Bwana envenena mis sue?os

El racismo y la guerra civil. Dos formas diferentes de matar. Dos formas diferentes de separar a las personas: o por el color de la piel o por el color de las ideas. Dos pel¨ªculas espa?olas para la historia del cine universal. Un mismo director de fotograf¨ªa. Dos cineastas con t¨ªtulos de cr¨¦dito: Pilar Mir¨® e Imanol Uribe.Primero vi la pel¨ªcula de Mir¨®. Humos azules de nuestra guerra envenenaron mi sue?o. Pilar, dando guerra. Dando bares con sabor a?ejo. Dando a luz una historia de amor guerrera con susurros de muerte. Dando a la cabecera de la pel¨ªcula la textura m¨¢gica de los cuadros impresionistas. Como una secuencia de carteles pintada por Monet fotograma a fotograma. Con coches de ¨¦poca y tiroteos que impresionan la retina. Cada silencio es una sinfon¨ªa. Cada sonido, armon¨ªa. Y la mirada de Carmelo. Y la mirada de Emma... y Mir¨® que les mira. i ... Y la Mir¨® que me mira! Dos d¨ªas despu¨¦s de ver su pel¨ªcula, me dispongo a sentarme en la butaca 13 de la fila siete, para ver Bwana, y a mi lado, ella. ?O no es ella? ?Qu¨¦ s¨ª, joder, que es Pilar Mir¨®! Le agradezco el haberme proporcionado una peque?a dosis de su veneno y le pido perd¨®n por haberla convertido por un instante en personaje, cuando ella pretend¨ªa pasar por simple espectadora.

Pienso que en su mirada brilla la inocencia. Sabia inocencia. Sabia y elaborada. Decido no molestarla m¨¢s, y comienza la proyecci¨®n.

?Viva Espa?a, Indur¨¢in!

Bwana es el d¨ªa y es la noche. Es el sol y la luna. El odio y tambi¨¦n el amor.

Bwana es una historia en blancos y en negros. Una met¨¢fora universal que vale para todas las razas. Que se opone a todos los colores de la intolerancia. Un pa?uelo blanco presentado frente al antiguo barrio de Donosti. Una brisa tropical de paz que demuestra que ni siquiera la lengua es necesaria para que dos personas de dos mundos diferentes lleguen a entenderse. Al final de la pel¨ªcula, una espectadora llamada Pilar Mir¨® intentaba disimular sus l¨¢grimas.-