Una exposici¨®n en Mil¨¢n revela facetas in¨¦ditas del erotismo de Picasso
Los 105 dibujos de la colecci¨®n Bresnu se exhiben por primera vez en p¨²blico
De Pablo Picasso se ha dicho y escrito todo, pero el pintor malague?o puede seguir dando sorpresas y, sobre todo, suscitando emociones. Una exposici¨®n inaugurada el pasado fin de semana en Mil¨¢n da prueba de ello, ya que revela a un Picasso especialmente ¨ªntimo y libre, m¨¢s comunicativo que cuando piensa en el p¨²blico. Al margen de lo que puedan o no aportar como conocimiento a?adido de la ingente obra de un genio de este siglo los 105 dibujos de la colecci¨®n Bresnu que se exhiben por primera vez, constituyen un conjunto sorprendentemente audaz y fascinante.
Esto es especialmente cierto por lo que se refiere a 28 dibujos a tinta china fechados en 1970, y a otra veintena de dibujos a l¨¢piz, algunos coloreados, que datan de finales de 1971 y tienen en com¨²n un fuerte contenido er¨®tico.Los dibujos a tinta china remiten en muchos casos al universo gr¨¢fico de la Suite Vollard, que data de cuatro d¨¦cadas antes, sin que el fin¨ªsimo trazo continuo del dibujante anciano -en 1970 Picasso cumpli¨® los 89 a?os- ni su capacidad compositiva tengan nada que envidiar a los del artista en plenitud que hizo la famosa serie de grabados.
Sorprende, adem¨¢s, de estas tintas que, al atravesar periodos y cambios de estilo, Picasso no dejara nada en la cuneta; que a los 90 a?os pudiera ser f¨ªgurativo, cubista y abstracto incluso en el transcurso de una misma ma?ana, seg¨²n demuestran las detalladas fechas de estos dibujos. Maya Picasso ha dicho que "los mendigos del periodo azul y los arlequines del periodo rosa han sabido vivir tres cuartos de siglo y permanecer intactos".
Pero lo m¨¢s novedoso de estos dibujos a tinta china procedentes de cuadernos de trabajo de Picasso, que no son preparatorios ni guardan relaci¨®n con la gran cantidad de obra gr¨¢fica y pict¨®rica de sus ¨²ltimos a?os, es su enorme sentido del humor, un grado de vitalidad y autoiron¨ªa que invita a la sonrisa a quien los contempla ahora por primera vez. El pintor literalmente pasmado ante su modelo, un tema recurrente en ellos, contiene una autodenuncia festiva del voyeur encarnado tambi¨¦n por ese hier¨¢tico mosquetero rodeado de mujeres exuberantes cuyas formas rotundas tienden a romper los l¨ªmites del dibujo.
Coitos quebrados
El erotismo alegre de estas obras se complica en los dibujos a l¨¢piz de 1971, con series de coitos quebrados y ensamblados seg¨²n las perspectivas del cubismo. Hacia diciembre del mismo a?o, la celebraci¨®n er¨®tica adquiri¨® un tono dram¨¢tico en la representaci¨®n reiterativa hasta la obsesi¨®n de los genitales femeninos reducidos a anagrama -raya, punto-, o esquematizados como una especie de ciempi¨¦s situado en el centro de composiciones extraordinariamente vigorosas, de una firmeza irrebatible.S¨®lo en las ¨²ltimas semanas de la vida de Picasso dejan estos cuadernos traslucir aires de decadencia y p¨¦rdida de firmeza en el trazo. Los dos ¨²ltimos expuestos datan del 18 y el 21 de febrero de 1973, dos meses antes de su muerte. Picasso cay¨® gravemente enfermo hacia octubre de 1972, poco despu¨¦s de firmar dos espl¨¦ndidas acuarelas con el mosquetero de protagonista incluidas en esta exposici¨®n, y no recuper¨® la capacidad de dibujar hasta comienzos de 1973.
Estos cuadernos y otro realizado en dos d¨ªas de noviembre de 1965 en Nimes constituyen, junto a algunas piezas de cer¨¢mica pintada, la colecci¨®n particular del matrimonio integrado por Jacqueline y Maurice Bresnu, que estuvieron al servicio dom¨¦stico de Picasso entre 1967 y 1973, y continuaron con su viuda, Jacqueline, hasta 1976.
El pintor y su esposa establecieron una estrecha relaci¨®n personal con la pareja a su servicio, como demuestran las dedicatorias cari?osas _'Pour Nounours, mon ami", dice la ¨²ltima, firmada el 19 de marzo de 1973- que Picasso escribi¨® en muchos de los dibujos expues tos. Nounours era el apodo que el c¨¦lebre pintor puso a Maurice Bresnu. ?ste falleci¨® en 1991, y dej¨® toda la colecci¨®n a su mujer. En los ¨²ltimos 23 a?os s¨®lo la vieron unos pocos ¨ªntimos. Un agente internacional la ha llevado a Mil¨¢n, para la inauguraci¨®n de un centro cultural del modista Trussardi, como primera etapa de una gira mundial.
Babelia
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