'Mostra nova' en Venecia
Venecia ya era una met¨¢fora de la belleza, de la libertad, de la cultura, de la tierra firme, de noches de luna, de crep¨²sculos indefinibles, de aventuras y mercaderes innombrables, de poes¨ªa y de luces, y de nubes y de goterones estilizados; y es el escenario mundial de la mostra de cine, y de sue?os y romances de carne y hueso. Y desde anteayer, por gracia de una botella singular de Freixenet mimada y elaborada por la tierra, y por las sombras y las penumbras, y las luces de un cielo que se nombra Pened¨¨s, Venecia es la met¨¢fora de todas las burbujas apretujadas por sesenta segundos de tiempo tras cientos de planos y de horas de rodaje que un director, Jaime de la Pe?a, ha ascendido m¨¢gicamente a una obra de arte, sin m¨¢s. Anthony Quinn es el dios de este llamado spot de Freixenet que ya se identifica cada a?o en 160 pa¨ªses del mundo donde se venden sus burbujas; es su 350 filme (Juan Cueto fue el primero a quien uno escuch¨® hace 20 a?os: "la publicidad es arte o es injuria"). Con Quinn brindaron, bajo el agua del mar (efectos de cine), tres sirenas, Mar, Sof¨ªa y Juncal, de profesi¨®n modelos y, en Venecia, testigos del "felices Pascuas con Freixenet" que, tambi¨¦n con el hijo de dios, Lorenzo Ouinn sell¨® la mostra nova, es decir, el spot de 60 segundos m¨¢s caro del mundo, porque es la primera pel¨ªcula estrenada en esta imagen de teatro y artesan¨ªa, y misterios, y literatura que es la Venecia de San Marcos dominada y amamantada por sus cinco c¨²pulas y sus dorados mosaicos bizantinos. Jos¨¦ Ferrer bendijo la fiesta cuando nos susurr¨®: "Estas burbujas llegar¨¢n a m¨¢s de 200 pa¨ªses, islam incluido". Y Quinn bail¨® con su esposa, Kathy, y con su hija de tres a?os, Antonia.-
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