Cient¨ªficos y soci¨®logos discrepan sobre la influencia de la biolog¨ªa en la violencia
El ambiente social se perfila en Valencia como determinante de la conducta agresiva
"El violento se hace, no nace". "Estamos muy lejos de identificar un gen responsable de la violencia". "Tenemos que alejarnos del determinismo". Son algunas frases pronunciadas ayer en el congreso sobre Biolog¨ªa y Sociolog¨ªa de la Violencia, en la que genetistas y soci¨®logos discreparon sobre la influencia real de la gen¨¦tica en las conductas agresivas. Influencia que algunos sit¨²an al mismo nivel que el entorno socio-ambiental, de forma interactiva. "Los genes no determinan el comportamiento, sino que son indicadores de una probabilidad", resumi¨® un participante.
La reuni¨®n internacional sobre Biolog¨ªa y Sociolog¨ªa de la Violencia arranc¨® ayer en Valencia con un claro enfrentamiento entre quienes opinan que los factores biol¨®gicos determinan las conductas agresivas, y aquellos que las relacionan con el entorno socio-cultural. "La dificultad de llegar a conclusiones contundentes exige que los genetistas sean m¨¢s modestos en sus afirmaciones", se?al¨® uno de los ponentes.Tras una maratoniana sesi¨®n en la que varios cient¨ªficos trataron de demostrar la relaci¨®n entre el d¨¦ficit de serotonina y la violencia impulsiva, surgi¨® la nota discordante, de la mano de Santiago Genov¨¦s (decano del Instituto de Investigaciones Antropol¨®gicas de M¨¦xico): "Hay que desmontar la idea de que la violencia es una bater¨ªa que es necesario descargar, como el instinto sexual. La violencia responde a elementos educativos y culturales, no gen¨¦ticos".
Solemne tonter¨ªa
Genov¨¦s aleg¨® que no existe un violent¨®metro capaz de medir la agresividad y calific¨® de "rid¨ªculo" estudiar la violencia desde el punto de vista patol¨®gico, para acabar afirmando que es una solemne tonter¨ªa pensar que hay pueblos m¨¢s violentos que otros por naturaleza -y cit¨® el caso de Liberia o el Pa¨ªs Vasco-.La respuesta a si el violento nace o se hace qued¨® en el aire, por falta de acuerdo entre los expertos en gen¨¦tica y la comunidad de soci¨®logos y antrop¨®logos. Irving Gottesman, doctor en Psicol¨®g¨ªa por la Universidad de Virginia, encabez¨® la cruzada contra el determinismo, aunque se?al¨® que la influencia de la gen¨¦tica es tan fuerte, que los pol¨ªticos deber¨ªan tenerla en cuenta a la hora de buscar soluciones.Tanto Gottesman como Robert Murray, jefe de la divisi¨®n de Gen¨¦tica M¨¦dica de la Howard University, pusieron el ejemplo de los gemelos id¨¦nticos, para manifestar lo dif¨ªcil que resulta llegar a conclusiones contundentes: "Habr¨ªa que ver c¨®mo reaccionar¨ªa cada uno en entornos completamente distintos", se?al¨® Murray, tras aludir a ciertos mitos que es preciso desmontar -tales como que la herencia es inevitable o que resta eficacia a los aspectos sociales-.
"Todo el mundo puede ser violento, porque todos tenemos un punto a partir del cual podemos estallar", a?adi¨®, y record¨® que las disfunciones de la corteza cerebral o los altos niveles de testosterona pueden favorecer la violencia, pero el entorno social y ambiental puede cambiar las cosas. Robert Hinde, del departamento de comportamiento animal en la universidad de Cambridge, hizo una distinci¨®n entre la conducta agresiva individual y la grupal, y dijo que los mecanismos para reducirla son muy distintos, pues en los grupos se produce el anonimato, la imitaci¨®n y el contagio.
Influencia de los l¨ªderes
"La influencia de los l¨ªderes en este caso es crucial", dijo Hinde, tras apuntar que la agresi¨®n individual s¨®lo puede combatirse reduciendo las frustraciones y estimulando las conductas prosociales.Han G. Brunner, genetista cl¨ªnico del hospital de Nijmegen (Holanda) comunic¨® los resultados de un estudio que demuestra que la deficiencia del enzima monoamina oxidasa A (MAOA) est¨¢ asociada con una conducta compulsivamente agresiva. "Se trata", dijo Brunner, "dei un caso claro de conducta violenta causada por una deficiencia de origen gen¨¦tico, localizada en el brazo corto del cromosoma X". Y a?adi¨® que no tiene sentido investigar si la biolog¨ªa o el ambiente son m¨¢s importantes en la determinaci¨®n del comportamiento de las personas, pues la conducta depende de ambos factores simult¨¢neamente.
James Grisol¨ªa, hijo de Santiago Grisol¨ªa, presidente de la reuni¨®n, dej¨® abierto el debate sobre si existen des¨®rdenes que predisponen a la violencia por medio de efectos en el l¨®bulo temporal -como el uso maternal de alcohol y drogas-.
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