La carrera docente
En el comienzo de un curso que ha sido calificado de muchas formas ("confuso", "trascendental", "desorganizado", etc¨¦tera), convendr¨ªa que todos (Administraci¨®n, padres y sociedad en general, profesores) record¨¢semos nuestra parte de responsabilidad contra¨ªda para evitar un perjuicio que afectar¨ªa (si no lo hace ya) primero a los j¨®venes y, a la larga, a la sociedad entera.Pero lo que verdaderamente hace peligrar a la reforma en marcha es:
Primero, la falta de medios (acrecentada en tiempos de crisis), pues un sistema educativo tan ambicioso es un reto de tal magnitud que todav¨ªa nos viene grande en Espa?a, entre otras razones porque no admite un t¨¦rmino medio (y esto lo tiene que entender la Administraci¨®n y saber explicarlo).
Segundo, y m¨¢s importante, el profesorado, porque, aunque el Estado gaste a manos llenas, si los profesores no quieren, la LOGSE se reduce a un cambio de t¨¦rminos (EGB, BUP, FP, por primaria, ESO, etc¨¦tera).
Hasta ahora, apenas si se ha planteado la situaci¨®n actual de los docentes: el poco reconocimiento social de la profesi¨®n, la formaci¨®n permanente, el debate privada-p¨²blica y las repercusiones no s¨®lo laborales, la generalizaci¨®n de claustros integrados por interinos, maestros, maestros de taller, profesores de secundaria, catedr¨¢ticos realizando, b¨¢sicamente, todos lo mismo, etc¨¦tera. La respuesta de la Administraci¨®n ha sido desarrollar una carrera docente, que parece calcada de la militar, en la que priman los escalafones y una antig¨¹edad m¨ªnima, normalmente ocho a?os, para saltar al inmediato superior: de maestro a profesor de secundaria, de ¨¦ste a la condici¨®n de catedr¨¢tico (aunque algunos ya la posean sin necesidad de concurso ni oposici¨®n) y, finalmente, la acreditaci¨®n para director (desde ahora, los consejos escolares tendr¨¢n que ignorar a la mayor¨ªa de desacreditados) y la salida para la Universidad, aunque, por reducida, no cabr¨ªa ni mencionarla.
Otros argumentos que refuerzan ese car¨¢cter jer¨¢rquico y veterano son el invento de los sexenios o c¨®mo para conseguir un traslado a otro centro se limitan todos los m¨¦ritos (acad¨¦micos, de investigaci¨®n, etc¨¦tera) con un tope m¨¢ximo, menos la antig¨¹edad, que s¨®lo la frena la jubilaci¨®n.Pero ?qu¨¦ carrera docente le ofrecen a los miles de profesores de primaria y secundaria que no se plantean cambiar su aula y alumnado? ?O c¨®mo no se reconoce una actividad realizada en el aula, que puede ser m¨¢s importante e innovadora que aspirar a un cargo directivo o a refugiarse en un despacho? ?C¨®mo se ignora a toda esa gran masa del profesorado (o es, precisamente, por esto)? ?O c¨®mo una Figura clave para que funcione la LOGSE, como es la del tutor, es tan ignorada que la ¨²nica carrera a la que puede acceder, en la mayor¨ªa de los casos, es la geogr¨¢fica (partiendo del destierro de los primeros a?os, conseguir, en aproximaciones paulatinas, la vuelta definitiva, y no s¨®lo por Navidad, a su tierra natal o familiar)?
Sin duda que los responsables educativos, o los que tengan que seguir impulsando la renovaci¨®n educativa, no se han olvidado de quienes la tienen que desarrollar, si se quiere desarrollar (ya hasta cabr¨ªa dudarlo), y son conscientes de todo el esfuerzo, motivaci¨®n, formaci¨®n y perfeccionamiento que requiere de todo el profesorado, al que se le est¨¢ exigiendo que compense y supla, sin nada a cambio, los cientos de miles de millones que se est¨¢n ahorrando y se quiere seguir ahorrando.Manuel P¨¦rez Martos es profesor del IES Mar¨ªa Zambrano, de Torre del Mar (M¨¢laga).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.