Concierto para seis autores

Los lectores mel¨®manos de EL PAS cedieron a la llamada de sus Tentaciones para llenar la Sala de C¨¢mara del Auditorio y escuchar m¨²sica espa?ola joven. En medio de un clima prometedor y estupendo, sin caras largas ni actitudes preconcebidas, C¨¢mara XXI, dirigido por Vicente Sempere, interpret¨® obras de seis compositores pertenecientes a las dos ¨²ltimas generaciones salidas a la escena musical: los mayores nacieron en 1965, el menor, en 1970.Resulta apasionante seguir la aventura de esta leva numerosa en la que abunda el talento, el bienhacer y el esp¨ªritu de independencia. Por eso, entre las partituras seleccionadas se acusaron diferencias y contrastes enriquecedores de las corrientes actuales. Los viejitos, Zuri?e Fern¨¢ndez Guerenabarrena (Vitoria) y Jes¨²s Torres (Zaragoza) nacieron hace 30 a?os y conceden al fen¨®meno sonoro y a su estructuraci¨®n formal la mayor importancia que en el caso de Torres se al¨ªa con la palabra po¨¦tica tal es el caso de Unidad en ella sobre Vicente Aleixandre. Guerenabarrena en su Gurdizara logra una p¨¢gina abstracta cuya idea eje, seg¨²n la compositora, parte de "la expansi¨®n-concentraci¨®n del material sonoro".

En 1968 nacieron el bilba¨ªno Joseba Torre y la madrile?a Pilar Jurado que es una valiosa soprano. Hace poco escrib¨ªamos desde Bilbao sobre Torre tras escuchar Fragmentaci¨®n (1995) y en esencia su ideolog¨ªa b¨¢sica resplandece en No me quedan recuerdos, sobre poema de Luis Javier Moreno. Los procesos organizativos est¨¢n dominados por una sensibilidad ac¨²stica, un concepto de la percepci¨®n del tiempo y una evoluci¨®n de los elementos estructurales que se resuelven en algo de gran belleza.

En Tentaciones de cristal, dedicada a EL PA?S, el aliento po¨¦tico de Pilar Jurado circula sobre un collage sobre Vicente Huidobro y se dir¨ªa que la compositora ha presionado a la cantante y viceversa. Como en la obra de Torres, la soprano estuvo al mismo alto nivel de calidad y comunicaci¨®n que la autora. El barcelon¨¦s Israel David Mart¨ªnez (1969) logra en Ghetto perpetuo y a partir de incitaciones de la m¨²sica tradicional jud¨ªa, un tr¨ªptico en el que las evocaciones m¨¢s dram¨¢ticas quedan asumidas por una m¨²sica expresiva, desnuda y, a veces, desolada. Dedicado a todas las v¨ªctimas de los diversos y sucesivos exterminios con expreso pronunciamiento antirracista, la respuesta es la de un gran compositor dotado y dominador.

Juan M¨¦ndez (Avil¨¦s, 1970) alcanza en su Concierto para flauta, excelentemente protagonizado por la madrile?a Shelley Sim¨®n, una soluci¨®n personal y atractiva incitada por lo que el autor denomina "f¨®lclor musical contempor¨¢neo"; pero en m¨²sica importa mucho menos de d¨®nde se viene que ad¨®nde se va y el resultado final es personal¨ªsimo, variado, coherente y sugestivo. Todas las versiones tuvieron una virtud: permitimos acceder con normalidad al contenido de las distintas obras. El ¨¦xito fue total.