Arqueolog¨ªa, obras y otras historias
ESTHER ANDREULa codirectora de las excavaciones en la plaza de Oriente explica en este art¨ªculo que su cometido se plante¨® desde el principio como un trabajo de urgencia, abocado a la desaparici¨®n de los restos
A la pregunta de si los restos encontrados en la Casa del Tesoro tienen importancia, la respuesta es, categ¨®ricamente, s¨ª. Ese es un hecho evidente para cualquier persona y m¨¢s para todos aquellos que trabajamos desde hace varios a?os en las excavaciones de la plaza de Oriente. La arqueolog¨ªa es una ciencia auxiliar de la historia, es una t¨¦cnica metodol¨®gica de trabajo que permite recuperar los pasado para construir la historia; pero hay dos tipos de restos: los materiales y los constructivos. A lo largo de todos estos a?os hemos estado recuperando innumerables restos materiales que abarcan desde el siglo IX al XIX: cer¨¢micas, vidrios, metales, etc¨¦tera, Absolutamente de acuerdo con el se?or Retuerce en su art¨ªculo de EL PA?S (10 de septiembre de 1996), por algo hemos sido codirectores de la excavaci¨®n en estos a?os, y ambos hemos sido conscientes de la importancia de todos estos restos materiales que hemos ido recuperando, restaurando, inventariando y estudiando. Adem¨¢s hemos encontrado, y se le olvida a mi compa?ero, restos humanos (necr¨®polis de San Gil); hemos analizado los restos de maderas que se conservaban en las estructuras de las edificaciones, los basureros medievales y modernos: semillas, p¨®lenes, espinas de pescado y todo resto de animal que hemos encontrado. Gracias a ello hemos podido reconstruir el paleoambiente de estas, diversas ¨¦pocas, su alimentaci¨®n y los cultivos de esta zona, que lo fue antes de huertos.Retuerce y yo siempre nos hemos congratulado de lo importante que est¨¢ resultando poder reconstruir la topograf¨ªa natural de toda esta zona, que permite entender la historia y demostrar algunas teor¨ªas, l¨®gicamente siempre te¨®ricas de historiadores colegas de Retuerce (se licenci¨® y doctor¨® en historia medieval; yo, por el contrario, me especialic¨¦ en arqueolog¨ªa, que, como ya he aclarado, es una t¨¦cnica de trabajo aplicable desde el Paleol¨ªtico hasta nuestros d¨ªas). Asimismo contamos en nuestro equipo con historiadores que nos van facilitando toda la ingente informaci¨®n. archiv¨ªstica procedente de Simancas, Palacio Real y dem¨¢s archivos hist¨®ricos, y la vamos cotejando con los datos y restos que la escavaci¨®n nos est¨¢ proporcionando.
Adem¨¢s hemos recuperado estructuras pertenecientes a la Casa del Tesoro, convento de San Gil, manzanas de casas., calles y estructuras bajomedievales e isl¨¢micas. Todo ello igualmente aporta una important¨ªsima informaci¨®n hist¨®rica. Nos permite reconstruir las planimetr¨ªas y reformas de estos edificios hasta ahora in¨¦ditas. Aunque los restos descubiertos en la excavaci¨®n ocupen el 20% de los existentes en la plaza de Oriente, ya que el 80% restante se mantiene sin tocar debajo de los jardines preserv¨¢ndose para generaciones o actuaciones cient¨ªficas posteriores.
Es decir, porque se realiza' una obra se puede investigar y conocer la historia de Madrid. De otra forma nunca nadie habr¨ªa financiado esta espectacular y costos¨ªsima labor de investigaci¨®n. Y en esta cuesti¨®n tambi¨¦n estoy de acuerdo con Retuerce: no se ha explicado suficientemente a la opini¨®n p¨²blica la labor que estamos realizando, y no tengo m¨¢s que leer y escuchar los comentarios que tanta gente est¨¢ vertiendo ¨²ltimamente sin conocimiento de lo que estamos haciendo y encontrando. Muchas personas, profesionales, particulares, estudiantes universitarios con sus profesores y de colegios, han venido a visitar las excavaciones, pero aprovecho esta ocasi¨®n para recordar que todo aquel que tenga inter¨¦s en saber antes de opinar, no tiene m¨¢s que ponerse en contacto con nosotros, y nada nos satisface m¨¢s que contar el trabajo que estamos realizando y del que nos sentimos orgullosos.
