Vuelve el maleficio de La Romareda

El maleficio de La Romareda volvi¨® a caer sobre el Real-Zaragoza. Como sucediera durante toda la temporada pasada, el equipo aragon¨¦s se mostr¨® incapaz de resolver en su propio estadio. Puso el mejor f¨²tbol, disfrut¨® de muchas ocasiones y goz¨® de una ventaja de dos goles en el marcador, pero acab¨® contra las cuerdas y buscando desesperadamente Ja conclusi¨®n del choque para evitar males mayores.El encuentro fue un calco de los vividos en la campa?a precedente. Los jugadores de V¨ªctor Fern¨¢ndez disfrutaron de casi media hora de juego brillante y de una gran profundidad. La goleada parec¨ªa asomarse. Gustavo Poyet se presentaba ante Aizcorreta una vez tras otra, sin la menor oposici¨®n. Marc¨® el primer gol cuando no se hab¨ªa alcanza do el minuto 20 y se mostraba omnipresente. Era el jugador que fue calificado como el mejor llegador de la Liga espa?ola. Adem¨¢s de crear ocasiones las entregaba en bandeja a sus compa?eros. Pero el Zaragoza no tiene quien quiera al gol. El uruguayo y Morientes, son sus ¨²nicas apuestas.

El Logro?es no volv¨ªa la cara, pero parec¨ªa un equipo demasiado fr¨¢gil. Empe?ado en tutear a los jugadores zaragocistas, mostraba buenas hechuras. Su insistencia en tocar el bal¨®n propiciaba muchos espacios por los que Higuera o Poyet entraban con cierta claridad.

Lotina n¨® desesperaba. Insist¨ªa en que se cargara el juego sobre Morales, que por la banda izquierda desbordaba a Belsu¨¦ con facilidad y buscaba a Manel. Una sociedad que puede ser letal para el conjunto riojano. El a?o pasado en Segunda Divisi¨®n marcaron 42 goles y por lo visto en La Romareda, en la m¨¢xima categor¨ªa, no andar¨¢n lejos.

El segundo gol del Zaragoza, nuevamente obra de Poyet nada m¨¢s iniciarse el segundo periodo, parec¨ªa definitivo. Pero ah¨ª se acab¨® el. fuelle de los locales. El. centro del campo se descompuso y la defensa comenzo a acusar el cansancio. Morales, Markovic, Manel o Rub¨¦n Sosa, romp¨ªan la cintura con facilidad a los zagueros zaragocistas. Manel meti¨® el miedo en el cuerpo a los zaragozistas al conseguir el 2-1 a los diez minutos de la reanudaci¨®n, al marcar a puerta vac¨ªa un servicio de Markovic.

El Zaragoza fue quien m¨¢s se asust¨®. Se meti¨® atr¨¢s. Intent¨® esperar que pasaran los minutos y vio c¨®mo el peligro acechaba la puerta de Juanmi. Un bal¨®n que perdi¨® Higuera en la frontal del ¨¢rea riojana propici¨® un contragolpe qu¨¦ resolvi¨® de nuevo Manel con autoridad. El p¨²blico se encresp¨®, recordando las ocasiones perdidas y los jugadores del Zaragoza perdieron la compostura, recibiendo una tarjeta tras otra, fruto de la impotencia que mostraban.

El Logro?¨¦s obten¨ªa as¨ª el fruto a un trabajo paciente y ordenado, mientras el Zaragoza, a la espera de la llegada de sus fichajes extranjeros dej¨® claro que poco ha cambiado respecto al pasado.