Pastor en el asfalto

Pastor presentaba de forma oficiosa su ¨²ltimo trabajo, Diario de a bordo. La puesta de largo oficial ser¨¢ el 5 de diciembre en C¨¢ceres. Una primera constataci¨®n: Luis Pastor ha ganado con el tiempo. El disco, primorosamente editado por El Europeo, es uno de los ¨¢lbumes m¨¢s interesantes de la temporada, con m¨²sicas de Pedro Guerra y letras del cantante. Y con invitados de lujo: Miguel R¨ªos, Dulce Pontes, Javier ?lvarez, Pablo Guerrero y el propio Pedro Guerra. En directo, aunque no estaban los solistas citados, el extreme?o se lo monta muy guapo. Sale al escenario ligero de equipaje, ¨¦l solo con la guitarra repartiendo ganas de vivir. Enseguida se van incorporando progresivamente los m¨²sicos, excelentes y con mucho oficio. Rubem Dantas, que acudi¨® como espectador, sali¨® varias veces al estrado con sus percusiones. Y aquello, en momentos, se convert¨ªa en gozosa org¨ªa de ritmos cercanos, tambores lejanos, flor de jara, ?frica en los ojos, l¨ªrica en el asfalto. Una fiesta. Cuando la ¨¦tica y la est¨¦tica se al¨ªan surge un placer elemental.

El t¨ªtulo de su primer disco, Fidelidad (1973), era una premonici¨®n. Pastor es un artista fiel. Pero sabe que la lealtad no consiste en ser estatua. Por eso, su rigor le lleva a una perenne evoluci¨®n. Cada vez es m¨¢s barroco en su propuesta musical y po¨¦tica. Diario de a bordo es el dietario ¨ªntimo de un navegante. curtido que oculta su reciedumbre tras marimbas tropicales y sosegada melancol¨ªa.

Lourdes Guerra (hermana de Pedro) sali¨® a hacer coros en tres de las canciones m¨¢s bellas de la velada, Dulce de nata, Mar de l¨¢grimas y Angel ca¨ªdo ("hay un triste reflejo de cielo flotando en mi alma"). Lourdes, pura exquisitez Canaria, ilumina el escenario.

El espect¨¢culo comenz¨® con una hora de retraso, pero no hubo ni una sola protesta. La gente estaba all¨ª para participar en un banquete. A los postres, un aura de sosiego invadi¨® a los presentes.