Un extraordinario duelo interpretativo
D¨ªa ciertamente redondo fue el de ayer, al menos en lo que concierne a la secci¨®n oficial a concurso. Un filme argentino, Sol de oto?o de Eduardo Mignogna hermosa historia de amores maduros ¨ªntegramente sostenida por dos actores superlativos, Federico Luppi y Norma Aleandro, y por un gui¨®n muy bien construido- se coloc¨® de inmediato entre las candidatas a galard¨®n: ser¨¢ dif¨ªcil que alguien pueda arrebatar los premios de interpretaci¨®n a estos dos monstruos.Sol de oto?o no puede escapar de la etiqueta de "pel¨ªcula cl¨¢sica". Lo es en todos los aspectos: una narraci¨®n transparente y atenta a los detalles, un gui¨®n construido con mano s¨®lida y que contiene unos di¨¢logos escritos con tiral¨ªneas, unos personajes que son un aut¨¦ntico caramelo para cualquier actor con talento y oficio; una atenci¨®n a las expectativas del espectador, por lo menos en lo que hace a la resoluci¨®n de la trama.
Pero es tambi¨¦n m¨¢s. Historia de los amores oto?ales de una contable jud¨ªa y el due?o de un taller de marcos para cuadros, la pel¨ªcula se crea alrededor de esta pareja, a la que Aleandro y el gran Luppi brindan una galvanizada, sobrecogedora humanidad. Con la palabra, pero sobre todo con la mirada, estos dos inmensos actores moldean sin ning¨²n asomo de exceso a dos personajes adorables, con sus miedos, sus renuncias, sus ilusiones de pronto recuperadas.
Ambiciosa en sus alcances, espectacular en las formas, incisiva en su planteamiento, La sombra del emperador, de Zou Xiaowen, recrea la vida de Ying Zheng, el rey que unific¨®, en el a?o 221 antes de Jesucristo, el vasto territorio de China y se proclam¨® su primer emperador. A partir de su tormentosa relaci¨®n con su hermano de lactancia, un m¨²sico de qin -el instrumento de cuerda por excelencia de la m¨²sica china-, la pel¨ªcula demuestra con admirable claridad y una gran belleza pl¨¢stica las ambivalencias del poder, sus dobleces, su indescriptible crueldad.
Es el suyo un discurso aparentemente en pasado, pero cuyos ecos encuentran una f¨¢cil lectura en presente. No es a Deng y la intelligentsia china actual lo que Iv¨¢n El Terrible de Eisenstein fue para Stalin; pero no cabe duda de que su voluntad desmitificadora y cr¨ªtica est¨¢ en la misma l¨ªnea.
En otro orden de cosas, tambi¨¦n ayer se proyect¨®, en la secci¨®n Zabaltegi, A tiro limpio de Jes¨²s Mora, un remake de la pel¨ªcula de Paco P¨¦rez Dol? del mismo t¨ªtulo, rodada en 1961. Una trama de atracos y relaciones turbias naufraga sin remedio por obra y gracia de un gui¨®n inveros¨ªmil y de unos actores, al frente de los cuales est¨¢ Tony Cant¨®, que en ning¨²n momento resultan cre¨ªbles en la pantalla.
La cinta sirve tan s¨®lo para dos cosas: una, para comprobar que, incluso tras sufrir censura, el viejo argumento de P¨¦rez Dol? y Jos¨¦ Mar¨ªa Ricarte conten¨ªa muchas m¨¢s sugerencias que el actual. Y dos, que a pesar del naufragio, Mora apunta s¨®lidas dotes para el oficio. Su trabajo es seguro, en ocasiones agradecidamente conciso. Es una pena que se desperdigue en aras de un producto tan endeble, prescindible, olvidable.
Babelia
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