Arafat y Netanyahu se muestran "decididos" a aplicar los acuerdos de paz israelo-palestinos
Nada de abrazos, nada de besos. Eran las consignas israel¨ªes para el primer cara a cara entre el primer ministro Benjam¨ªn Netanyahu y el jefe de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Yasir Arafat, que tuvo lugar ayer en Erez, la frontera entre Gaza e Israel. Resultado: el ambiente fue g¨¦lido y los dos hombres no consiguieron romper el hielo, aunque se manifestaron "decididos" a aplicar los acuerdos de paz israelopalestinos. No anunciaron ninguna mejora concreta de unas relaciones que se han ido deteriorando desde la Regada al poder del Likud, en mayo pasado. Se limitaron a dejarlo todo en manos de los comit¨¦s t¨¦cnicos, que tampoco tienen fecha para reanudar las negociaciones.
Netanyahu ha conseguido, sobre todo, acallar las cr¨ªticas sobre su reticencia a entrevistarse con Arafat, y ¨¦ste recobra algo de su orgullo herido ante la opini¨®n p¨²blica palestina.La consigna era sobriedad absoluta. El objetivo se cumpli¨®. Erez se convirti¨® sin duda ayer en el punto m¨¢s cercano al polo norte. Los consejeros de Netanyahu desconfiaban de los arranques de espontaneidad de Arafat, muy dado a abrazar, efusivamente a sus interlocutores, una imagen poco fotog¨¦nica para el electorado m¨¢s radical del Likud. Hasta hace pocos meses, el primer ministro israel¨ª consideraba a Arafat como un "criminal de guerra".
Las declaraciones en la conferencia de prensa, que apenas dur¨® 15 minutos, fueron simb¨®licas, pero tranquilizadoras. "Ambas partes est¨¢n decididas a aplicar los acuerdos firmados. Quiero precisar que el objetivo de este Gobierno no es hundir el proceso de paz", empez¨® diciendo un Netanyahu algo inc¨®modo. "Creo que podemos trabajar juntos, y as¨ª lo haremos", enfatiz¨® Arafat poco despu¨¦s.
Los dos hombres no intercambiaron una sola mirada. S¨®lo se dieron la mano al inicio de su encuentro, sin apenas girarse hacia las c¨¢maras, pero se negaron a repetirlo tras la conferencia de prensa. "La ansiedad que sinti¨® Isaac Rabin a encontrarse con Arafat ante la Casa Blanca se queda en nada comparado con el asco que deber¨¢ superar Netanyahu", se?alaba hace dos d¨ªas el diario israel¨ª Maariv. Al resto de las preguntas, los dos responsables se limitaron a contestar "lo negociar¨¢n los comit¨¦s de seguimiento", los ¨®rganos t¨¦cnicos establecidos por el anterior Gobierno laborista para poner en pr¨¢ctica los detalles del acuerdo, y que s¨®lo se han reunido dos veces en estos dos ¨²ltimos meses. Se esperaba que se diera a conocer algo parecido a un comunicado conjunto sobre los temas m¨¢s candentes de las negociaciones.
A cambio, Netanyahu habl¨® de una posible "mejora de las condiciones econ¨®micas de los palestinos", dejando entrever la posibilidad de dar m¨¢s permisos a los habitantes de los en claves aut¨®nomos para -trabajar en Israel. Sigui¨® firme en el repliegue de Hebr¨®n y en su pol¨ªtica de expansi¨®n de los asentamientos en Cisjordania: "Tenemos nuestra postura y los pa-lestinos la suya". Arafat tampoco parece haber recibido garant¨ªas sobre la construcci¨®n del aeropuerto de Dahahiya, en Gaza, o sobre la libertad de utilizar su helic¨®ptero sin tener que pedir permiso a los, israel¨ªes.
Cierres en Jerusal¨¦n
Unos temas que est¨¢n en el centro de las discusiones desde hace dos meses. Netanyahu fij¨® como condici¨®n previa para el encuentro el cierre de las instituciones palestinas en Jerusal¨¦n. Arafat clausur¨® tres de ellas la semana pasada. Tambi¨¦n acept¨® un plan de repliegue de las tropas israel¨ªes de Hebr¨®n, que deb¨ªa llevarse a cabo en junio pasado, mucho m¨¢s favorable a los 400 colonos jud¨ªos que viven en el centro de la ciudad. El anuncio de la construcci¨®n de 900 nuevos alojamientos en un asentamiento de Cisjordania desemboc¨® en la primera huelga general palestina en dos a?os, el pasado jueves, y en una amenaza de Intifada. Pero una vez m¨¢s el l¨ªder de la OLP dio marcha atr¨¢s. y ese d¨ªa reanud¨®- los contactos.La decisi¨®n de Netanyahu va a suponerle un coste pol¨ªtico interno. Dos de los miembros m¨¢s radicales de su Gobierno ya criticaban ayer duramente el encuentro. El ministro de Ciencias, Beni Begin, y sobre todo el titular de Infraestructuras y l¨ªder de los halcones del Likud, el ex general Ariel Sharon, le acusaron de traicionar la plataforma electoral con la que fue elegido. Los colonos, de los que el Likud se hizo defensor, ya est¨¢n pensando en retirarle su apoyo.
Un camino largo y penoso
El camino hasta Erez ha sido largo y penoso. Desde el principio, el primer ministro israel¨ª, Benjam¨ªn Netanyahu, mostr¨® su reticencia a entrevistarse con el l¨ªder palestino, Yasir Arafat. Poco despu¨¦s de ser, elegido viaj¨® a El Cairo para, verse con el presidente egipcio, Hosni Mubarak, se desplaz¨® hasta Amin¨¢n para entrevistarse con el rey Hussein de Jordania y se mostr¨®, incluso, dispuesto a celebrar una cumbre con el archienemigo sirio, Hafez el Asad. Pero nada de Arafat.Durante dos meses, representantes palestinos e israel¨ªes se reunieron de inc¨®gnito en Tel Aviv para Regar al encuentro de ayer. El recelo a entrevistarse con el que fue durante a?os el enemigo n¨²mero uno de Israel parec¨ªa superado desde el hist¨®rico apret¨®n de manos de Washington en 1993 entre Arafat y el primer ministro laborista Isaac Rabin. No lo estaba para los nacionalistas del Likud. "Me entrevistar¨¦ con Arafat cuando lo exijan los intereses nacionales", sol¨ªa decir Netanyahu.
La negativa se transform¨® en el escollo principal de unas negociaciones estancadas desde la victoria de los nacionalistas hasta el punto de, crear malestar entre los moderados de su propio partido. El encuentro entre Arafat y el ministro de Exteriores, David Levy, a finales de julio apenas fue el suced¨¢neo de una genuina reanudaci¨®n del di¨¢logo.
Pero las presiones se hicieron cada d¨ªa m¨¢s fuertes para Israel. Clinton, con quien Netanyahu. se entrevistar¨¢ la semana pr¨®xima en Washington, no quiere ver hundirse uno de sus logros diplom¨¢ticos: la paz en Oriente Pr¨®ximo.
El propio Clinton se felicit¨® ayer del "importante paso" dado por Netanyahu y Arafat, y el secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, destac¨® el papel clave jugado por EE UU en la celebraci¨®n de la primera reuni¨®n entre ambos l¨ªderes, informa Reuter].
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.