Manual
Los progresistas de anta?o, si es que queda alguno, creen que la derecha es tonta porque no lee. La derecha no sabe nada de lo ¨²ltimo que se- lleva en arte, en cine o en literatura. No pierde el tiempo en vanguardias: s¨®lo cuida sus intereses. Los ven con tirantes, la pretina del pantal¨®n a la altura de las tetillas cargando el paquete genital del lado contrario, el jersey en los ri?ones, el pareo en la p¨²dica cadera, muertos de ganas por o¨ªr zarzuela, riendo a carcajadas con Jardiel Poncela y los antiguos progresistas creen por eso que los de derechas son idiotas, pero esa gente, que no se deja ver nunca con un libro en las manos, tiene, no obstante, una centenaria experiencia de poder, una incre¨ªble sagacidad para hacer dinero y una marruller¨ªa pol¨ªtica que va desde el garrote a la sutileza m¨¢s alambicada. Los de izquierdas leen mucho, aunque eso no les impide ser unos pardillos. Lo que les ha pasado a los socialistas es un caso de manual. Llegan al poder, les arreglan la casa a los empresarios, hacen la reconversi¨®n, privatizan empresas p¨²blicas, domestican a los sindicatos, regulan el mercado laboral y mientras realizaban este trabajo sucio la derecha les dio a morder el quesito del dinero f¨¢cil y caen en la ratonera de la corrupci¨®n; luego les envuelven patri¨®ticamente en la lucha contra. el terrorismo y cogidos por el s¨ªndrome de Estocolmo los socialistas se ponen al frente de una guerra sucia que ven¨ªa de las entra?as del franquismo. Llegado el momento preciso, cuando ya ten¨ªa el camino de Maastricht desbrozado, la derecha ha echado del Gobierno a los socialistas bajo la acusaci¨®n de robo y asesinato, algo que la derecha no ha dejado de practicar desde el principio de la historia. Ahora los socialistas est¨¢n amordazados en la oposici¨®n y esto la derecha lo ha conseguido sin leer un libro, entre la est¨¦tica de Miami y los hermanos Quintero. Con el cintur¨®n en las tetillas ha dejado a esta sociedad desactivada, sin capacidad de protesta bajo la sonrisa mec¨¢nica de Aznar. Ahora sabemos por qu¨¦ se r¨ªe tanto este hombre.
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