En cuanto a los restos construidos, hemos encontrado cimientos, muros, hornos, bodegas y variadas estructuras de diversas cronolog¨ªas. Siempre pertenecientes a niveles de s¨®tanos y cocinas, donde, perm¨ªtanme dudar, no creo que se pasease ning¨²n monarca, y mi ex codirector y yo siempre hemos estado de acuerdo en que, dada su pobreza constructiva, no hab¨ªa inconveniente en que fueran retirados, porque siempre hemos entendido que est¨¢bamos actuando en una excavaci¨®n de urgencia, que, como todas las que se adscriben a esta caracter¨ªstica, son las que se realizan previas a cualquier obra y por tanto abocadas a que desaparezcan sus restos. Ahora bien, y aqu¨ª est¨¢ la consideraci¨®n de que alg¨²n resto por emblem¨¢tico se conserve, es ¨¦ste un tema tremendamente subjetivo y siempre abierto a debate. Pero para eso, a pesar de las valoraciones personales que podamos hacer los diversos arque¨®logos en nuestras excavaciones, siempre dependemos de un ¨®rgano superior, en este caso la Direcci¨®n General del Patrimonio, que es quien determina con la opini¨®n de sus propios t¨¦cnicos, su propio criterio.
Es ahora, cuando ya queda poco para que finalicen nuestros trabajos de excavaci¨®n, que no de investigaci¨®n, cuando Retuerce y yo hemos encontrado por primera vez discrepancias. Primero con un cimiento isl¨¢mico, que mi codirector abogaba por derribar sin saber exactamente a qu¨¦ correspond¨ªa y yo pensaba que merec¨ªa un estudio previo; esta situaci¨®n provoc¨® que la CAM llamase al doctor Mora, Figueroa, y posteriormente Retuerce denominara "espacio ¨²nico y evocador" a un pasillo situado junto a las cocinas del s¨®tano. Asimismo opinaba que se trataba de un muro de fachada de 40 metros de *largo por 10 de alto, son sillares almohadillados, etc¨¦tera.Pues bien, no s¨¦ si debido a su indudable formaci¨®n como historiador y, por tanto, no muy experto en t¨¦rminos de arquitectura y de arte, confunde el nombre de algunos t¨¦rminos para referirse a un muro de argamasa de cal con un z¨®calo de granito de 40 cent¨ªmetros de alto, por supuesto sin almohadillado, y cuyas ventanas tienen las molduras semicirculares de granito (piezas que yo propugnaba conservar como se ha hecho con tantos elementos constructivos de la excavaci¨®n), y quiz¨¢ porque no estuvo presente en las labores de excavaci¨®n y durante la realizaci¨®n del informe, desconoc¨ªa que las medidas reales eran de 12 metros por 3,60 de alto. Tambi¨¦n se olvida mencionar que este muro del siglo XVII, del que no podemos afirmar categ¨®ricamente que se tratase de la fachada, fue en gran parte destru¨ªdo un siglo despu¨¦s por Sacheti (al desmocharlo y poner sobre ¨¦l una alcantarilla y en su parte exterior adosarle un muro que imped¨ªa conocer c¨®mo era su fachada hacia el Jard¨ªn de la Reina, si es que ¨¦ste estaba all¨ª, porque con el muro se terminaba la excavaci¨®n por el lado oeste y, por tanto, jam¨¢s hemos encontrado ni el Jard¨ªn de la Reina ni el Alc¨¢zar de los Austrias, que como todos sabemos se encontraba debajo del Palacio.
Mi querido Manolo, si hubieras estado presente trabajando con todos nosotros habr¨ªas sabido todas estas cosas y habr¨ªas podido evitar que con tu marcha, un trabajo serio de investigaci¨®n que venimos realizando desde el a?o 1992, hubiera sido utilizado pol¨ªticamente como arma arrojadiza.
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