Alem¨¢n, virtual presidente de Nicaragua
La derechista Alianza Liberal proclam¨® a su candidato, el abogado Amoldo Alem¨¢n, ganador de las elecciones presidenciales de Nicaragua en la madrugada de ayer, cuando el recuento oficial de la votaci¨®n del domingo no hab¨ªa hecho sino empezar. Las cifras, que llegan con cuentagotas, parecen confirmar el pron¨®stico. Con casi la mitad de las mesas escrutadas, Alem¨¢n hab¨ªa alcanzado el 48% de los votos, y su m¨¢ximo contrincante, el sandinista Daniel Ortega, el 39%. El ex comandante guerrillero asegur¨® esta madrugada que no reconoce el escrutinio realizado por el Consejo Supremo Electoral (CSE).
De mantenerse esta ventaja por encima de la barrera del 45% de los votos no ser¨¢ necesaria una segunda vuelta electoral y Alem¨¢n se convertir¨¢ en el nuevo presidente de Nicaragua."Hubi¨¦ramos querido reconocer los resultados, sentimos que no podemos hacerlo", declar¨® anoche Ortega en una conferencia de prensa. "No estamos poniendo en cuesti¨®n la autoridad del Consejo Supremo Electoral", a?adi¨® tras indicar que ha habido serias irregularidades y alteraciones en la transmisi¨®n de datos de los departamentos, que han hecho perder al Frente Sandinista de Liberaci¨®n Nacional (FSLN) 60.000 votos.La coalici¨®n conservadora anunci¨® su triunfo sobre las dos de la madrugada, cuando en muchos lugares del pa¨ªs ni siquiera se hab¨ªa comenzado el escrutinio por los graves retrasos que sufri¨® todo el proceso. Frente al jolgorio que se viv¨ªa en la sede de campa?a conservadora, a base de salsa y otros ritmos tropicales, las oficinas del FSLN y los medios de comunicaci¨®n afines a la antigua guerrilla manten¨ªan un sombr¨ªo y significativo silencio.
El recuento del Frente
A primera hora de la ma?ana, Daniel Ortega rompi¨® el mutismo: "Nos preocupa que la Alianza Liberal salga a cantar victoria cuando a¨²n no hay elementos suficientes". Tras anunciar que el recuento del FSLN le situaba por encima de su contrincante, el ex presidente de Nicaragua denunci¨® "anomal¨ªas encaminadas a perturbar el proceso", pero no quiso especificar a qu¨¦ se refer¨ªa. Ya en la tarde (madrugada en Espa?a) se neg¨® a reconocer los datos del CSE.Ortega recibi¨® a una delegaci¨®n de Estados Unidos encabezada por el enviado del Gobierno de Bill Clinton, Brian Atwood, y su embajador en Nicaragua, John Maisto. Es de suponer que acudieron a calmar los ¨¢nimos del Frente ante lo que parece su segunda derrota consecutiva en las urnas, tras los comicios de 1990, que pusieron fin a 11 a?os de r¨¦gimen sandinista. Alrededor de 200.000 personas (el 10% del padr¨®n electoral) se quedaron sin votar por errores del censo. Los retrasos generalizados en la apertura de los colegios electorales y, sobre todo, la ca¨®tica distribuci¨®n de las papeletas, que en muchas mesas, incluida la propia capital, no llegaron hasta la tres de la tarde, ti?eron de inquietud un proceso que concentraba seis votaciones: presidente, diputados regionales y nacionales, alcaldes, concejos municipales y miembros del Parlamento Centroamericano. "Es una absurda sobredosis de democracia que ha complicado mucho las cosas", comentaba un observador.Incluso C¨¦sar Gaviria, presidente de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), dej¨® traslucir, en medio de sus habituales felicitaciones a todo el mundo, que el sistema articulado por la ley electoral nicarag¨¹ense es inviable, por su complejidad, para un pa¨ªs sin tradici¨®n de votaci¨®n. No ten¨ªa siquiera padr¨®n. Pese a todo, insisti¨® Gaviria, "el resultado es leg¨ªtimo y se corresponde a la voluntad del pueblo nicarag¨¹ense".
El pueblo nicarag¨¹ense, desde luego, ha demostrado ser inasequible al desaliento. La participaci¨®n ha sido masiva. En el campo y en la ciudad, los vecinos se mantuvieron durante horas en largas filas, aunque los colegios no hubieran abierto por falta de papeletas. Y siguieron all¨¢, ca¨ªda la noche, sin luz el¨¦ctrica.
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