante. Puso banderillas en los dos. Y se eterniz¨® con la espada.
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