La Comisi¨®n Europea se rebela contra el control del Bundesbank sobre la uni¨®n monetaria
![Xavier Vidal-Folch](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2Faedae0bb-0d6e-459f-9dfe-2706e5fe4722.png?auth=a063b8a6c517022901a88a95f4c1505572e8da3a560efb661a27e9349d5e2921&width=100&height=100&smart=true)
La Comisi¨®n Europea protagoniz¨® ayer una sonora rebeli¨®n contra la pretensi¨®n alemana de insuflar la m¨¢xima rigidez al Pacto de Estabilidad contra el d¨¦ficit para los pa¨ªses que accedan al euro. "He hablado recientemente con el gobernador del Bundesbank, Hans Tietmeier. Me preocupa su reacci¨®n si el documento es blando". As¨ª presion¨® a sus colegas el presidente Jacques Santer. Los comisarios se negaron a la rigidez, esto es, a cuantificar de forma limitativa la cl¨¢usula eximente de sanciones para los pa¨ªses que incumplan por causas "excepcionales" el techo de d¨¦ficit.
Ganaron las palomas. Pese a las amenazas de Francfort, suprimieron del proyecto de reglamento la referencia a una recesi¨®n "del orden del l,5%", como cl¨¢usula -eximente de las duras sanciones previstas por el documento sobre el Pacto de Estabilidad. Consideraron que cuantificar el caso excepcional era una "postura r¨ªgida", que "ataba de manos" a la Comisi¨®n y que no atend¨ªa a los distintos cielos nacionales.Dejaron as¨ª abierta la cl¨¢usula escapatoria de las sanciones, que permite desbordar el techo de d¨¦ficit a t¨ªtulo "excepcional y temporal" si ello se debe a "un acontecimiento inhabitual que escape al control del Estado afectado y tenga una incidencia considerable sobre la situaci¨®n financiera de sus administraciones p¨²blicas". 0 "si resulta de una grave recesion, en particular cuando el crecimiento anual real sea significativamente negativo". Esta ¨²ltima frase sustituy¨® a la versi¨®n original: "si resulta de una grave recesi¨®n, en particular cuando el crecimiento anual es claramente negativo, del orden del menos l,5%". La cifra, pues, salt¨® del texto.
Ganaron las palomas, pero de momento s¨®lo una batalla. El texto debe pasar por el Consejo de Ministros de Econom¨ªa y Finanzas (Ecofin), actuando por unanimidad. Habr¨¢ que ver ah¨ª -o antes, teme Santer- si Alemania persiste en considerar que la eximente sin cifras es un "coladero" para cualquier excusa que impida cumplir el d¨¦ficit a los pa¨ªses del euro. Y entonces ser¨¢ la guerra. O si se da por satisfecha con un afeite cosm¨¦tico.
Porque cosm¨¦tica la hubo. Con objeto de aplacar al Bundesbank -el verdadero amo del universo monetario europeo-, la mayor¨ªa acept¨® una propuesta lanzada sobre la marcha e in extremis por Santer. A saber, introducir fuera de la parte normativa del texto, en un considerando del pre¨¢mbulo (la parte declarativa, menos vinculante) que "debe darse a la noci¨®n de circunstancias excepcionales y temporales una interpretaci¨®n rigurosa", la cual "podr¨ªa suponer una cuantificaci¨®n de la noci¨®n de crecimiento real significativamente negativo".
Presiones sin ¨¦xito
Antes de llegar a ese resultado, Santer hab¨ªa presionado a fondo, sin ¨¦xito. Desoy¨® la llamada matinal del presidente franc¨¦s Jacques Chirac, contrario a la cuantificaci¨®n, y se aline¨® con el Bundesbank. Calific¨® de ¨¦xito haber logrado que el Pacto de Estabilidad se hiciese dentro de la Uni¨®n Europea y no fuera de ella, contra las amenazas de Francfort, y defendi¨® que por tanto hab¨ªa que dar alg¨²n consuelo a Bonn. Le resp¨®ndi¨® el comisario alem¨¢n Martin Bangemann, quien, sorprendiendo, -espet¨®: "Conozco a Tietmeyer desde hace m¨¢s tiempo que todos ustedes y s¨¦ que nunca se llega a satisfacerle", zanj¨®.
"Hay momentos en la vida en que uno debe levantarse y decirle a un Gobierno: '?Hasta aqu¨ª hemos llegado-, abund¨® el brit¨¢nico Leon Brittan. Brittan aplaudi¨® el rigor y la estabilidad, pero denost¨® la cuantificaci¨®n r¨ªgida "porque nos puede atar de manos". En igual sentido los espa?oles Manuel Mar¨ªn y Marcelino Oreja apoyaron el principio de la estabilidad, opinando que no conven¨ªa cifrar la eximente, "porque la Comisi¨®n debe conservar siempre su poder de apreciaci¨®n" de las distintas circunstancias que concurren en un d¨¦ficit, caso por caso.
El brit¨¢nico Neil Kinnock pidi¨® flexibilidad y m¨¢s plazo' para que los deficitarios se enmienden, lo que apoyaron el finland¨¦s Erkki Liikannen, la sueca Anita Gradin y el portugu¨¦s Joao Pinheiro. La francesa Edith Cresson se aline¨® contra el rigorismo. Los italianos Emma Bonino y Mario Monti, contra la cifra y por contemplar distintos tipos de recesi¨®n. Los halcones quedaban en minor¨ªa, y divididos.
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