Que les dejen tranquilos
En este mes de agosto ha tenido lugar un proceso significativo, precisamente cuando los m¨¢s aventajados cerebros del periodismo se encontraban en situaci¨®n de descanso. As¨ª y todo, produjo mucho comentario, pero quiz¨¢s pueda no ser in¨²til recordarlo en la distancia. El proceso ten¨ªa un sujeto (Alejo Vidal-Quadras, jefe de la desconcertante secci¨®n catalana del Partido Popular), un objeto (la posibilidad, o no, de plantear una disidencia ideol¨®gica), y una sentencia: no.El contenido de la disputa es irrelevante, pero debemos resumirlo: V-Q dijo que el nacionalismo vasco y catal¨¢n era un tumor en la democracia espa?ola (?por qu¨¦ no dos?), a la cual supon¨ªa libre de otras enfermedades mortales. Los nacionalistas Catalanes respondieron que V-Q era un for¨²nculo en el Parlamento catal¨¢n. As¨ª se manifest¨® el vicepresidente tercero de Convergencia, y por lo tanto debe tomarse muy en serio: el nacionalismo catal¨¢n tiene un for¨²nculo que se llama V-Q. Los for¨²nculos, como los tumores, es menester extirparlos, pero a diferencia del tumor, cuya malignidad suele ser letal para el paciente debido a su pertinacia, el for¨²nculo, una vez extirpado, desaparece por completo y deja una clara sensaci¨®n de alivio.
Sin embargo, la extirpaci¨®n que propon¨ªa el vicepresidente tercero no parece que est¨¦ directamente relacionada con la existencia del inquietante parlamentario V-Q, sino con la innecesaria presencia de la pol¨ªtica en el Parlamento de Catalu?a. Lo que el nacionalista catal¨¢n deseaba extirpar por el bien de Catalu?a era la pura presencia de la pol¨ªtica en un medio que ya no la necesita para nada .
En verdad, ?para qu¨¦ queremos pol¨ªticos? ?Son realmente necesarios en el Parlamento catal¨¢n? ?No son acaso una presencia desazonante y prescindible? ?No desentonan poderosamente con el resto de los parlamentarios?
El partido de los socialistas catalanes ha dado muestras repetidas de que comprende la posici¨®n del vicepresidente tercero, ya hace muchos a?os que mantiene la paz y el sosiego en el Parlamento catal¨¢n, con lo que demuestra que sus miembros est¨¢n preparados para gobernar Catalu?a alg¨²n siglo. Tenemos una econom¨ªa estupenda y una poblaci¨®n deliciosa, ?qu¨¦ raz¨®n habr¨ªa para inquietar al espeso mundo de los negocios y las fiestas populares catalanas con disputas pol¨ªticas? Una sociedad feliz es una sociedad que s¨®lo precisa gerentes y capataces, y que sabe obedecer.
En el pac¨ªfico mundo del parlamentarismo catal¨¢n, V-Q representa el pasado, lo superado: la lucha de ideas, el enfrentamiento radical, la falta de respeto hacia el establecimiento, el sarcasmo del habituado a la farsa institucional, la impaciencia de quien trata mucho patriota con cuentas en Suiza, el impugnador de la totalidad. En fin, da muestras de un conjunto estil¨ªstico que anta?o defin¨ªa al columnista de izquierdas, esa pieza de museo del periodismo, y que son por completo inconvenientes en un diputado catal¨¢n.
Lo que ha sucedido con V-Q es de aplicaci¨®n general y su acabamiento (extirpaci¨®n, apoteosis, labor fraccionar¨ªa, guerrilla urbana) del todo indiferente. Lo mismo habr¨ªa sucedido con un comunista preocupado por el enorme Poder que est¨¢ tomando el mundo financiero en el Parlamento catal¨¢n. O con un ecologista desesperado ante lo que va quedando de Catalu?a gracias a la emprendedora pol¨ªtica de medio ambiente de Converg¨¨ncia. O incluso con un nacionalista radical, horrorizado por el pacto de negocios de la oligarqu¨ªa catalana y la mesetaria. Cualquier argumento o locura, cualquier razonamiento o insensatez, por el mero hecho de introducir la disputa pol¨ªtica o ideol¨®gica en el Parlamento de Catalu?a, habr¨ªa sido un for¨²nculo de vicepresidente tercero.
Porque la modernizaci¨®n de Catalu?a (y es tan s¨®lo el anuncio de lo que suceder¨¢ en el resto de Espa?a, conducida por el PP con mano de santo) ha tra¨ªdo consigo la eliminaci¨®n de lo pol¨ªtico para facilitar la pac¨ªfica gerencia de recursos y distribuci¨®n de beneficios seg¨²n las necesidades y el poder de los a veces enfrentados consorcios, oligopolios y corporaciones.
La modernizaci¨®n (que no la modernidad) consiste precisamente en esto: la eliminaci¨®n de par¨¢sitos (votaIntes, sindicatos, asociaciones, ide¨®logos) interpuestos entre el programa productivo y el programa distributivo, tambi¨¦n llamado "pol¨ªtico". El debate de ideas no. es ya un, m¨¦todo adecuado para la disposici¨®n de futuro, sino un for¨²nculo, una desaz¨®n que suele incidir en las partes menos p¨²blicas del cuerpo administrativo modernizado, e incluso posmodernizado.
Que un socio (la pluma se me ha detenido ella sola, ?un socio de qu¨¦?, porque no hay un solo nacionalista catal¨¢n en el Gobierno de Espa?a; pero da lo mismo, no voy a ponerme ahora pol¨ªtico yo tambi¨¦n), que un socio de Converg¨¨ncia tenga la audacia de traer a discusi¨®n si en Catalu?a hay permiso para ser antinacionalista, agita un problema que puede mover las aguas de la charca y aflorar mucho fango. Es un problema peligroso, uno: por su elemental vaciedad (todos sabemos que el nacionalismo es incompatible con cualquier ideolog¨ªa, incluida la nacionalista de los otros); dos: porque puede poner de manifiesto una cierta disimetr¨ªa catalana (lugar en donde estar¨ªa prohibido ser antinacionalista, pero no nazi); y tres: porque, como pronto le explicaron sus apoderados madrile?os a V-Q, el pacto de Converg¨¨ncia con el PP es de negocios (y exige silencio) y no de pol¨ªtica (la cual exige discusi¨®n p¨²blica).
La pol¨ªtica es una actividad que s¨®lo debe practicarse en algunos enclaves del Tercer Mundo, como Cuba, en donde la ausencia de una econom¨ªa saneada ha de compensarse mediante la simulaci¨®n de que los ciudadanos son seres humanos e ideol¨®gicos, capaces de cambiar su sociedad. Los benignos parlamentarios catalanes muchos de los cuales son populares comentaristas de f¨²tbol, simp¨¢ticos gastr¨®nomos o incluso veraneantes perpetuos a los que nadie puede reprochar haber tenido (o por lo menos haber expuesto)
na sola idea pol¨ªtica en las ¨²ltimas d¨¦cadas, as¨ª lo han comprendido y todos los s¨²bditos se lo agradecemos much¨ªsimo. ?Que paz, qu¨¦ silencio, se?ores! Y ya llevarnos as¨ª veinte a?os.
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