La invenci¨®n magistral de Gy?rgy Ligeti
Gy?rgy Ligeti, uno de los grandes de la m¨²sica de nuestro tiempo, interpretado por el Moderne Ensamble de Francfort, ha provocado la m¨¢s entusiasta reacci¨®n, tanto en Alicante, donde clausur¨® el 12? festival, como en Madrid, ante una sala insuficiente para albergar a los asistentes. De golpe parecen desvanecerse los t¨®picos sobre la incomunicabilidad del arte de hoy. S¨®lo sucede, como afirmara Luciano Berio, lo que siempre ocurri¨®: Hay obras y autores".Ligeti era ya leyenda cuando vino a Espa?a en 1961 para dictar conferencias en el ateneo madrile?o y en el Club 49 de Barcelona; en 1970, la Orquesta Nacional de Espa?a, con el maestro Bour, programa Lontano, y a los dos a?os Crist¨®bal Halffter dirigi¨® Apparittions. Anunciadas sus lecciones en el Curso Manuel de Falla de Granada, en 1990, no llegaron a producirse, pero si se' escuch¨® el programa monogr¨¢fico previsto por la pianista Louise Seboul: M¨²sica riservata y Estudios, de 1985 a 1989.
Encuentro con Ligeti
Centro para la Difusi¨®n de la M¨²sica Contempor¨¢nea (CDMC). Ensamble Moderne de Francfort. Director: J. Nott. Solistas: Geringas, Ehlert, Forman y Wiget. Auditorio Nacional. Madrid, 1 de octubre.
Con todo, puede sorprender, dada la escasa frecuencia de la obra ligetiana entre nosotros, un clamor como el de ahora. Y es que la sociedad cambia al paso del tiempo y con ella los gustos y las orientaciones individuales y colectivas. El maestro de entonces sufr¨ªa, para un amplio sector conservador, el mal de la etiquetaci¨®n; hoy ya resplandece como debe hacerlo un verdadero creador: por su ideario, su obra, sus singulares actitudes y su maestr¨ªa en la realizaci¨®n.
Larga aventura
Verdaderamente hay muy pocas producciones tan fascinantes como, la de Ligeti en su larga aventura biogr¨¢fica, su inconformismo y su lucha para superar la "sintaxis del siglo XIX tan presente en todas las artes", rechazando, a la vez, lo retro y la vieja vanguardia para desarrollar un "modernismo de hoy". Para el compositor, distanciado del cromatismo total y la densa textura micropolif¨®nica que practic¨® al final de los a?os cincuenta, ese modernismo "significa tambi¨¦n una polifon¨ªa hecha como una red de voces r¨ªtmicas y m¨¦tricamente complejas y, al mismo tiempo, una armon¨ªa transparente y biensonante distinta de la vieja tonalidad".Poco importa entonces el origen o la posible influencia de cualquier dato, corriente est¨¦tica o personalidad. Ligeti cita, por ejemplo, a Nancarrov y su mundo r¨ªtmico o los popularismos de Am¨¦rica Latina y ?frica central junto a la presi¨®n sesgada del computador y el pensamiento sonoro nacido de sus posibilidades. Es imposible que todo ello, y lo que ni siquiera puede enunciarse aqu¨ª, quede recogido en un solo programa, pero el escuchado es suficientemente representativo. Nos lleg¨® desde el concierto para violonchelo (1966) hasta el de piano (1988), pasando por el de c¨¢mara (1970), Melodien (197 l), y Misterios del macabro, unas adaptaciones de Elgar Howarth sobre la ¨®pera El gran macabro (1979).
M¨²sica original, libre, coherente y realizada con suprema maestr¨ªa obtuvo interpretaciones prodigiosas por los solistas David Geringas, chelo; Sibylle Elilert, soprano; William Forman, trompeta; Ueli Wiget, piano, y el conjunto de Francfort. Todos recibieron, con Ligeti, el homenaje de interminables ovaciones.
Babelia
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