La Casa de Am¨¦rica recuerda la talla del poeta Jos¨¦ Asunci¨®n Silva en los 100 a?os de su muerte

Jos¨¦ Asunci¨®n Silva (1865-1896) se quit¨® la vida en su casa bogotana cuando ten¨ªa 30 a?os. Con sus modales de dandi -las lenguas de Bogot¨¢, a la que Garc¨ªa M¨¢rquez llama la "capital remota y triste de la provincia del mundo", lo apodaron Jos¨¦ Presunci¨®n-, despidi¨® a sus amigos en la puerta, luego entr¨® y se peg¨® un tiro en el coraz¨®n. Atr¨¢s dej¨® una existencia agitada de escritor, diplom¨¢tico y empresario; una intensa obra po¨¦tica mdernista e innovadora, y una novela sutil y compleja, De sobremesa, de la que a¨²n se discute si es o no novela

Ahora que se cumplen 100 a?os de la muerte de Asunci¨®n, la Casa de Poes¨ªa Silva, fundaci¨®n privada cuya sede es la hacienda en la que vivi¨® y muri¨® el poeta, recuerda en la Casa de Am¨¦rica de Madrid la obra y vida del poeta. Hoy, a las 19.00, se proyecta un documental especialmente realizado para el centenario y se inaugura una exposici¨®n que estar¨¢ abierta hasta el d¨ªa 20. Ma?ana, distintos poetas (Jos¨¦ Agust¨ªn Goytisolo, Luis Alberto de Cuenca ... ) leer¨¢n los versos del autor de Nocturno.A ello se une la voz callada de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez, que desde el amor, el rigor y el humor ha prologado De sobremesa, la ¨²nica y pol¨¦mica novela de Silva, que ahora publica Hiperi¨®n, editorial que hace unos meses lanz¨® la Obra po¨¦tica.

En su texto, titulado En busca del Silva perdido, Garc¨ªa M¨¢rquez rinde tributo a la novela que su maestro del Liceo de Zipaquir¨¢ le "oblig¨®" a leer all¨¢ por el 50? aniversario de la muerte de Asunci¨®n: "118.250 d¨ªas despu¨¦s", dice Gabo, "no creo que deba pensar otros cincuenta a?os para tratar de responderme lo que pienso [de ella]".

Huyendo de las "leyendas perezosas" que seg¨²n Gabo todav¨ªa marcan el recuerdo del poeta, el premio Nobel relee la olvidada novela; afirma, lejos de la inocencia del bachiller: "No s¨®lo con el coraz¨®n ( ... ), sino con el destornillador en la mano". Y as¨ª indaga en la personalidad de Asunci¨®n, en su formaci¨®n literaria, art¨ªstica y cient¨ªfica, "vasta y variada y siempre al d¨ªa"; en su m¨¦todo narrativo, "que hace pensar en una influencia imposible: el cine"; o en aquel ambiente que "nunca le perdon¨® su originalidad", su "inteligencia di¨¢fana", su "Iabia seductora" y su "dignidad acorazada".

El m¨¢s culto

Escribe Gabo: "Viaj¨® a Europa a los 19 a?os para un viaje de estudios de once meses, y cuando regres¨® parec¨ªa que hubiera sido de una d¨¦cada. Era un poeta hecho y derecho, y el hombre mejor educado, el m¨¢s culto, el mejor vestido, el m¨¢s serio y puntual, trabajador tenaz y excelente amigo".Pero cuando el autor de poemas como Los maderos de San Juan -luego transmutado v¨ªa ignorancia en an¨®nima canci¨®n infantil- se peg¨® un tiro en el c¨ªrculo que hab¨ªa hecho pintar un rato antes a un m¨¦dico amigo sobre el punto exacto de su coraz¨®n, estaba con 10 pesos en la cartera y era acusado desde m¨²ltiples frentes-: unos dijeron que se jug¨® su sueldo de secretario del c¨®nsul en Guatemala; otros, que nunca super¨® la muerte de su hermana Elvira -los mismos que lo llamaron el Casto Jos¨¦ le adjudicaban amores incestuosos con ella-. Y mientras los menos voraces adujeron la quiebra de la empresa heredada de su padre, los m¨¢s sensibles recordaron la p¨¦rdida del 90% de su obra en el naufragio del Am¨¦rique frente a Barranquilla...

Hoy, pese a -o a causa de-tal avalancha de infamias y tragedias, queda su poes¨ªa. Para ?lvaro Mutis, Silva es, con Rub¨¦n Dar¨ªo, el poeta m¨¢s importante de Latinoam¨¦rica. Seg¨²n subray¨® ayer Mar¨ªa Mercedes Carranza, directora de la Casa de Silva, Asunci¨®n fue el poeta "de la sensibilidad, el intimismo, los olores", y su importancia estriba en que inaugur¨® la poes¨ªa de un pa¨ªs que todav¨ªa hoy re¨²ne a 9.000 personas para un recital de poemas".

Su obra, influida por B¨¦cquer y el simbolismo franc¨¦s, no lleg¨® a Espa?a hasta 1908, aunque lo hizo prologada por Unamuno, que la calific¨® de "metaf¨ªsica". Hoy, seg¨²n ha escrito ?ngel Rup¨¦rez, sigue siendo "una poes¨ªa formidable, ex¨®tica de soberan¨ªa y clase". Y seg¨²n Jes¨²s Mun¨¢rriz, su compilador espa?ol, "Silva dej¨® al menos 12 obras maestras".