Miedo a los sin rostro

La p¨¦rdida del gobierno de Hernani por parte de Herri Batasuna (HB) en las pasadas elecciones municipales destap¨® la caja de los truenos. Y la violencia de los encapuchados, ahora disparada, ha alterado la convivencia en la localidad guipuzcoana. La constituci¨®n del ayuntamiento en mayo de 1995 convirti¨® el sal¨®n de plenos de la casa consistorial de Hernani en una batalla campal organizada por un grupo de simpatizantes de HB que abuche¨® e insult¨® a los ediles de las otras formaciones pol¨ªticas. El alcalde,, Jos¨¦ Antonio Rekondo, de Eusko Alkartasuna (EA), pudo percibir en esa jornada que su legislatura iba a estar marcada por la violencia. A lo largo de este a?o, el regidor ha sido insultado y golpeado en m¨¢s de una ocasi¨®n por vecinos pr¨®ximos a HB o por j¨®venes simpatizantes de ETA que ocultan su rostro tras una Capucha.

En las elecciones municipales HB fue la formaci¨®n pol¨ªtica m¨¢s votada en Hernani (18.690 habitantes) y obtuvo siete concejales. Tras el partido abertzale quedaron EA, con cuatro ediles, y el partido socialista (PSE-EE), con tres. Por ¨²ltimo, el Partido Nacionalista Vasco (PNV), Izquierda Unida (IU) y el Partido Popular (PP), obtuvieron un edil. Un pacto entre EA, PSE-EE y PNV permiti¨® que Rekondo fuese elegido alcalde del municipio.

En junio de 1995, tres concejales del PSE de Hernani -Jos¨¦ Morcillo, Jos¨¦ Ram¨®n Chica y Pablo Pe?acoba- fuer¨®n brutalmente atacados por una veintena de j¨®venes de entre 17 y 20 a?os. Morcillo, con 17 a?os de experiencia como concejal de ese municipio, describi¨® a sus agresores como "perros salvajes que miraban con ojos de odio en sus rostros". Meses m¨¢s tarde, en noviembre, Estefan¨ªa Errandonea, de 48 a?os, tuvo que ser trasladada a un hospital tras ser atacada por unos estudiantes radicales. Su culpa: auxiliar a un ertzaina de paisano al que los encapuchados pretend¨ªan linchar.

La violencia se traslad¨® pronto a los centros de estudios. En diciembre, ETA asesin¨® en Vallecas a cinco trabajadores y un grupo de estudiantes del instituto de Hernani decidi¨® organizar un acto de protesta, pero su iniciativa se vio frustrada por las piedras lanzadas por sus propios compa?eros del centro.

Y la semana pasada una treintena de jovenes enmascarados quemaron con c¨®cteles m¨®lotov la sucursal de Caja Laboral en Hernani y cuatro vecinos del inmueble tuvieron que ser atendidos, afectados por la inhalaci¨®n de gases. Las v¨ªctimas de la agresi¨®n, con edades entre los 60 y los 84 a?os, tres de ellas con dificultades de movilidad, no pudieron abandonar la vivienda hasta una hora despu¨¦s del suceso.

HB cree que es necesario analizar las causas que originan este tipo de acciones y ha criticado la mayor presencia policial en el municipio. Con respecto a la quema de la sucursal bancaria afirm¨®: "Si no se hace frente a las razones que provocan el enfrentamiento entre Euskal Herria y el Estado espa?ol, desgraciadamente seguiremos como estarnos".

Por su parte, Florentina Iruretagoiena, de 74 a?os, una de las cuatro ¨²ltimas v¨ªctimas de la violencia, cree que la gente de Hernani est¨¢ acorralada: "Todo el mundo les tiene miedo, hasta los jueces. Si tu les pegas a los violentos vas a la c¨¢rcel, y ellos se quedan en la calle".