Contrato en T¨²nez para matar en B¨¦lgica

El caso Cools est¨¢ deparando m¨¢s y m¨¢s sobresaltos en B¨¦lgica a la vez que el ovillo de la conspiraci¨®n se desenmara?a poco a poco y el puzzle va encajando. La ¨²ltima sorpresa acaba de llegar de T¨²nez. En este pa¨ªs han sido detenidos dos truhanes de poca monta llamados Abdeljalil Ben Ibrahim, de 26 a?os, y Abdelmajid Almi, de 19, acusados de haber asesinado en 1991 en Lieja al dirigente socialista belga Andr¨¦ Cools. Los dos tunecinos han reconocido que fueron contratados "por un europeo" para efectuar el crimen, pero no lo han identificado todav¨ªa. La noticia se produce s¨®lo un mes despu¨¦s de que la polic¨ªa detuviera en B¨¦lgica al ex mi nistro regional. del Interior Alain van der Biest, rival de Cools en el seno del partido socialista belga.Los dos tunecinos explica ron ante un juzgado de instrucci¨®n de T¨²nez algunos pormenores de su acci¨®n, efectuada en un aparcamiento pr¨®ximo a la casa de una amiga de Cools. As¨ª, han contado que pertenec¨ªan a un grupo mafioso de origen siciliano que , entre otras cosas, estaba dedicado a realizar asesinatos por encargo en diversos pa¨ªses europeos. Las agencias de no ticias discrepan sobre la edad de ambos. Seg¨²n Efe, los detenidos tienen ahora 19 Y 26 a?os. De ser as¨ª, Abdelmajid Almi ten¨ªa s¨®lo 14 a?os cuan do cumpli¨® el encargo para el que fue contratado. Reuter, en cambio, se?ala que ten¨ªan esos a?os cuando asesinaron a Cools.

Algunos peri¨®dicos belgas han adelantado que fue Domenico Castellino, un belga tambi¨¦n detenido el pasado 6 de septiembre, el encargado de contratar a los pistoleros. Para ello debi¨® contar con la ayuda de Cologero Todaro, presunto miembro de la mafia belga que tambi¨¦n fue asesinado hace dos a?os en Sicilia.

T¨²nez comunic¨® ayer oficialmente a B¨¦lgica la detenci¨®n de los dos delincuentes citados, pero en Bruselas se pone el ¨¦nfasis en el hecho de que el Gobierno tunecino no extradita a sus ciudadanos. Pese a todo, fuentes oficiales belgas aseguran que ambos Gobiernos colaborar¨¢n activamente en la resoluci¨®n del caso. De hecho, la detenci¨®n de los dos j¨®venes se ha producido a ra¨ªz de una petici¨®n al respecto por parte de Veronique Ancia, juez instructora del caso en Lieja. A la vez, fuentes judiciales tunecinas contactadas por Efe se?alaron que "se debe ser muy cautelosos en esta historia" ya que lo ¨²nico que afecta a T¨²nez indirectamente, precisaron, es la nacionalidad de los dos presuntos asesinos.

El caso Cools se ha convertido en un aut¨¦ntico follet¨®n en el que aparecen ingredientes tan variados como una tremenda competencia entre los pol¨ªticos socialistas belgas, la supuesta pertenencia de algunos de ¨¦stos a logias mas¨®nicas rivales, el presunto cobro de comisiones il¨ªcitas en el partido y la relaci¨®n de algunos principales implicados con determinadas mafias locales e internacionales.

Cools y Van der Biest habr¨ªan pertenecido, seg¨²n fuentes period¨ªsticas belgas recogidas por Efe, a una logia mas¨®nica llamada Hiram, rival de otra llamada La N¨²mero 16, de la que era miembro el secretario particular del segundo, Richard Taxquet. Este ¨²ltimo personaje, en opini¨®n de la prensa belga, habr¨ªa acusado a Van der Biest de la organizaci¨®n del asesinato de Cools, alimentando as¨ª la tesis de un compl¨® pol¨ªtico financiero como trasfondo del crimen.

Cools, considerado el padre espiritual del partido socialista belga, y Van der Biest, l¨ªder de los socialistas de Lieja, parece ser que ten¨ªan rivalidades porque cada uno de ellos persegu¨ªa, a costa del otro, una mayor influencia en el seno de esa formaci¨®n pol¨ªtica.

No es casual, en este complicado contexto, que destacados militantes socialistas tengan que declarar pr¨®ximamente en el juicio que tendr¨¢ como estrella a Willy Claes, el ex secretario general de la OTAN implicado en una red de cobros de comisiones por la compra de material militar para B¨¦lgica. Claes, ex miembro del Gobierno belga, tuvo que dimitir el a?o pasado como m¨¢ximo responsable de la OTAN por ese esc¨¢ndalo.

En B¨¦lgica, la opini¨®n p¨²blica se encuentra expectante ante la pr¨®xima sorpresa que, sin duda, les deparar¨¢ el caso. Continuar¨¢.