Colof¨®n y continuidad

Cada funci¨®n de ballet cl¨¢sico es siempre una llamada a la salvaci¨®n de lo acad¨¦mico. El Ballet de Cuba, en su accidentada e irregular trayectoria, deja tambi¨¦n en el aire ese reclamo que tiene dentro tanto de art¨ªstico como de ¨¦tico.Concentremos la visi¨®n del mensaje en el momento de mayor belleza que han podido ofrecer estos artistas: el paso a dos de Cascanueces que regal¨® con elegante generosidad Lorna Feijoo. El Ballet de Cuba ha dado a la historia actual de la danza tres grandes hadas: Alonso, Mirta Pl¨¢ y ahora Feijoo. Tambi¨¦n en la misma funci¨®n Marta Garc¨ªa demostr¨® control sobre la m¨²sica y elegante sentido cor¨¦utico del grupo en su Homenaje, arropada por unos sobrios y eficientes dise?os de Ricardo Reimena.

La destrucci¨®n del repertorio ajeno no es una buena pr¨¢ctica, y Alonso ha da?ado La llama de Par¨ªs hasta hacerlo pr¨¢cticamente irreconocible, algo que no tiene explicaci¨®n en quien, sin embargo, ha conservado con tanta firmeza y rigor cosas como Cascanueces y Copp¨¦lia; a pesar de haber revuelto la osamenta de Vainonen en su tumba, Aliayd¨¦e Carre?o sac¨® fuerzas, de las que est¨¢ sobrada, y se sobrepuso, tal como la Feijoo, a unas m¨²sicas que no le corresponden a su tiempo natural de bailar.

Siempre la danza es un ritual de belleza que llama a la reverencia del pasado y a la apertura al futuro; los bailarines cubanos se reponen contracorriente y alientan la pervivencia de un arte singular.

Las actuaciones del Ballet de Cuba se completan del mi¨¦rcoles 18 al domingo 22 de septiembre con El lago de los cisnes, donde volver¨¢ a brillar, naturalmente, esa Loma Feijoo que deja una c¨¢lida estela de virtuosismo que ojal¨¢ nos dure todo el invierno.