V¨ªctor S¨¢nchez de Zavala, fil¨®sofo y ling¨¹¨ªsta
Cuando conocimos a V¨ªctor S¨¢n chez de Zavala, fallecido el pasado mi¨¦rcoles en Madrid a los 69 a?os, a principios de los sesenta, se ganaba la vida como ingeniero industrial en una f¨¢brica de tractores, e ins¨®litamente dedicaba todo su tiempo libre a la filosof¨ªa. Amigo de Miguel S¨¢nchez-Mazas, Rafael S¨¢nchez Ferlosio, Carmen Mart¨ªn Gaite y otros de los que hicieron revistas como Theoria y -la Revista Espa?ola, en las que colabor¨®, hab¨ªa empezado a reunir una impresionante biblioteca en una ¨¦pocas en que las obras de filosofia moderna no ten¨ªan presencia alguna en las librer¨ªas espa?olas. Y sus libros, entonces como despu¨¦s, estaban minuciosamente anotados. Pero a V¨ªctor, que era una persona de decisiones dr¨¢sticas, le result¨® insoportable estavida escindida y decidi¨® abandonar la confortable vida de ingeniero para matricularse, a los 35 a?os, en Filosofia y Letras de la Complutense. Se ganaba la vida como traductor, y en la colecci¨®n que dirig¨ªa Tierno Galv¨¢n tradujo varias obras fundamentales, como lo Elementos de l¨®gica te¨®rica de Hilbert y La l¨®gica de la investigaci¨®n cient¨ªfica de Popper, entre otras muchas, y tan diversas como alguna obra de Adorno.Para los que eramos estudiantes en aquella paup¨¦rrima universidad el contacto con V¨ªctor (a quien s¨®lo Aranguren y Javier Muguerza, que recordemos, dieron la bienvenida) abr¨ªa perspectivas desconocidas. De muy pocos profesores espa?oles se puede decir como de V¨ªctor S¨¢nchez de Zavala que la vida de sus amigos y disc¨ªpulos se ha visto radicalmente afectada por ello. ?l, que no pudo salir a estudiar al extranjero, que sobrevivi¨® como pudo durante muchos a?os, que accedi¨® muy tarde a la docencia universitaria, transmit¨ªa una cultura y un esp¨ªritu de libre examen de los que seguimos aliment¨¢ndonos quieneshemos tenido mejores oportunidades, unas oportunidades de las que sin ¨¦l tal vez ni hubi¨¦ramos tenido noticia. Nadie hab¨ªa m¨¢s al d¨ªa que ¨¦l, ni por tanto, en un pa¨ªs satisfecho de su aislamiento, nadie m¨¢s aislado. Pero tampoco hab¨ªa nadie m¨¢s cr¨ªtico de lo de dentro y de lo de fuera, de manera que su lecci¨®n no era nunca la del simple ponerse al d¨ªa, sino la de que ponerse al d¨ªa era parte necesaria de la honradez y de la cortes¨ªa de investigador.
Su inter¨¦s por el lenguaje tal vez proceda de interminables conversaciones con Ferlosio Garc¨ªa Calvo y alg¨²n otro. Entr¨® en la Universidad por la Facultad de Psicolog¨ªa, de donde pasar¨ªa a la Universidad de Barcelona hasta que la Universidad del Pa¨ªs Vasco, con un gesto de reconocimiento de heterodoxo que la honra, lo hizo catedr¨¢tico de Filosofia del Lenguaje. Pero ya antes de todo esto hab¨ªa coordinado en el Centro de C¨¢lculo de la Universidad de Madrid (con Ernesto Garc¨ªa Camarero) un seminario donde, entre otras cosas, se introdujo en Espa?a la obra de Chomsky. Es caracter¨ªstico que V¨ªctor, cuyo nombre est¨¢ asociado para muchos con el de Chomsky, nunca fuera propiamente un seguidor -de ¨¦ste. Pero lo caracter¨ªstico viene de que para ¨¦l era inconcebible que, cuando el debate cient¨ªfico ha alcanzado un cierto nivel, como el que Chomsky dio a la investigaci¨®n ling¨¹¨ªstica, se pudiera seguir obrando, displicentemente, como si nada. De ah¨ª uno de sus libros m¨¢s singulares (Funcionalismo estructural y generativismo, en Alianza), al que los profesionales de la cosa no hicieron el menor caso.
Escribi¨® y compendi¨® libros sobre sintaxis y sem¨¢ntica, sobre gram¨¢tica dura, sobre el lenguaje de los primates. Sus contribuciones m¨¢s innovadoras son las de pragm¨¢tica, las relativas no al lenguaje aislado, sino a la conducta ling¨¹¨ªstica. Pueden verse Ensayos de la palabra y el pensamiento (Trotta, 1994) y un pr¨®ximo y original¨ªsimo Hacia una pragm¨¢tica (psicol¨®gica), en el que ten¨ªa puesta mucha ilusi¨®n. Es triste que sea su testamento. M¨¢s triste ser¨ªa que lo desaprovech¨¢ramos.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.