Mapplethorpe para mayores de 18 a?os
La exposición del fotógrafo en Londres no admite a menores y expurga una imagen conflictiva
En cinco a?os han recorrido una: docena de ciudades -Barcelona, entre otras-, pero en Londres las fotografías de Robert Mapplethorpe, muerto de sida a los 42 a?os en 1989, se han estrellado con la flemática severidad británica. Para empezar, la galería Hayward, que acoge hasta el 17 de noviembre la ambiciosa retrospectiva organizada por la Fundación Mapplethorpe, que consta de más, de 180 fotografías del artista neoyorquino, se ha curado en salud prohibiendo la entrada a los menores de 18 a?os si no van acompa?ados por un adulto. Algo así como si se tratara de una película X. Además, casi como un detalle de cortesía con las fuerzas vivas, los responsables de la Hayward han suprimido una inocente fotografía titulada Rosie, que muestra a una semidesnuda ni?a de tres a?os. Rosie tiene hoy 23 a?os, trabaja como camarera en un restaurante de Londres y es la nieta de un prohombre del partido conservador, lord Lambton que formó parte del Gobierno de Edward Heath. Rosie, ha unido su voz a la de varios críticos de- arte que consideran la imagen cualquier cosa menos un ejemplo de pornografía infantil. "Me han dado un disgusto, porque ésa es la foto más bonita que conservo de mi infancia", declaró Rosie al dominical de The Independent. "Era un día caluroso y yo me había estado ba?ando en la piscina, por eso ni siquiera estoy completamente vestida", ha a?adido la chica demostrándo una portentosa memoria.
Enfrentada a la palabra más cruda que un galerista de pro puede admitir, censura, la Hayward se ha defendido aseguran do que fue la policía la que sugirió a la galería que retirara la imagen para evitar cualquier incidente con las asociaciones que luchan contra los abusos a menores. El Reino Unido vive una auténtica caza de brujas de pederastas" quizá justificada por el abrumador número de incidentes con menores que se registran en un país especialmente incapaz de manejarse en el ámbito de las emociones."No se trata de ninguna forma de censura", ha declarado la nueva directora de la galería, Susan Ferleger Brades, "simplemente no nos cabían todas las fotografías y decidimos retirar la de Rosie, que resultaba" un tanto conflictiva". Malévolas fuentes aseguran que la directora recibió una amistosa advertencia de la policía en lo relativo a dos fotografías concretas de la muestra, las tituladas Rosie y Helmut and Brookes. Esta última es una de las más controvertidas imágenes tomadas por Mapplethorpe, que muestra a dos hombres haciendo el amor. La Hayward, en vista de cómo están las cosas, optó por prescindir de Rosie.
El resto de la obra de Mapplethorpe -no toda, por obvia falta de espacio- está en su sitio. Elegantes flores, cuerpos esculturales y decenas de penes de todas las formas y en todas las posiciones. Retratos de su compa?era de muchos a?os, la cantante y poeta Patty Smith, y de algunas de las más glamourosas estrellas del cine de hoy, como Isabella Rosellini y Súsan Sarandon. La formación católica de Mapplethorpe, su obsesión por los rituales de la religión, están presentes en el uso de, marcos simétricos, en la simbología y la devoción por las imágenes que recrean de alguna, forma escenas de martirios.
El escándalo fue siempre un ingrediente más de la obra de Mapplethorpe, cuya anterior retrospectiva, The Perfect Moment, causó enorme revuelo cuando recorrió América en 1988. Hubo denuncias, acusaciones formales de obscenidad, la dimisión de algún destacado, director de museo e incluso interpelaciones en el Senado. El resultado de todo eso fue: más espectadores.
El público británico no parecía el jueves, cuando la exposición quedó inaugurada, especialmente propenso a reaccionar de ninguna manera. Los críticos, por su parte, se han limitado a lamentar que no esté todo lo que debía estar en ella y sólo algún prestigioso diario se ha atrevido a preguntarse abiertamente dónde hay que trazar la línea entre pornografía y arte.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás a?adir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.