Aspectos inconstitucionales de ense?ar la religi¨®n

A don Gregorio Peces-BarbaTal vez se deba a la pura pleites¨ªa, a un poder f¨¢ctico (el religioso) o, m¨¢s bien, a la t¨ªpica indolencia del car¨¢cter espa?ol ante la cosa p¨²blica, pero lo cierto es que en Espa?a a muy pocos les preocupa el problema de fondo de la ense?anza de la asignatura de religi¨®n en los centros p¨²blicos: los aspectos inconstitucionales que vulnera la educaci¨®n de tal disciplina.En primer t¨¦rmino, la propia Constituci¨®n espa?ola de 1978 adolece de una clara contradicci¨®n en su art¨ªculo 16, apartado 3: "Ninguna confesi¨®n (religiosa) tendr¨¢ car¨¢cter estatal. Los poderes p¨²blicos tendr¨¢n en cuenta las creencias religiosas de la sociedad espa?ola y mantendr¨¢n las consiguientes relaciones de cooperaci¨®n con la Iglesia cat¨®lica y las dem¨¢s confesiones". La incoherencia estriba en que ese art¨ªculo asegura que el Estado es aconfesional o laico; sin embargo, poco m¨¢s tarde, menciona a la Iglesia cat¨®lica. Esa paradoja ya la dej¨® patente uno de los padres del texto constitucional, el profesor de Filosof¨ªa del Derecho don Gregorio Peces-Barba, representando al Grupo Socialista en su intervenci¨®n ante el Pleno del Congreso de los Diputados el 7 de julio de 1978: "Nos hemos abstenido en el n¨²mero 3 por la exclusiva raz¨®n de la menci¨®n expresa a la Iglesia cat¨®lica". Por lo visto, tem¨ªa Peces-Barba que esa menci¨®n expresa abriese el paso a un trato de favor por parte del Estado hacia esa determinada confesi¨®n. Pues bien, a mi entender, no iba mal encaminado el citado profesor, pues eso mismo viene ocurriendo desde entonces (lo cual ahora se acrecentar¨¢ con el actual Gobierno de derechas).Veamos, pues, brevemente los aspectos constitucionales que contraviene la ense?anza religiosa en los centros p¨²blicos:

1. Si se comprende su implantaci¨®n en los centros educativos religiosos no debiera adoctrinarse en un determinado mito o credo en las escuelas e institutos p¨²blicos, ya que, seg¨²n la Constituci¨®n, el Estado espa?ol es aconfesional o laico.

2. Si todos los ciudadanos disfrutamos de los mismos derechos, el Estado no habr¨ªa de inmiscuirse en asuntos de dogm¨¢tica religiosa, dejando a cada cual que, fuera del horario escolar, busque o no los consuelos en la fe que le plazca.

3. Si en los centros p¨²blicos se catequiza en la fe cat¨®lica se discrimina a los espa?oles que tienen otras creencias y no gozan de ese mismo derecho.

4. Un Estado que realmente sea laico no puede, sin incurrir en contradicci¨®n constitucional, sufragar el gasto de unos profesores de unas creencias que, seg¨²n la misma Constituci¨®n, son tan respetables como las restantes (protestantes, jud¨ªos, isl¨¢micos, etc¨¦tera), las cuales (las no cat¨®licas) no disfrutan normalmente de esas prebendas.

La soluci¨®n, ante esta problem¨¢tica, se halla en la doctrina que expuso Jesucristo: "Dad al c¨¦sar lo que es del c¨¦sar y a Dios lo que es de Dios". De aqu¨ª se deduce que si el Gobierno del PP desea solucionar este asunto, en los centros del c¨¦sar (p¨²blicos) no se habr¨ªa de impartir la asignatura de religi¨®n cat¨®lica, y en los centros de Dios (privados), s¨ª. En lo anterior estriba la soluci¨®n que ya practican otros pa¨ªses europeos; lo dem¨¢s, aparte de discriminatorio e inconstitucional, es marear la perdiz.

es profesor de Filosof¨ªa.