Para pathos', Patones de Arriba

Algo misterioso y antiguo flota en el ambiente, algo nos pone un nudo en la garganta aunque nos conste que las casas no en ruinas han sido remozadas, restauradas, reconstruidas o reinventadas para el turismo. Algo nos quieren contar estas piedras de variado pelaje, con predominio del marr¨®n, estas originales construcciones, estas atalayas rebrotadas sobre un paisaje quebrado y montaraz. Acaso se trate, en versi¨®n madrile?a, de aquella "cousa que existe e non se ve- cantada por Rosal¨ªa de Castro.Ser¨¢ por la extra?a historia de este pueblecillo, situado a poco m¨¢s de 60 kil¨®metros de la capital y que encontraremos desvi¨¢ndonos a Torrelaguna desde la N-I, atraves¨¢ndola y bifurc¨¢ndonos luego desde Patones de Abajo. Y es que hablan de una remot¨ªsima fundaci¨®n, bastante improbable por aquellos riscos, de que los visigodos se quedaron all¨ª varios siglos. despu¨¦s de que muriera su civilizaci¨®n, sin enterarse, y de que la, comunidad humana de Patones de Arriba, aislada as¨ª del mundo y sus pompas, no tuvo m¨¢s remedio que promulgar sus propias leyes, alzar sobre el pav¨¦s a sus propios reyes. Cuando accedieron al trono de Espa?a los Austrias, expansionistas y unificadores, pretendieron meter en cintura a los lugare?os, y fue entonces cuando el monarca local dirigi¨® una insumisa comunicaci¨®n a "nuestro rey Felipe, que Dios guarde", encabezada, tipo fax, por la menci¨®n: "Del rey de los Patones, a: el rey de las Espa?as". El colmo.

El actual rey de Patones, por su condici¨®n de pionero y porque la antig¨¹edad es un grado, seg¨²n nos ense?aron en el ej¨¦rcito, se llama Manuel Argiz y posee dos restaurantes, dos, sobre cuyo frontispicio campea tan, por antonomasia,. mayest¨¢tico nombre.

Con Eugenio Arias, de Buitrago del Lozoya, Manolo me parece a m¨ª el personaje m¨¢s interesante de la antigua sierra pobre. Su rostro se inscribe en la far¨¢ndula y no en, vano, pues siempre se declara, ante todo, "bailar¨ªn cl¨¢sico y compa?ero de baile de Carmen Amaya". Podr¨ªamos tachar de "agrestes" los muros interiores de su casa y el mobiliario, pero ¨¦l no se quita de encima su traje de etiqueta, tan incongruente all¨ª como la ara?a (lum¨ªnica) que pende sobre el r¨²stico mostrador de su barcito. Decoraci¨®n abigarrada en el establecimiento viejo y variopinta en el nuevo, una especie de museo formado con los regalos que han ido haci¨¦ndole sus mejores clientes, los embajadores extranjeros, muchos de ellos de pa¨ªses ex¨®ticos, con el resultado, imaginable.

Manolo es, a sus 76 a?os, risue?o, amable y m¨¢s bien parco en palabras bajo su frondosa cabellera te?ida de negro azabache. Mar¨ªa Rosario, su esposa, m¨¢s joven, dicharachera y vehemente, es la que suele contar a los clientes su gesta: c¨®mo llegaron por estos lares a fines de los sesenta, huyendo de Madrid, cuando el pueblo era s¨®lo una ruina, c¨®mo abrieron su negocio en 1970, aunque no hab¨ªa luz ni tel¨¦fono ni agua, hecho este ¨²ltimo incomprensible ya que las monumentales y decimon¨®nicas instalaciones del Canal de Isabel II distan s¨®lo 400 metros de all¨ª. Ellos, dice Mar¨ªa Rosario, trajeron la civilizaci¨®n, incluido el alcantarillado. Para 1978 se hizo la luz y luego lleg¨® el tel¨¦fono, cuyo tendido les cost¨® 380.000 pesetas de entonces.

Si Manolo es el rey, Paco Bello, otro pionero, ser¨ªa el pr¨ªncipe. Su precioso restaurantito El Poleo se le llena de famosos, incluidas las hermanas del Rey, Carmencita Mart¨ªnez Bordi¨², Antonio Gala, etc¨¦tera. Este peluquero autorreciclado en restaurador asegura, con la misma vehemencia que Mar¨ªa Rosario, que ¨¦l trajo el tel¨¦fono, y si el juez M¨®ner los carease a ambos apreciar¨ªa igual firmeza en sus declaraciones, cosa que, por otra parte, le sucede siempre. Pero lo importante es que ¨¦l y su amigo y compa?ero Fran?ois Fournier, propietario del anejo hotelito El Tiempo Perdido, han sabido crear all¨ª un complejo de suma belleza. Muros de piedra dulcificados por una proliferaci¨®n de enredaderas y m¨¢rmoles venecianos, una inteligent¨ªsima decadencia.

Y en el tel¨¦fono 843 20 26 del Ayuntamiento de Patones de Abajo podr¨¢n obtener m¨¢s datos.