Fuego bajo el canal de la Mancha
El primer accidente grave en el Eurot¨²nel revela fallos de seguridad
Fueron largu¨ªsimos minutos de horror. Enterrados a casi 50 metros de profundidad por debajo del lecho marino, encerrados en un vag¨®n detenido en pleno t¨²nel, cegados por un humo espeso, vomitando y tendidos boca abajo para apurar el ¨²ltimo aire respirable, 31 viajeros creyeron que hab¨ªa llegado. su hora. Una joven embarazada sufri¨® una crisis de histeria. "Hab¨ªa camioneros muy machotes, pero todos rezaban", recuerda uno. "Llegamos a estar convencidos de que ah¨ª nos qued¨¢bamos, de que est¨¢bamos muertos", dice otro.Los 31 pasajeros fueron finalmente rescatados, igual que los tres tripulantes del tren. Los mecanismos de emergencia funcionaron. Pero, aunque todo acab¨® bien, el primer accidente grave en el Eurot¨²nel caus¨® graves da?os en la infraestructura, reaviv¨® viejos miedos y ha obligad¨® a interrumpir el tr¨¢fico. En unas semanas, s¨®lo funcionar¨¢ uno de los dos trenes.
Todo empez¨® el lunes por la noche en Coquelles, la boca francesa del t¨²nel, poco antes de las once de la noche. Uno de los convoyes dedicados al transporte de camiones acababa de cargar los 29 veh¨ªculos que hac¨ªan el viaje y esperaba el momento de partir. En el club, el compartimento situado junto -a la locomotora de cabeza, los 31 conductores y acompa?antes -entre ellos una mujer embarazada- se dispon¨ªan a afrontar los 20 minutos a bordo. Desde su inauguraci¨®n, en mayo de 1994, el Eurot¨²nel no hab¨ªa sufrido ning¨²n incidente grave.
El convoy enfil¨® el t¨²nel. Los servicios de vigilancia no detectaron nada anormal. Pero en el ¨²ltimo vag¨®n, junto a la locomotora de cola, un cami¨®n cargado con materiales pl¨¢sticos hab¨ªa empezado a arder.
Los viajeros a¨²n no hab¨ªan percibido el humo cuando se dispar¨® el mecanismo de detecci¨®n instalado en el t¨²nel y se cort¨® la corriente. El tren se detuvo bruscamente a 17 kil¨®metros de la boca francesa, cuando a¨²n faltaban dos tercios del trayecto para emerger en Folkestone. Todo sucedi¨® vertiginosamente. "El humo lleg¨® enseguida, incre¨ªblemente espeso. Todo el mundo gritaba y vomitaba", cuenta un camionero.
,Tras una decena de minutos que parecieron eternos, entre gritos y oraciones, el servicio de megafon¨ªa entr¨® en funcionamiento y se advirti¨® a los viajeros que el salvamento era inminente. Casi inmediatamente despu¨¦s "o¨ªmos golpes y vimos que varios bomberos ingleses romp¨ªan puertas y ventanas". ?se fue, seg¨²n las v¨ªctimas, el momento en que se desat¨® definitivamente el p¨¢nico. La evacuaci¨®n a pie hasta la v¨ªa de servicio se hizo en "condiciones dantescas" por la alt¨ªsima temperatura y el humo, seg¨²n Franrois Borel, portavoz de Eurot¨²nel. Dos personas, una de ellas el conductor del tren, resultaron gravemente intoxicadas, pero ya est¨¢n fuera de peligro.
La extinci¨®n del incendio requiri¨® 70 bomberos y no qued¨® concluida hasta las once y media de la ma?ana de ayer. El t¨²nel sur, donde se produjo el accidente, qued¨® seriamente da?ado: har¨¢ falta hormigonar de nuevo las paredes, reconstruir la v¨ªa y renovar por completo el sistema el¨¦ctrico. "Hay trabajo para varias semanas", seg¨²n el portavoz de Eurot¨²nel.
La clientela fue desviada ayer hacia el transbordador y el avi¨®n, sin que apenas nadie expresara desconfianza en la seguridad del t¨²nel. Peor se lo tomaron los accionistas de la concesionaria: la paup¨¦rrima cotizaci¨®n baj¨® 1,28 puntos en Par¨ªs.
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