Radiograf¨ªa iran¨ª
Los conservadores han aprovechado el cerco pol¨ªtico y econ¨®mico de EE UU para cortar todo aperturismo en Ir¨¢n
Denunciado por el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, como el principal padrino de los ¨²ltimos atentados contra: intereses norteamericanos -los dos en Arabia Saud¨ª contra soldados estadounidenses, sobre todo-, el Ir¨¢n del jomeinismo sin Jomeini es un pa¨ªs escindido entre el deseo de apertura pol¨ªtica, moral y econ¨®mica de una parte creciente de la poblaci¨®n y el enrocamiento de un r¨¦gimen incapaz de evolucionar seriamente. Un enviado especial de EL PA?S acaba de regresar de Ir¨¢n, pa¨ªs que retrata en el siguiente diccionario.
Un pa¨ªs como Ir¨¢n es mucho m¨¢s complejo que 17 vocablos. Pero ¨¦stos permiten trazar un cuadro n¨ªtido de una naci¨®n que se mueve entre dos impulsos: la tradici¨®n y la modernidad. He aqu¨ª algunas de sus paradojas:Aislamiento. Pese a la ofensiva norteamericana, Ir¨¢n no est¨¢ aislado. Europeos, japoneses, rusos y muchos de los vecinos musulmanes de Ir¨¢n se niegan a seguir la pol¨ªtica de Clinton. Ir¨¢n acaba de recibir a Necmettin Erbakan, el primer ministro turco, y a Theodore Pangalos, el ministro griego de Exteriores. Y Grecia y Turqu¨ªa son miembros de la OTAN.
Am¨¦rica. Vuelve a ser el Gran Sat¨¢n. Los aviones norteamericano, violan estos d¨ªas el espacio a¨¦rea iran¨ª. En el mejor de los casos, ponen a prueba los sistemas de detecci¨®n; en el peor, buscan provocar un enfrentamiento. Las unidades de la V Flota tambi¨¦n se muestran particularmente activas en el golfo P¨¦rsico. ?Atacar¨¢ EE UU? Los dirigentes de la Rep¨²blica Isl¨¢mica dicen que Washington les odia porque no puede consentir que nadie escape a su liderazgo. Creen que la actual campa?a obedece a necesidades electorales del presidente Bill Clinton.
Armas. Ir¨¢n afirma que gasta el 1,6% de su producto interior bruto (PIB) en defensa, lo que, comparado con el 6,2% gastado por Pakist¨¢n, el 7,8% de Siria, el 8,3% de Israel y el 13,8% de Arabia Saud¨ª, le convierte en el pa¨ªs de la regi¨®n que menos presupuesto dedica a esta materia. Observadores internacionales afirman, no obstante, que el gasto iran¨ª en defensa. es muy superior, aunque enmascarado en otros conceptos presupuestarios. Ir¨¢n dispone, adem¨¢s, de misiles de largo alcance Nodong 1, fabricados en. un programa conjunto' con Libia y Corea del Norte, otros dos enemigos declarados de EE UU. Esos misiles son superiores en alcance y poder destructor a los c¨¦lebres Scud de Sadam Husein.
Censura. El r¨¦gimen, oscila entre periodos de intensa represi¨®n y otros de relativa mano ancha. Ahora, dada la victoria obtenida en las elecciones legislativas de la primavera por los conservadores de Nateg-Nuri frente a los tecn¨®cratas de Rafsanyani, vuelve el rigorismo mas extremo. El Ershad o Ministerio de Cultura y Gu¨ªa Isl¨¢mica acaba de difundir nuevas normas de censura para el muy creativo cine iran¨ª: prohibici¨®n de primeros planos de mujeres y de im¨¢genes que acent¨²en, aunque sea bajo el chador, las l¨ªneas del cuerpo femenino; prohibici¨®n del us¨® de nombres tradicionales musulmanes como Mohamed, Al¨ª, Hassan o Hussein para personajes negativos...
Cifras. Las estad¨ªsticas oficiales son poco fiables. Ahora se anuncia un censo para saber cu¨¢ntos habitantes tiene el pa¨ªs; pueden ser entre 60 y 63 millones de personas. El Gobierno tiende a exagerar la cifra de crecimiento del PIB y a reducir las de la inflaci¨®n y la deuda exterior; pero en su vida cotidiana, los iran¨ªes constatan que hay poco empleo, que ¨¦ste est¨¢ mal pagado -100 d¨®lares (12.500 pesetas) mensuales para un asalariado medio- y que los precios suben de d¨ªa en d¨ªa.
