Cada d¨ªa mueren 1.000 ni?os, denuncia M¨¦dicos Sin Fronteras
En condiciones normales, y seg¨²n c¨¢lculos elaborados por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud y Unicef, dos de cada 10. 000 ni?os mueren cada d¨ªa en un campo de refugiados. En condiciones precarias, como las que se viven en las monta?as y selvas del este de Zaire, la cifra de mortalidad salta a 10 peque?os cad¨¢veres al d¨ªa. De ah¨ª que no le resulte dif¨ªcil a Jos¨¦ Antonio Bastos, coordinador de M¨¦dicos sin Fonteras (MSF-Espa?a) en la ciudad de Cyangugu, establecer "con seguridad que cada d¨ªa pueden estar muriendo unos 1.000 ni?os, teniendo en cuenta que son m¨¢s de un mill¨®n los refugiados que han sido expulsados de los campos". [El Programa Mundial de Alimentos advierte, desde Roma, que 75.000 refugiados pueden morir en un mes por disenter¨ªa y c¨®lera y que 50.000 ni?os sufrir¨¢n una severa malnutrici¨®n].La situaci¨®n de la isla de lJwi, donde se encuentran dos espa?olas es desesperada. Los refugiados -hay 40.000- que intentan huir son torturados y asesinados en la playa por los interhamwe (milicias hutus), que controlan la isla y roban los escasos alimentos a los refugiados. Ninguna organizaci¨®n humanitaria ha podido llegar.
En Cyangugu, MSF y otras organizaciones no gubernamentales se desesperan ante los banyamulenges, que no permiten el paso a Bukavu "hasta que no regrese de Goma el presidente", como ya denominan a Lauren Kabila, l¨ªder de la Alianza de Fuerzas Democr¨¢ticas para la Liberaci¨®n de Congo-Zaire. Mathias, un funcionario de aduanas banyamulenge, revel¨® ayer a tres corresponsales que lograron salvar el puente de madera sobre la Rusizi, el r¨ªo que separa Ruanda de Zaire, y pisar fugazmente tierra zaire?a, que un obispo y un religioso, escoltados por una patrulla rebelde, inspeccionaban ayer las comunidades misioneras en tomo a Goma y los campos de refugiados, "y tal vez el lugar donde fueron asesinados los cuatro hermanos espa?oles".
Ataque en Goma
Despu¨¦s de dos noches bajo custodia en el estadio de la Unidad, de la ciudad de Goma, y de casi tres d¨ªas de desesperantes discusiones entre las organizaciones humanitarias y el presidente Kabila, los primeros alimentos y medicinas pudieron ser distribuidos en Goma. Sin embargo, el camino hacia el m¨¢s de un mill¨®n de refugiados hutus ruandeses dispersos por la regi¨®n est¨¢ lejos de haber quedado expedito.
El ataque con morteros lanzado ayer por fuerzas del derrotado Ej¨¦rcito ruand¨¦s y los interhamwe, y que provoc¨® la estampida de miles de refugiados all¨ª congregados, no s¨®lo han quebrado la tregua unilateral declarada la semana pasada por los banyamulenge, sino confirmado las sospechas de la ONU de que las milicias hutus no est¨¢n dispuestas a desprenderse con facilidad del escudo humano que los refugiados han supuesto durante estos dos a?os y medio "para evitar que sean juzgados por el genocidio de 1994".
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