No ha lugar

LA SALA Segunda del Tribunal Supremo se tom¨® su tiempo para resolver, por mayor¨ªa y con cuatro votos particulares discrepantes de la opini¨®n mayoritaria, que no proced¨ªa llamar a declarar, en condici¨®n de imputados, a Felipe Gonz¨¢lez y los tambi¨¦n diputados socialistas Serra y Benegas en relaci¨®n al sumario abierto con motivo de la primera acci¨®n firmada por los GAL: el secuestro, hace 13 a?os, del ciudadano franc¨¦s Segundo Marey. El debate no era tanto si hab¨ªa o no indicios suficientes para procesar a Gonz¨¢lez (y los otros dos), sino si, aun no habi¨¦ndolos, ser¨ªa conveniente tomar declaraci¨®n al ex presidente del Gobierno una vez que hab¨ªa sido formalmente acusado por uno de los procesados, Ricardo Garc¨ªa Damborenea.El juez instructor del Supremo, Eduardo M¨®ner, hab¨ªa rechazado ya una petici¨®n en tal sentido presentada por la acusaci¨®n particular y el propio Damborenea, y dictaminado que contra su decisi¨®n no cab¨ªa recurso ante el pleno de la Sala Segunda. Pero esa decisi¨®n fue rectificada por dicha sala, acordando celebrar una vista p¨²blica en la que se entrase en el fondo del problema: si hab¨ªa o no indicios suficientes como para imputar a Gonz¨¢lez. Esa vista es la que se celebr¨® ayer.

La larga deliberaci¨®n del tribunal indica que el asunto no era tan indiscutible como algunos pretend¨ªan. El argumento principal de quienes defendieron tomar declaraci¨®n a Gonz¨¢lez fue que el primer ministro no pod¨ªa desconocer lo que, en materia tan comprometida, decid¨ªa el ministro del Interior; luego el procesamiento de Barrionuevo arrastraba el de Gonz¨¢lez o, como m¨ªnimo, su interrogatorio como imputado. No hacerlo as¨ª supondr¨ªa quebrar el principio de igualdad ante la ley y asumir el riesgo de cerrar el caso en falso. Quienes defendieron la postura contraria alegaron que, no existiendo bases s¨®lidas para el procesamiento, no era necesario un tr¨¢mite que exigir¨ªa la petici¨®n de suplicatorio al Congreso.

El principal testimonio incriminatorio es el de Damborenea, quien declar¨® al juez Garz¨®n que en varias ocasiones habl¨® del asunto con Gonz¨¢lez. ?ste lo neg¨®. El de Damborenea puede considerarse un testimonio cualificado, dada su posici¨®n relevante en el partido socialista vasco cuando ocurrieron los he chos; pero si ¨¦sa es la raz¨®n, la credibilidad de su t¨¦stimonio no puede dejar de ser relativizada a la luz de su significaci¨®n pol¨ªtica en ¨¦l momento en que realiz¨® su acusaci¨®n, tras haber dado su apoyo p¨²blico, al PP. Su abogado se limit¨® ayer a manifestar que su defendido no tiene inter¨¦s en que comparezcan Gonz¨¢lez, Serra y Benegas "si se le asegura que no va a ser condenado por delito de colaboraci¨®n con banda armada", pero que en caso contrario mantendr¨¢ su petici¨®n. Se trata, por tanto de un intento de difuminar su propia responsabilidad en aras de quien era su jefe pol¨ªtico en 1983.