Al Oviedo lo bast¨® la inspiraci¨®n

Al Oviedo le bastaron unos pocos toques de gran inspiraci¨®n, tan sutiles como efectivos, para marcar un abismo de distancia con el Athletic. El bilba¨ªno fue un equipo que por momentos pareci¨® ser tan solo un pu?ado de flechas trazadas en una pizarra. En el campo no tuvo direcci¨®n alguna, hasta el punto de que Karanka, el segundo sustituto de los dos centrales lesionados, acab¨® siendo el jugador m¨¢s destacado.El primer tiempo no fue otra cosa que una sucesi¨®n de contratiempos en medio de un juego de sal¨®n, en el que ambos equipos tocaron y tocaron y congelaron el partido. El Athletic pas¨® demasiado tiempo ocupado en reorganizar el centro de su defensa, dos veces rota por la aparatosa lesi¨®n del libre Carlos Garc¨ªa y de su sustituto, Andrin¨²a. El primero se da?¨® la rodilla derecha al intentar salvar un gol bajo su porter¨ªa y el segundo se march¨® poco despu¨¦s de haber comparecido, aquejado de molestias musculares.

El Athletic no ofreci¨® nada parecido a una buena impresi¨®n. Tir¨® a puerta por primera vez en el minuto 34 y por obligaci¨®n -un golpe franco desde m¨¢s de 20 metros- y pareci¨® un equipo invertebrado. Estuvo demasiado pendiente de que Etxeberria saliera triunfante de su particular batalla de uno contra muchos.

El Oviedo de Lillo, un t¨¦cnico que vivir¨¢ toda la temporada bajo la atenta observaci¨®n de quienes est¨¢n convencidos de que su filosof¨ªa es irrealizable, es tambi¨¦n un producto de la pizarra. Pero Lillo, a diferencia de Luis Fern¨¢ndez con el pulcro y previsible Jose Mari, cuenta con el portugu¨¦s Paulo Bento, un jugador que pronto dar¨¢ que hablar en la Liga de las estrellas. El ex jugador del Benfica atesora todo lo que tienen los grandes: buena t¨¦cnica, visi¨®n de juego en corto y en largo, excelente toque y cierta aplicaci¨®n para taponar. Para el Oviedo, es una joya porque el equipo siempre tiene en ¨¦l una referencia. Ayer puso el broche fabricando el 2-0 dentro del ¨¢rea enemiga con la solvencia de un ariete.