Cualquier cosa menos fren¨¦tico

Este tr¨ªo de Bristol, que toc¨® reforzado con la presencia de un bajista, un bater¨ªa y un teclista, representa la ¨²ltima ola del trip-hop brit¨¢nico y su m¨²sica se declara tan deudora del moderno Tricky como de la m¨¢s cl¨¢sica Sade, con algunos toques de blues y acid-jazz por a?adidura. A la siempre curiosa conjunci¨®n de instrumentos tradicionales de rock con los platos de scratching se unen unas melod¨ªas envolventes en las que la c¨¢lida voz de Skye le hace lucirse como oficiante de un rito lento e intenso. El resultado, como puede suponerse, es cualquier cosa menos fren¨¦tico.El grupo, que presentaba su primer ¨¢lbum, Who can you trust?, no goz¨® en su actuaci¨®n de un sonido como el que su m¨²sica en disco hace presagiar, y eso hizo que quedaran un tanto deslucidos. No obstante, y a pesar del poco tiempo que el tr¨ªo lleva en activo, la sala registr¨® una buena entrada de seguidores que conoc¨ªan perfectamente las canciones y que se dejaban conducir hasta el trance a los acordes de Tape loop, Trigger hippie o la deliciosa Don't let ?t bring you down.

El ambiente de cada canci¨®n, la atm¨®sfera casi espiritual que se crea y una m¨²sica cargada de efectos de teclado, slide de guitarra o l¨ªneas machaconas de bajo son los principales atractivos, adem¨¢s de la citada voz, con los que el grupo cuenta para justificar las tremendas expectativas levantadas en torno a ellos. M¨¢s tarde se sabr¨¢ si son algo m¨¢s que un grupo de moda.