Un respiro
LOS ?LTIMOS datos, correspondientes al mes de agosto, de paro e inflaci¨®n -dos de los principales desequilibrios que presenta la econom¨ªa espa?ola- constituyen una buena noticia al situarse en la tendencia adecuada. Sus niveles, sin embargo, resultan a¨²n excesivos y reflejan la notable distancia en este terreno de Espa?a respecto a las principales econom¨ªas europeas. Acortarla lo suficiente no est¨¢ garantizado.La reducci¨®n del paro registrado en 27.000 personas (283.000 en los ¨²ltimos seis meses) no debe dar lugar a complacencia cuando son a¨²n m¨¢s de 2.134.000 los desempleados apuntados en el Inem. Estas discretas mejoras en el empleo -en el aumento de colocaciones y en el descenso del paro- se producen cuando la econom¨ªa crece s¨®lo modestamente, en torno al 2%, compatibilidad que se puede explicar en raz¨®n de la mayor flexibilidad introducida por la ¨²ltima reforma laboral y de una continua estabilidad de las rentas salariales. Ni que decir tiene que, dada la magnitud del problema, ahondar en estas tendencias y llegar a una reducci¨®n verdaderamente significativa del desempleo requiere un crecimiento econ¨®mico claramente superior al actual.
El mantenimiento de un 3,7% de inflaci¨®n anual -medida por el ¨ªndice de precios al consumo (IPC)- tampoco permite echar las campanas al vuelo. Pero es inferior a lo que vaticinaban muchas previsiones. Supone un respiro. Los aumentos de los impuestos especiales, fundamentalmente sobre el alcohol y el tabaco, no se han trasladado -al menos de momento- a los precios finales, y algunos precios de alimentos, como el aceite, han descendido. Con todo, la inflaci¨®n subyacente, en la que no se computan los precios m¨¢s vol¨¢tiles de la energ¨ªa ni de los alimentos frescos, ha experimentado un aumento hasta el 3,6% anual. La distancia respecto a las econom¨ªas m¨¢s estables de la Uni¨®n Europea sigue siendo considerable. Existen serias dificultades para alcanzar ya no s¨®lo los niveles exigidos para acceder a la tercera fase de la Uni¨®n Monetaria, sino incluso los objetivos sobre los que descansa el escenario presupuestario espa?ol para el pr¨®ximo a?o. Los datos conocidos hasta ahora dan la impresi¨®n de que todo est¨¢ prendido con alfileres, dependiendo de variables que escapan al control del Gobierno.
El conjunto de la pol¨ªtica econ¨®mica est¨¢ supeditado a las condiciones de convergencia exigidas por el Tratado de Maastricht, hoy dif¨ªciles de alcanzar en materia no s¨®lo de inflaci¨®n, sino tambi¨¦n de d¨¦ficit y de deuda p¨²blica. Situar la tasa de inflaci¨®n a finales de 1997 en un 2,6% es un empe?o ciertamente dif¨ªcil, pero necesario. Estamos obligados a que en el frente de las finanzas p¨²blicas se consigan los resultados deseables, dada la incidencia del IPC en las partidas de las pensiones y del pago de una deuda cuyos intereses evolucionan hoy favorablemente, aunque son vulnerables ante el cariz que adopten los pr¨®ximos presupuestos.
Fundamental, pues, resulta la capacidad que el Gobierno y sus aliados parlamentarios tengan para elaborar unos presupuestos para 1997 que garanticen el cumplimiento del objetivo de d¨¦ficit propuesto. La marcha atr¨¢s en la introducci¨®n. de tasas sobre las recetas de la sanidad p¨²blica -como en otras materias- son se?al de dudas, vacilaciones y temores ante los costes pol¨ªticos de las decisiones que han de tomar. Las reducciones de gasto y los aumentos de ingresos no pueden limitarse al ejercicio de 1997. Si as¨ª quedara, s¨®lo se habr¨ªa conseguido aplazar decisiones inaplazables.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.