Comisar¨ªa. En la Comisar¨ªa para Extranjeros de Teher¨¢n, el suelo es de lin¨®leo carcomido; en las paredes destacan retratos del fallecido imam Jomeini y su sucesor, el ayatol¨¢ Jamenei, y al lado de las mesas se amontonan sacos de patatas y r¨¢banos. Todo se escribe a mano en papeles que se sujetan entre s¨ª con alfileres. El extranjero se desespera de mesa en mesa, de funcionario en funcionario, sin lograr desatascar su caso.
Compras. Si se except¨²an las bebidas alcoh¨®licas, las fotos de chicas ligeras de ropa y los miles y miles de libros, pel¨ªculas y discos "contrarios a la revoluci¨®n isl¨¢mica", no hay carest¨ªa en Ir¨¢n, un pa¨ªs de grandes comerciantes .Se encuentran en abundancia desde mercanc¨ªas locales -frutas, verduras, carnes, pescados , caviar, pistachos, alfombras...- hasta los ¨²ltimos modelos de autom¨®viles Peugeot, pasando por productos- electr¨®nicos japoneses o coreanos. No hay problemas para adquirir mercanc¨ªas tan inequ¨ªvoca mente norteamericanas como Coca-Cola, Marlboro o Windows 95. Lo malo son los precios. A 3.000 riales el d¨®lar seg¨²n el cambio oficial y 4.200 en el mercado negro, y con una inflaci¨®n de entre el 50% y el 100%, la gente carga con enormes fajos de billetes con el retrato de Jomemi.
Coqueteo.La seducci¨®n se expresa en fugaces pero significativos, cruces de miradas, sonrisas y gestos. Ante un hombre que les intetesa, las mujeres m¨¢s audaces se arreglan el velo para que pueda v¨¦rseles el cabello.
Corrupci¨®n. Pasados los primeros momentos de pureza revolucionaria, la corrupci¨®n se ha generalizado. Todo, desde un pasaporte hasta la posibilidad de organizar una fiesta con alcohol y opio en casa, pasando por la anulaci¨®n de un castigo o la concesi¨®n de un permiso, puede comprarse.
Espa?a. "La Rep¨²blica Isl¨¢mica de Ir¨¢n sostiene relaciones cordiales con Espa?a basadas en la mutua comprensi¨®n", declara al diario Tehran Times Bahram Qasemi, embajador iran¨ª en Madrid. Qasemi a?ade: "Espa?a, junto con otros pa¨ªses de la Uni¨®n Europea (PE),rechaza las recientes sanciones adicionales contra Ir¨¢n impuestas por Estados Unidos". Ir¨¢n ocup¨® el puesto n¨²mero 28? en la lista de proveedores de Espa?a en 1995, con un total de 62.000 millones de pesetas. Por su parte, Espa?a export¨® a Ir¨¢n ese mismo ano. mercanc¨ªas por valor de 15.000 millones de pesetas. Ir¨¢n ocupa el puesto 55? de sus clientes.
Nombres. La ¨²ltima moda entre los empresarios y comerciantes es el tup¨¦ engominado, la barba recortada y el traje chaqueta cruzado con camisa abotonada hasta el cuello, pero sin corbata. Los mejor colocados exhiben su posici¨®n con tel¨¦fonos m¨®viles y con Mercedes con aire acondicionado.
Mujeres. Son las grandes hero¨ªnas del pa¨ªs. Las iranies, cuya situaci¨®n es mucho mejor que la de las saud¨ªes, conducen coches, estudian en las universidades y trabajan en la calle. Ahora bien, tan s¨®lo se les puede ver el rostro y las manos -deben amortajarse desde la coronilla a la punta de los pies-,y no se les puede tocar cuando te las presentan, nada de darles la mano, ni menos besarlas-.Al conversar con ellas, lo que no representa mayor obst¨¢culo, se muestran t¨ªmidas, dulces e inteligentes. Cabe a?adir que muchas son adem¨¢s, muy guapas. A la vanguardia de la lucha por las libertades personales, las mujeres de clase media prescinden del negro chador, se visten con fulares y gabardinas de colores claros, se maquillan y se pintan las u?as. Esa especie de look Benazir Bhutto, toda una bandera de combate contra el triste rigorismo jomeinista, les ocasiona problemas con los guardianes de la ortodoxia. El castigo de los latigazos por una vestimenta puede ser evitado pagando una multa en met¨¢lico.
