Menem cambia la c¨²pula militar argentina en busca de rigor y transparencia

S¨®lo el jefe del ej¨¦rcito, general Mart¨ªn Balza, ha sobrevivido a los cambios dispuestos por el presidente argentino, Carlos Menem, en la direcci¨®n de las Fuerzas Armadas para superar el desgaste, y algunas actuaciones, de los titulares de la Fuerza A¨¦rea, Armada y Mando Conjunto, y mejorar la comunicaci¨®n entre el estamento castrense y el poder pol¨ªtico. A partir del 1 de noviembre pasan a retiro el teniente general C¨¢ndido D¨ªaz, jefe del Estado Mayor Conjunto; el almirante Enrique Molina Pico, jefe de la Marina, y el brigadier Juan Daniel Paulik, responsable de la Fuerza A¨¦rea. Martin Balza, cuya imagen y comportamiento conecta mejor con los tiempos democr¨¢ticos, fue el mando encargado de efectuar una autocr¨ªtica institucional sobre los excesos represivos de las tres armas durante la ¨²ltima dictadura.Las razones que han llevado a los cambios en la direcci¨®n de las Fuerzas Armadas, acatados sin ruido de sables, son vanas, y al gunas tienen que ver con la necesidad de desbrozar el camino ha cia una reforma estructural de importancia, tanto en la cadena de mandos como en el funciona miento de las tres armas, y con el expl¨ªcito descontento uniforma do por la sensible reducci¨®n presupuestaria sufrida por el Ministerio de Defensa. Seg¨²n un estudio del Congreso, los militares dispondr¨¢n durante pr¨®ximo a?o ¨²nicamente de unos 200 mi llones de d¨®lares (26.000 millones de pesetas) para sus opera ciones. Tambi¨¦n se cita el malestar de Menem por unas recientes declaraciones de Molina Pico subrayando la vulnerabilidad de las Fuerzas Armadas nacionales ante un hipot¨¦tico desplazamiento agresivo del vecino ej¨¦rcito chileno.

Independientemente de otras causas de r¨¦gimen interno, el brigadier Juan Paulik qued¨® malparado cuando el esc¨¢ndalo de. la venta ilegal de armas a Ecuador, y la imagen de Molina Pico, que critic¨® abiertamente la reducci¨®n presupuestaria, sufri¨® un serio desgaste durante el largo pugilato con Francia a prop¨®sito de la reclamaci¨®n judicial de ese pa¨ªs contra el marino Alfredo Astiz, acusado del asesinato de dos monjas francesas. Por su parte, C¨¢ndido Diaz re vindic¨®, en con tra de la postura defendida por Balza, la memoria de los ca¨ªdos en la guerra sucia antisubversiva ejecutada por la dictadura. El jefe del Ej¨¦rcito, en el cargo desde hace cinco a?os, particip¨® activamente en el aplastamiento de la rebeli¨®n carapintada de 1990, y sus duras palabras contra la represi¨®n ilegal de los a?os 70 le ganaron una buena imagen nacional e internacional.