El Gobierno aparca la Ley del Cesid ante la tormenta desatada por la de Secretos Oficiales
La anunciada Ley del Cesid no ver¨¢ la luz. Al menos, por ahora. Ante la tormenta pol¨ªtica desatada por el proyecto sobre secretos oficiales, el Gobierno ha optado por aparcar la norma que debe regular el centro de espionaje y tomarse un "periodo de reflexi¨®n". El borrador, del que fue informado el Consejo de Ministros del viernes y cuya aprobaci¨®n se anunci¨® como inminente, ha sido guardado en un caj¨®n. El argumento esgrimido para el retraso es que la Ley del Cesid contiene alusiones a la de secretos y no se puede aprobar la primera mientras no se sepa c¨®mo queda definitivamente la segunda.
El vicepresidente primero, Francisco ?lvarez Cascos, anunci¨® el viernes que el Gobierno est¨¢ dispuesto a. modificar el proyecto de ley de Secretos Oficiales.Aludi¨® en concreto a sus dos aspectos m¨¢s controvertidos: la multa de hasta 100 millones de pesetas prevista para los medios de comunicaci¨®n que secretos y el plazo de 50 a?os que debe pasar antes de que se desclasifiquen autom¨¢ticamente dichos documentos.
Pero la rectificaci¨®n no se refiere exclusivamente a este texto. Tambi¨¦n afecta al proyecto de ley reguladora del Cesid, complementario del anterior, cuya acelarada elaboraci¨®n se ha frenado en seco. El Gobierno no quiere echar m¨¢s le?a al fuego y, adem¨¢s, considera que el clima pol¨ªtico que se ha generado no es el m¨¢s propicio para debatir sobre las normas de funcionamiento y m¨¦todos de control de los servicios secretos.
Algunos apartados del borrador que se estaba elaborando habr¨ªan levantado, sin duda, pol¨¦mica. Por ejemplo, las facultades y la composici¨®n de la comisi¨®n parlamentaria que debe controlar al Cesid, que se pretende lo m¨¢s restringida posible, lo que supondr¨ªa excluir a algunas fuerzas pol¨ªticas. 0 las competencias y el sistema de elecci¨®n del superjuez encargado de controlar las actividades del centro.
Revisar la necesidad de la ley
Las fuentes consultadas estiman que el Gobierno va a replantearse a fondo el tema y que va a revisar incluso la propia necesidad de la ley. "Lo importante es modernizar y racionalizar el Cesid. La ley s¨®lo es un instrumento para conseguirlo", sostienen.
- La anunciada rectificaci¨®n de la ley de Secretos Oficiales demuestra que el Gobierno, en su af¨¢n por abrir una nueva etapa tras la decisi¨®n de negar a los jueces los papeles del Cesid sobre la guerra sucia, adoptada el 2 de agosto, se ha precipitado.
Ahora se reconoce que quiz¨¢ el texto que se hizo p¨²blico no estaba suficientemente maduro y requer¨ªa un an¨¢lisis m¨¢s sosegado. No se quiere cometer el mismo error con la ley del Cesid.
"Se ha dado la impresi¨®n de que el Gobierno pretende blindarse, cuando es todo lo contrario. Cualquier ley que se haga ser¨¢ mejor que la situaci¨®n actual, con una normativa dudosamente constitucional que el PSOE no ha sido capaz de cambiar en los 13 a?os que ha estado en el poder", argumentan otras fuentes gubernamentales.
El anuncio de que se rectificar¨¢ la ley de Secretos Oficiales, ratificado por el propio Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar en M¨¦xico, fue acogido ayer con satisfacci¨®n por el decano del Colegio de Abogados de Madrid, Luis Mart¨ª Mingarro, quien dijo que "es un acierto ser dialogante, admitir la contradicci¨®n y corregir el rumbo".
Tambi¨¦n el diputado socialista Pedro Moya se felicit¨® del cambio, pues al Gobierno "se le fue la mano" con un proyecto que tiene "enormes fallos y lagunas". Por el contrario, I?aki Ansagasti, portavoz del PNV en el Congreso, dijo que no basta retocar el texto para que deje de ser una ley mordaza: "Hay que darle la vuelta como a un calcet¨ªn".
Plan de destrucci¨®n de los documentos secretos "para casos de emergencia"
"El material clasificado ser¨¢ destruido por medio del fuego, procedimientos qu¨ªmicos o, cuando ¨¦stos no existan, artefactos que los reduzcan a pulpa o fragmentos tan min¨²sculos que imposibiliten su reconstrucci¨®n. En todo caso, la destrucci¨®n habr¨¢ de ser completa".La cita anterior pertenece al decreto de desarrollo de la ley de Secretos Oficiales de 1968, aprobado el 5 de febrero de 1969 a propuesta del vicepresidente del Gobierno, el almirante Luis Carrero Blanco.'
En teor¨ªa, dicho decreto sigue vigente. Por lo menos, en parte. La ley de Secretos Oficiales de octubre de 1978, con la que el primer Parlamento democr¨¢tico reform¨® la legislaci¨®n promulgada por Franco diez a?os antes, no derog¨® este reglamento, sino que orden¨® "adaptarlo" a la reforma legal.
La adaptaci¨®n nunca se hizo. Por otro lado, la reforma de 1978 no alud¨ªa a la destrucci¨®n de documentos. Tampoco la prohib¨ªa. As¨ª que, cabr¨ªa interpretar, se manten¨ªa la normativa anterior. Y ¨¦sta no puede ser m¨¢s favorable al Ejecutivo.'
Cualquiera de las autoridades facultadas para calificar secretos -el Consejo de Ministros y la c¨²pula militar, seg¨²n la ley todav¨ªa vigente puede ordenar la destrucci¨®n de los documentos sin m¨¢s requisito que el hecho de que, en su opini¨®n, "el material resultare ya inservible".
Los organismos que guarden documentos secretos, agrega el reglamento, "deber¨¢n tener previsto, para casos de emergencia, un plan de destrucci¨®n" de los mismos y adoptar¨¢n Ias medidas tendentes a que sean destruidos en el m¨¢s breve plazo".
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