R¨¦gimen. Cuenta con, al menos, tres facciones: radicales, conservadores y tecn¨®cratas. A los ahora mayoritarios conservadores, liderados por el hoyatoleslam Al¨ª Akbar Nateg-Nuri, el presidente del Parlamento, lo que m¨¢s les preocupa es que se respeten los criterios morales, culturales y religiosos del islam shi¨ª. Encabezados por el hoyatoleslam Al¨ª Akbar Hachem¨ª Rafsanyani, presidente de la Rep¨²blica, los tecn¨®cratas desean convertir a Ir¨¢n en "el Jap¨®n del mundo isl¨¢mico". Por ¨²ltimo, los radicales sue?an con una versi¨®n musulmana de la Albania de Enver Hoxha. En cualquier caso, incapaz de evolucionar, el r¨¦gimen se enroca en la ineficacia, la mano dura y la corrupci¨®n. Nadie ve una alternativa a corto y medio plazo.
Salman Rushdie. La fatwa de Jomeini condenando a muerte al escritor brit¨¢nico s¨®lo puede ser revocada por una autoridad religiosa del mismo rango. Pero como nadie tiene hoy en Ir¨¢n ese rango, Al¨ª Akbar Velayati, ministro de Exteriores, asegura que, entretanto, el Gobierno iran¨ª no enviar¨¢ "ning¨²n comando para ejecutar la fatwa. Ahora bien, a?ade, el Gobierno no puede hacer nada ' contra la millonaria recompensa ofrecida a cambio de la cabeza de Rushdie por la Fundaci¨®n 15 de Jordad, "una entidad privada". El "di¨¢logo cr¨ªtico" que la UE pretende sostener con Teher¨¢n s¨¦ atasca en ese rompecabezas.
Taxis. Casi todos los varones propietarios de un turismo son taxistas en sus ratos libres en Teher¨¢n. Adem¨¢s de los taxis oficiales, los que llevan- la correspondiente ense?a, infinidad de coches destartalados ofrecen sus servicios en las calles de la capital. Son conducidos por militares, polic¨ªas, m¨¦dicos, comerciantes o profesores que redondean as¨ª sus ingresos. Tecn¨®crata. De pelo corto y lacio peinado con raya a la izquierda, gafas met¨¢licas ovaladas, barba entrecana -bien cuidada, traje chaqueta azul oscuro, camisa blanca abotonada en el cuello y anillos de plata con piedras rojas en cada mano, Gholam Hussein Karbachi es la personalidad m¨¢s representativa de la corriente tecnocr¨¢tica apadrinada por Rafsanyani. Nacido en 1953 en el seno de una familia de cl¨¦rigos de Qom, estudiante de teolog¨ªa en esa ciudad y luego de ciencias y matem¨¢ticas en la Universidad de Teher¨¢n, Karbachi es alcalde de Teher¨¢n desde 1989 por designaci¨®n de Ralanyani.Este hombre terriblemente serio y discreto, cuyo discurso contiene poca ideolog¨ªa, pero muchas cifras, se ha empe?ado en hacer habitable una ciudad sobrepoblada -10 millones de habitantes si se cuentan sus suburbios- ahogada por el desorden inmobiliaria, asfixiada por la poluci¨®n, enloquecida por el tr¨¢fico ca¨®tico, dividida entre el rico norte y el pobre sur. El "cartesiano de Teher¨¢n" se ha convertido en el principal enemigo de los conservadores.
Televisi¨®n. Los iran¨ªes llaman a su televisi¨®n p¨²blica -la ¨²nica existente- "El Jard¨ªn". Y es que, cuando no retransmite las plegarias, aparecen locutores que, desde mesas rebosantes de flores, recitan florilegios sobre las maravillas de la vida en la Rep¨²blica Isl¨¢mica. Lo mejor son esos clips que, a los acordes de Love story, muestran a cisnes navegando en un lago.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.